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spanish.china.org.cn | 11. 10. 2022 | Editor:Teresa Zheng Texto

COVID-19 y crisis energética amenazan gobernanza occidental este invierno

Palabras clave: Occidente, COVID-19, crisis energética

Alto precio de la electricidad en la Unión Europea.


Imagina un invierno de terror: Una habitación sin calefacción; onerosas facturas de electricidad y alimentos; en las calles, varios virus al acecho con el viento frío… Desafortunadamente, este escenario está muy cerca de la realidad en Occidente el próximo invierno.

A medida que la temporada asoma, los expertos en salud advierten una nueva ola de COVID-19 en Europa. Las infecciones han aumentado en muchos países entre ellos Reino Unido, Francia e Italia, alrededor del 8 % en comparación con la semana anterior, según un informe de la Organización Mundial de la Salud el miércoles.

Al otro lado del Océano Atlántico, pese al anuncio del presidente estadounidense Joe Biden el mes pasado del fin de la epidemia de COVID-19 en la nación, el director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, Anthony Fauci, alertó el martes que la población "no debería sorprenderse" si una nueva variante emerge este invierno y claramente señaló que la victoria se proclamó antes de tiempo ya que la amenaza del virus y la lucha de la humanidad contra el mismo está lejos de haber culminado.

Desde la alta inflación hasta la crisis energética, desde la interrupción de la cadena de suministro hasta la agitación geopolítica, la estación de seguro no será fácil para Europa ni para Estados Unidos. Sin embargo, la elección de “pasividad" frente a la nueva variante puede originar un mayor caos social y presión sobre los sistemas de salud. "Hacer nada" cuando se requieren esfuerzos es un gran desprecio por la vida y la seguridad de las personas.

Estados Unidos por ejemplo. Mientras su nivel inflacionario permanece alto, su economía encara una recesión debido a diversas dificultades como la epidemia de COVID-19 y la mayor división entre razas y clases sociales durante los brotes víricos lo cual derivó en violencia y conflictos. Más directamente, el virus causó la muerte de una cantidad considerable de mano de obra, creando “un forado laboral en el país", como afirmó el título de un artículo de Bloomberg en enero.

Aunque la Agencia Europea de Medicamentos considera la epidemia "en curso", es imposible que los países europeos cambien su actitud "pasiva”, una opción inevitable a la luz de factores de influencia como el individualismo y el capitalismo, dijeron algunos observadores.

Lu Xiang, investigador de la Academia de Ciencias Sociales de China, sostuvo que Occidente insiste en "no hacer nada" frente a la COVID-19 en beneficio del desarrollo económico. Pero dicha política en realidad tiene poco efecto en el impulso de la economía: la de China se ha recuperado más rápido que muchas otras con políticas sanitarias más flexibles.

Para Lu, el invierno traerá tres incertidumbres significativas: la epidemia, la geopolítica y la economía. "Todas ellas con la posibilidad de dañar a un gran número de personas y la situación podría ser peor que la Gran Depresión entre 1929 y 1939".

La epidemia ha reducido drásticamente la inmunidad de Occidente para abordar las dudas. Por un lado, su posición ya es deplorable por el peso de la epidemia. El mundo también está cada vez más desencantado con el modelo disfuncional de gobernanza occidental. En segundo lugar, las infecciones intensificarán los conflictos existentes en sus sociedades: mayor brecha entre ricos y pobres, así como división política.

"Una nueva variante junto con otros problemas apremiantes provocarán disturbios sociales generalizados en Occidente. Las pensiones y los sistemas de salud de algunas naciones pueden no estar en la capacidad de mantenerse a flote por mucho tiempo. Además, las crecientes fuerzas conservadoras y populistas en Europa y Estados Unidos pueden incitar disturbios”, comentó Lu.

Si bien el clima recrudece, los peligros acechan Europa y Estados Unidos. El próximo invierno pondrá a prueba la gobernanza occidental. Con suerte, no serán necesarios milagros navideños para ayudarlos a sobrevivir en medio de posibles nuevos brotes y otras crisis en el horizonte.


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