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spanish.china.org.cn | 07. 11. 2022 | Editor:Teresa Zheng [A A A]

La lucha contra el cambio climático no debe formar parte de la lista de conflictos de Washington

Palabras clave: cambio climático, COP27

Logo de la cumbre COP 27


La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático 2022 (COP27) tendrá lugar en la ciudad egipcia de Sharm el-Sheikh del 6 al 18 de noviembre. Tras la edición anterior en Glasgow, la situación ha empeorado y muchas partes del mundo han resultado afectadas por el clima extremo y los desastres naturales. Al mismo tiempo, el mundo enfrenta múltiples desafíos como la crisis energética, de alimentos y la alta inflación. Algunas economías desarrolladas han cambiado sus posturas en el tema. Egipto, el anfitrión, admitió que el encuentro será el más difícil en al menos una década.

En la reunión de Glasgow el año pasado, todas las partes llegaron a un consenso sobre los detalles de la implementación del Acuerdo de París tras negociaciones complicadas. En Copenhague 2009, los países desarrollados prometieron otorgar a sus pares en desarrollo $100.000 millones en financiamiento climático cada año para el 2020, pero 10 años después, incluso con una serie de "compensaciones", los compromisos de inversión están lejos de cumplirse. Entre ellos, Estados Unidos solo ha completado menos del 20 % de su parte y Australia, Canadá y otros ni siquiera han llegado a la mitad. Reclamar pagos a las naciones desarrolladas ha devenido en un tema clave de la cumbre, pero a su vez en un juego de "escondidas". Estos, en especial Estados Unidos, buscan discursos inspiradores y nuevas promesas para encubrir el "fracaso" de las antiguas. Es así que Egipto adoptó un lema que adopta el sentir: "Juntos por la Implementación" para exhortar a todos a ejecutar sus promesas previas.

Es menester señalar que la cuestión del financiamiento climático, en especial el cumplimiento de los compromisos financieros de los países desarrollados, parte del consenso de la mayoría de las partes en la conferencia y es un asunto “primordial”. En una entrevista, el secretario general de la ONU, António Guterres, dio un ultimátum a los países ricos respecto a la firma de un "pacto histórico" con los pobres en este aspecto, de lo contrario "estaremos condenados". Además, el tema de "pérdidas y daños" (respecto a la compensación de los países industrializados a sus socios pobres afectados por el cambio climático), boicoteado por las economías desarrolladas como Estados Unidos, entrará a tallar por primera vez en esta reunión gracias a los esfuerzos de entre otros el anfitrión Egipto; Pakistán, presidente rotativo del Grupo de los 77 (G77), y China.

Antes de partir a la COP27, el enviado especial del clima de la presidencia de Estados Unidos, John Kerry, indicó que el país está "abierto" a discusiones multilaterales sobre el tema. Si su declaración es sincera y la intención de Washington es tomar medidas reales, entonces es una señal positiva que será bien recibida por la comunidad internacional. No obstante, llama la atención que en sus cálculos lo que se supone que es una responsabilidad histórica devenga en un "buen motivo" para sitiar a China. Los medios estadounidenses no solo dijeron que este trata de fijar su objetivo en China y hacer que esta pague por ello, sino que algunos académicos estadounidenses también señalaron que era para abrir una brecha entre China y otros países en desarrollo con el fin de dividir al G77. A algunas naciones desarrolladas les preocupa tal manipulación.

Desde que Biden asumió el cargo, ha tratado de definir sus relaciones con China en términos de "Competencia, Cooperación y Confrontación" (3C), y el cambio climático ha sido catalogado como una de las pocas áreas pasibles de "cooperación". Sin embargo, ahora, incluso esta ha sido arrastrada en secreto hacia la lista de "confrontación" lo que revela la esencia del llamado posicionamiento de las 3C y la malicia detrás para contener y reprimir a China. Incluso hay llamados en el país de que es hora de "combatirla" en este aspecto. En su opinión, competir en lugar de cooperar y participar en la "competencia verde" conduce al desarrollo de su sector de energías limpias y lo ayuda a "influir" en sus socios en todo el mundo como un tema relevante en el que puede ganar a China.

Anteriormente se ha dicho que la cooperación en el cambio climático es un "oasis" entre China y Estados Unidos, y para la cooperación mundial. Ahora que ha quedado destruido por la provocación estadounidense, ¿permitirá Washington que los comportamientos nocivos de "competencia" y confrontación hagan lo mismo con el "oasis" global? El daño causado por las tácticas paranoicas "competitivas" y de conflicto de Washington en la economía mundial ha quedado plenamente demostrado. Si se le permite poner la "competencia" en el campo del cambio climático relacionada con el destino común de la humanidad, inevitablemente tendrá graves consecuencias lo cual merece la vigilancia y la resistencia de todos.