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spanish.china.org.cn | 10. 11. 2022 | Editor:Teresa Zheng [A A A]

Política disfuncional de EE.UU. mantiene al mundo en vilo

Palabras clave: EE.UU., elecciones, incertidumbre

El Capitolio en Washington D.C., Estados Unidos, 4 de noviembre de 2022.


Las elecciones de medio término 2022 en Estados Unidos arrancaron oficialmente el 8 de noviembre y fueron más reñidas de lo que se esperaba. Hablamos de un asunto interno del país y el mundo exterior guarda un interés limitado en su proceso y resultados. Sin embargo, los comicios han despertado temor en la comunidad internacional. Para usar una analogía, es como ver una pelea cerca de tu casa y puede que recibas un golpe. La globalización ha acortado distancias en tiempo y espacio. En los últimos dos años, los efectos secundarios destructivos de su caos se han vuelto cada vez más evidentes en la arena internacional con la creación de un cúmulo de problemas.

De acuerdo con el esquema original de su sistema, las elecciones de medio término son un "examen de mitad de período" del desempeño de dos años del partido gobernante, y las interrogantes en discusión apuntan a temas económicos y medios de subsistencia de la población. Esta vez, sin embargo, este se dejó de lado desde el principio. La obsesión del partido Republicano recayó en cuán justo fue el resultado de las presidenciales hace dos años y su par Demócrata convirtió el proceso en un "referéndum" sobre la democracia estadounidense. El pueblo sufre la peor inflación en cuatro décadas y teme una recesión, pero sus miedos se han diluido. Ambas agrupaciones han hecho todo lo posible por incitar y secuestrar a los votantes con una narrativa de ideologías para exacerbar aún más la incertidumbre y el carácter destructivo de la votación.

Sus aliados ven con inquietud que un panorama político cambiante en Washington pueda conducir a un giro en sus estrategias hacia el exterior y políticas públicas. Hoy, las opiniones del ala Demócrata y Republicana sobre los principales problemas internacionales como el conflicto entre Rusia y Ucrania y el cambio climático, son distintas, y las decisiones relevantes del partido o de diferentes miembros en uno solo difieren. No necesitan ni quieren considerar la estabilidad y continuidad de la dirección política del país. No solo carecen de la carga psicológica al anular las decisiones de sus predecesores, sino que a menudo pecan de arrogantes. El mundo ha sido testigo de este tipo de manipulación muchas veces como su retiro del Acuerdo de París, de las conversaciones nucleares con Irán, de las negociaciones en torno al control de armas y de agencias relacionadas de la ONU. La división de la sociedad estadounidense y el eterno conflicto partidario reflejan la falta de confianza y su naturaleza caprichosa en el escenario internacional. Su sistema político ha hecho que sus integrantes sean menos responsables de actuaciones discutibles.

Los países considerados sus rivales no esperan que la rotación de partidos suavice los lazos o devuelva a la nación a la senda del pragmatismo y la racionalidad. Es decir, no caen en ilusiones. Al mismo tiempo, están preparados mentalmente ante la posibilidad de ser blanco del desahogo de sus fuertes emociones. Irónicamente, Washington ha mostrado una certeza negativa en este sentido: se ha convertido en la mayor fuente de inestabilidad global. El empeoramiento llega tanto por la duda como por la "certeza".

Ser muy sensible, caprichoso, neurótico y agresivo son síntomas recientes de la democracia estadounidense. Dado su carácter de superpotencia con influencia global, cuando su sistema enferma, el mundo resulta afectado.

Desde los disturbios en el Capitolio que conmocionaron al mundo, hasta las elecciones intermedias, la agitación política interna continúa después de dos años. El riesgo de violencia política crece en vez de disminuir. La tasa de criminalidad aumenta. Las publicaciones en Twitter que mencionan "guerra civil" se dispararon en casi un 3000 %. Los políticos compiten por el título de quién es “más agresivo”. No solo el ciudadano común sufre de frustración y ansiedad, sino también el mundo se muestra inquieto. Un medio francés preguntó recientemente: ¿Está el polvorín estadounidense en peligro de explotar? La interrogante muestra el sentimiento común a nivel internacional. El mundo tiene otro consenso: el deterioro del entorno político estadounidense será mayor después de los comicios de medio término.

La democracia estadounidense ha reinado por más de 200 años. De manera objetiva, esto es notable. Sin embargo, sus prácticas reflejan que la sociedad aún no ha diseñado un conjunto de sistemas políticos perfectos que puedan aplicarse a todos por igual. En otras palabras, nunca ha existido el "mito de la democracia", ni la gente debería deificar el sistema estadounidense.

Este ha llegado a su posición actual con dificultades cada vez más evidentes. Hasta cierto punto, es inevitable. La democracia estadounidense necesita evolucionar. A medida que su calidad decae, su costo crece. Así, el de las elecciones intermedias de este año superaría los $ 16.700 millones por lo que no es de extrañar su denominación como "los comicios de medio término más caros de la historia".

Siempre evitamos comentar los detalles de este proceso. Honestamente, esto radica en el temor de arrastrar con la culpa de interferir en asuntos internos de Estados Unidos. La verdad es que los países que han sufrido dicha intervención no tienen la intención de hacerlo, pero la política estadounidense afecta los intereses del mundo. La gente espera sinceramente que el país norteamericano alcance la estabilidad lo antes posible y devuelva la paz al planeta.