Práctica de vela facilita la integración de niños autistas

Un grupo de niños autistas aprenden a cooperar e interactuar con otros mediante la práctica de vela en Zhangzhou, provincia de Fujian.

Acompañados de sus padres, voluntarios y el entrenador Li Liyong, los menores ataviados con chalecos salvavidas subieron al velero un día a fines de agosto. Con las instrucciones de Li, juntos desataron las cuerdas, izaron la vela y tomaron el timón. A medida que navegaban lejos de la costa, ajustaron su posición según la dirección y la velocidad de la marcha.

Li, de 39 años, aprendió este deporte a los 8 años y conformó el equipo nacional. En 2013, visitó una escuela de educación especial y tuvo contacto con niños autistas por primera vez.

“El mar y la vela me dan poder, pero ¿podrán sacarlos de su encierro espiritual?”, se preguntóLi.

Nadie apoyó su iniciativa dado el riesgo que conlleva el deporte, sobre todo cuando se trata de menores. Sin embargo, Li no abandonó la idea. Visitó varios colegios y estudió muchos libros sobre cómo lidiar con niños autistas.

En mayo de 2013, el primer grupo compuesto de 20 pequeños junto con sus padres iniciaron la travesía. “Varios se negaron a subir al velero o lo hicieron con temor”, dijo Li, e incluso los más nerviosos lo mordieron. 

No obstante, en el mar lograron calmarse poco a poco y hasta sonrieron cuando metieron los pies en el agua.Li supo entonces que su idea había funcionado.

Xiaoyu fue uno de los que participaron en el curso. Según su madre, ganó seguridad y empezó a abrazar y dar la mano a otros niños. Además,compartió su alegría con sus familiares.

La madre de otro pequeño, Xiaoxin, sostuvo que a su hijo se le veía muy contento en el mar. “Estuvo tranquilo y comenzó a hacerme preguntas, algo que no haría en casa”, señaló.

Para Li, el cambio más notorio fue que aprendieron a colaborar e interactuar entre sí. “Estos chicos tienen ojos y mentes muy puras. Algunos poseen múltiples talentos en música o matemáticas”, acotó, y añadió que así más gente puede conocerlos, entenderlos, respetarlos y aceptarlos, así como aprender a tratarlos como el resto de la gente ayudándoles de esta manera a integrarse en la sociedad.

A lo largo de 10 años, Li ha organizado más de 10.000 sesiones de vela.