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spanish.china.org.cn | 29. 11. 2022 | Editor:Lety Du [A A A]

¿Por qué la Iniciativa de la Franja y la Ruta ha recibido una respuesta positiva de muchos países? ¿Qué cambios positivos ha aportado la iniciativa al desarrollo mundial?

Palabras clave: China, la Franja y la Ruta

Por Eliécer Xatruch Araya


La política exterior que ha adoptado China ha centrado en la Iniciativa de la Franja y la Ruta. Esta decisión se concibe a partir de la premisa "ganar-ganar" en la cual todos los países que la adoptan resultan beneficiados. A diferencia de otros acuerdos, tratados, convenios, y figuras comerciales relacionadas, la República Popular China brinda verdaderas oportunidades, ventajas y facilidades comerciales a los Estados participantes. Las relaciones se enmarcan dentro del respecto a la identidad e individualidad de cada país, y se convierten en un verdadero pacto de socios comerciales, independientemente del área territorial o de la cantidad poblacional de las naciones que se incorporan a la Iniciativa.

En el 2013 se da a conocer la nueva forma propuesta por el presidente Xi Jinping, la cual posibilita la interacción entre las naciones que se adhieren a la misma, estableciéndose como una verdadera alternativa de cooperación en busca del beneficio mutuo de los países que la adoptan, ya que a diferencia de otras alternativas, la misma va más allá de una relación comercial, al incorporar intercambios de diversa índole, sustentados en una mayor comunicación, que surge del respeto del acervo variopinto y las particularidades de cada nación, todo dentro del marco de la amistad, cooperación y solidaridad de los firmantes.

A partir del establecimiento de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, los países menos desarrollados han encontrado una verdadera oportunidad al ser tomados en cuenta sin intenciones de dominio mercantilista, lo cual les permite aprovechar el capital, el conocimiento, la experiencia, el acervo cultural, el desarrollo y otras ventajas que ofrece China a los países, al considerarlos y tratarlos como verdaderos amigos, esta ha sido la diferencia más significativa con respecto a los modelos comerciales tradicionales que por décadas han promulgado otras potencias.

El esfuerzo diplomático de la República Popular China ha encontrado eco en un gran abanico de países que ya sobrepasan las 140 naciones, de las cuales más de 20 corresponde a territorios asentados en América Latina.

Muchos países inmersos dentro de la Iniciativa de la Franja y la Ruta están disfrutando de los beneficios que el pacto les brinda, es así como han podido construir autopista, líneas férreas, centrales eléctricas, mega puertos, aeropuertos de última generación, edificios monumentales, aplicando tecnología de punta, lo cual ha sido una realidad en el eje Asia-Pacífico, Euro Asia, África y América Latina, de esta forma los países en desarrollo y las economías emergentes han logrado solventar y apalancar las grandes demandas en inversión y en asistencia que requieren para contar con infraestructura acorde a la época moderna. Lo anterior, es posible gracias a las teorías diplomáticas con características chinas de la política exterior implementada por la nación china, la cual nace del respecto a la diversidad cultural, valorando las razas, grupos étnicos, credos religiosos y grupos sociales que conforman las identidades de los países participantes en la Iniciativa, en busca de convertirse en una nueva forma de integración económica global, lo que sin duda redundará en una mejora de las perspectivas de desarrollo económico de las naciones socias.

China sabe que, solo a partir de una reforma sustentada en la apertura y considerando las particularidades de cada nación, es posible buscar y obtener un desarrollo abierto, cooperativo, solidario, sustentable y sostenible, lo cual ha sido posible a partir de una visión y un ideario claro, que surge del seno del desarrollo del socialismo con peculiaridades chinas, basado en trabajo tenaz, que busca cumplir el sueño para beneficio de su propio pueblo y de los demás pueblos del mundo. Ideales que son fundamentales para afrontar los retos globales de una manera distinta a la tradicional, y desde esa perspectiva, China ha construido su política exterior independiente y de paz, sin fines expansivos, a través de la interacción armoniosa, el progreso y el beneficio mutuo, manteniendo su compromiso con la paz mundial y el progreso humano.

En noviembre del año 2017, tuve el privilegio y el honor de ser parte de un destacado grupo de participantes representantes de América Latina y el Caribe, invitados por la República Popular China al Seminario en Administración Pública, evento desarrollado en Beijing, Hangzhou y Shanghai. Gracias a ese convivio logramos ser testigos de primera línea de la hospitalidad, el respeto, la amistad, la gastronomía, tradiciones, aspectos culturales, políticos y sociales que caracterizaron el encuentro, así como de la apertura para compartir el conocimiento y enriquecerlo con los aportes de las diferentes ponencias de los participantes. Fuimos garantes del esmero y pulcritud con el que se cuidan sus sitios históricos, vestigio del orgullo y respeto de sus raíces ancestrales, al mismo tiempo que conocimos edificaciones e infraestructura de diversa índole, símbolo del auge y modernismo que ha alcanzado China en las últimas décadas.

La capacidad de financiamiento que posee China, así como el conocimiento, protagonismo y experiencia de sus empresas, son factores estratégicos que pueden ser aprovechados por los países de América Latina a través de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, para convertirlos en la plataforma de lanzamiento de la modernización que requieren los tiempos actuales. Los líderes de nuestras naciones tienen la posibilidad de aprovechar estas oportunidades dentro de las condiciones que enmarcan los acuerdos, para trazar el rumbo que guíe el caminar de sus pueblos y de las generaciones futuras a un mundo de oportunidades insospechadas, facilitando el abordaje al tren del futuro, para lograr incorporarse al desarrollo de primer mundo que merecen sus habitantes.

La Ruta de la Seda impulsada hace más de 2.100 años por Zhang Qian, de la dinastía china Han, quien encabezó misiones de paz y amistad en Asia Central, es una remembranza histórica de lo que debe ser un modelo basado en cooperación, solidaridad, confianza, credibilidad, igualdad, amistad y beneficio recíproco, en procura de alcanzar el desarrollo conjunto; las condiciones actuales de la modernidad y la globalización demandan el fortalecimiento de la interconexión y la intercomunicación de infraestructuras, la aplicación de tecnología de punta, el desarrollo de energías sostenibles y en armonía con el ambiente. Apuntando en esa línea, China ha impulsado la Iniciativa de la Franja y la Ruta, como la vía moderna que sea el estandarte que guíe la cooperación internacional en procura de un futuro de prosperidad, nutrido en relaciones pluriculturales y multiétnicas, enmarcadas dentro del respecto en las relaciones y lejos de la hegemonía y la subyugación.