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spanish.china.org.cn | 27. 11. 2022 | Editor:Lety Du [A A A]

China y Cuba constituyen una fuerza inquebrantable de unión en América Latina y el mundo

Palabras clave: China, Cuba


Por Jorge Fernández

 

China y Cuba, dos buenos amigos, hermanos y camaradas, hoy están más que nunca unidos como una misma familia.

 

Muchos son los factores que influyen en una relación. Entre Estados, las fuerzas inmateriales, aquellas que embelesan o destruyen el espíritu, no deben pasarse por alto. El caso de Cuba y China es emblemático puesto que su amistad, hasta ahora una fuerza inaccesible a incordias de terceros, se ha convertido en la base de todas sus vinculaciones, sean estas gubernamentales, populares o partidarias. La hermandad entre la nación caribeña y el gigante asiático es el activo de mayor valor y, al igual que la tan popular máxima del vino, es también la esencia de una relación ejemplar que no deja de hacerse mejor con el paso de los años.

En China, la visita del presidente cubano Miguel Díaz-Canel, celebrada del 24 al 26 de noviembre, ha reiterado que entre los dos Estados hay una sustancia, que no puede medirse con cifras o índices, que inyecta vida, vigor y fortaleza a su relación. La amistad de estas dos hercúleas figuras del socialismo ha superado un entorno internacional adverso, envenenado con el bloqueo impuesto por Estados Unidos sobre la isla, y al hacerlo ha consolidado una relación modelo que se destaca en América Latina y el mundo. Una vinculación entre Estados no se afianza con proyectos que conducen a onerosas derramas económicas sino que se amalgama, por el contrario, con la fuerza del corazón.

Desde 1960, cuando Cuba y China establecieron relaciones diplomáticas, la relación ha intensificado sus vinculaciones, pese a las adversidades. Y ahora, en un nuevo momento de la historia, cuando China recién ha concluido su XX Congreso Nacional, el mandatario cubano se ha registrado como el primero de la región latinoamericana y caribeña en visitar el país asiático. En esta trascendental visita, definida por una sustancia que ha convertido a la relación en una fortaleza inexpugnable para enemigos, Díaz-Canel y su homólogo de China Xi Jinping, celebraron el 25 de noviembre una conversación que marcará la apertura de un nuevo capítulo en donde el beneficio compartido, tanto material como inmaterial, lo abarcará todo.

Nuevas estrategias tomarán forma en este nuevo capítulo, las mismas que se derivarán de la hoja de ruta dictada por los dos mandatarios. La madurez que ha alcanzado ya la relación bilateral, forjada en entornos internacionales inhóspitos, facilitará el despliegue de acciones para avanzar con más intensidad rumbo a la construcción de una comunidad de destino compartido chino-cubana. Hasta ahora, esta es la primera que se establece entre China y los países de América Latina y el Caribe, y sus proyecciones, dada la fuerza que se desprende de estos dos Estados, sugieren que será en el futuro cercano modelo ejemplar en el continente americano. Cuba y China, pese a la enorme distancia geográfica y a las diferencias culturales, se comunican con una lengua común y comparten un misma anhelo: materializar la modernización socialista.

Estamos en la antesala de un nuevo dinamismo de la relación bilateral, y en medio de la fuerza desatada por ambos Estados, habrá de mejorarse la coordinación y la cooperación en los diferentes trabajos, y sobre la base de una fuerza inmaterial positiva aglutinante, cada una de las partes habrá de sacar lo mejor de sí para añadir mayor fuerza a la relación bilateral. El presidente Xi Jinping ha emprendido en lo que va de su gestión cinco viajes por América Latina y el Caribe, y ahora, con el nuevo estandarte de la relación chino-cubana, en donde afloran valores como la sinceridad, la honestidad, la afinidad y la franqueza, China y Cuba están en una mejor posición para crear sinergias que unan a los Estados de la región en la participación de proyectos orientados tanto al bienestar individual como al regional. La Iniciativa de la Franja y la Ruta es solo uno de ellos.

La compenetración de intereses sienta las bases para acuerdos de beneficio mutuo en prácticamente todas las áreas. China está entre los principales socios de la isla caribeña en lo que respecta a telecomunicaciones, transporte, biotecnología y energía renovable, todos ellos sectores de alto valor estratégico. A ello se suma que China está posicionada como uno de los principales agentes que suministran a Cuba asistencia técnica. La pandemia de COVID-19 resultó ser una prueba de fuego para los dos países, y al tiempo que se atrincheraron para combatirla y proteger a los suyos, unieron fuerzas y estrecharon sus vinculaciones en el terreno científico y biotecnológico.

Cuba tiene mucho que ofrecer a China en el terreno comercial, y China, por su parte, ha demostrado una gran disposición a abrirle las puertas de su vasto mercado, como lo refrendó la pasada celebración de la Exposición Internacional de Importaciones de China. Las sinergias generadas en la nueva era y las plataformas desarrolladas por las nuevas tecnologías, entre ellas las del comercio electrónico, constituyen una veta de oportunidades para dar forma a nuevos modelos de intercambio comercial y cooperación económica. La popular plataforma de comercio electrónico JD.com., por ejemplo, cuenta con un espacio permanente para ofrecer productos cubanos en China. China se abre a Cuba y el ciberespacio representa un nuevo campo de cooperación, que además del terreno comercial, encierra alcances insospechados para muchas áreas y terrenos de la relación bilateral.

China y Cuba avanzan por una etapa en el que sus acciones descansan sobre una fuerza inmaterial de gran sustancia y poderío. Las hostilidades del entorno internacional, tan repetidas en la historia de ambos países, han sido revertidas hábilmente y a la fecha se han convertido en elementos de cohesión que añaden mayor sustancia a las vinculaciones bilaterales. La relación chino-cubana se convierte, en medio de las inclemencias del escenario internacional, en una fuerza poderosa cuyo trascendental significado rebasa el tiempo y el espacio. China y Cuba, dos buenos amigos, hermanos y camaradas, hoy están más que nunca unidos como una misma familia. La visita de Díaz-Canel así lo corrobora.