Deporte,Cultura y Turismo> |
spanish.china.org.cn | 09. 08. 2022 | Editor:Lety Du | Texto |
Toda una vida dedicada a la enseñanza
Ye Lianping imparte una clase de inglés en el aula "hogar para niños de trabajadores migrantes" en la aldea de Buchen, distrito de Hexian, provincia de Anhui, este de China, 21 de julio de 2022.
En los últimos 22 años, Ye Lianping, un maestro jubilado de 95 años de la aldea de Buchen, provincia de Anhui, en el este de China, se ha dedicado a la enseñanza gratuita de hijos de trabajadores migrantes.
La educación siempre ha formado parte de su vida. Tras pasar al retiro en 1991, Ye volvía con frecuencia a las aulas como voluntario.
En 2000, comenzó a imparitr clases gratuitas de inglés a niños cuyos padres laboran lejos del hogar. Empezó en su propia casa con un salón llamado "hogar de los niños de trabajadores migrantes'. Más tarde, el Gobierno local transformó un almacén frente a su vivienda en dos aulas donde más de 2000 pequeños se han beneficiado de sus servicios en poco más de dos décadas.
En 2012, Ye creó el Fondo de Becas Ye Lianping con todos los ahorros de su vida, además de donaciones del Gobierno local y de la escuela. Hasta la fecha, este ha brindado apoyo a centenares de niños de trabajadores migrantes.
Pese a su generoso respaldo, Ye vive en la austeridad. Al no tener hijos propios, vive con su esposa en una casa de más de 30 años de antigüedad donde a menudo ofrece comida y albergue a los niños que viven lejos. Para ahorrar dinero, Ye nunca gasta ni un centavo en él, ni siquiera en una botella de agua. Es así que sigue usando la misma taza esmaltada por décadas.
A pesar de su edad, nunca se cansa de enseñar. En 2010, se le diagnosticó cataratas, pero solo se sometió a la cirugía cuando ya no pudo leer los trabajos de sus alumnos. En el verano de 2018, Ye se lesionó mientras montaba bicicleta, cuando iba a comprar vegetales para los maestros voluntarios. En vez de guardar reposo en cama, volvió a clase con una muleta en una semana.
Ye compite contra el tiempo y dedica toda su energía a la educación rural. "Mi vida es limitada, pero espero dejar mi último respiro dictando clases", declaró Ye.
Al anciano lo apodan "Vela que ilumina la aldea y arde para siempre". Sin embargo, Ye contesta: "Soy solo una luciérnaga, una pequeña luciérnaga (con poca luz), no tan brillante como la luz de una vela".