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spanish.china.org.cn | 24. 06. 2022 | Editor:Eva Yu Texto

El mayor activo de Hong Kong es el compromiso de la nación

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Los peatones caminan bajo banderas nacionales y de la región de Hong Kong. Andy Chong/Diario de China


Los primeros 25 años de Hong Kong después de su regreso a la patria han sido un viaje extraordinario y lleno de baches. El principio "un país, dos sistemas" ha enfrentado varios desafíos, pero podemos decir con orgullo que Hong Kong los ha superado todos.

Algunos dicen que la región es una tierra bendecida y que siempre hemos tenido buena suerte para mantenernos fuera de peligro. Respetuosamente discrepo. El pueblo de Hong Kong es resistente y trabajador y, a pesar de los diferentes puntos de vista, cuando encaramos la adversidad, somos uno solo para vencerla.

Sin embargo, hubo numerosos momentos en que los problemas eran colosales e iban más allá de nuestra capacidad; aun así triunfamos porque la patria siempre estuvo ahí para nosotros.

Comencemos retrocediendo a los primeros días inmediatamente después del traspaso hace 25 años, cuando estalló la crisis financiera asiática de 1997.

Apenas tres meses después de su reunificación, Hong Kong vio cómo su moneda soportaba la presión especulativa. Los mercados bursátiles sufrieron el asalto de un cúmulo de ventas. El gobierno de la región administrativa especial declaró la guerra a los especuladores internacionales al apoderarse con valentía de las acciones con cientos de miles de millones de dólares de Hong Kong para defender la moneda y el índice HangSeng. Ganamos. Hong Kong no solo protegió el valor de sus activos, sino también su condición de centro financiero internacional.

Detrás de este histórico triunfo estuvo el firme apoyo de Beijing. Cuando los hongkoneses sintieron inseguridad sobre el futuro de la ciudad, el entonces primer ministro ZhuRongji prometió a la región ya la comunidad internacional que el Gobierno central velaría por la prosperidad de Hong Kong a toda costa. Beijing envió a dos vicegobernadores del banco central y ofreció a la región una garantía con su reserva de divisas de $120 000 millonesen la batalla contra la especulación exterior.

En ese momento, China continental no era tan fuerte, pero aun así lo dio todo. Fue la mayor fuente de confianza en la región y en la población local, y eso es más valioso que el oro.

Cinco años después, en 2003, Hong Kong sintió el impacto de la gripe aviar. El Gobierno central, en dificultades el mismo con la crisis de salud pública, nuevamente brindó ayuda. Según reportes, entregó a la ciudad más de 15 toneladas métricas de ropa protectora y un gran volumen de otros equipos.

Más tarde, cuando Hong Kong entró en recesión y la tasa de desempleo local alcanzó un máximo histórico, Beijing implementó el Programa de Visitas Individuales para facilitar el flujo de visitantes de la parte continental a la región con la esperanza de inyectar un nuevo impulso a su economía y aliviar la falta de trabajo. El sector minorista, de servicio de comidas y bebidas, el hotelero y el turístico, que albergan una vasta proporción de la fuerza laboral local, levantaron cabeza rápidamente y, como resultado, lograron un mayor desarrollo.

Los recuerdos de los disturbios de 2019 aún deber estar frescos. Nadie podría haber adivinado que estos escalarían sin control en una ciudad con una larga historia de paz y orden, y que la violencia llegaría a proporciones inéditas.Los enfrentamientos demostraron que la crisis de seguridad nacional era real y que tenía el potencial de devenir catastrófica.

Imagínese qué habría pasado si la región hubiera tenido que enfrentarla sola. Seríamos esclavos de un gobierno mafioso. Es casi seguro que las líneas vitales de la ciudad como el comercio, la logística, las finanzas y el turismo hubieran quedado paralizadas y, en unos pocos años, la urbe habría haber perdido su competitividad.

El Gobierno central fue quien tomó la dura decisión de promulgar la Ley de Seguridad Nacional para Hong Kong, poniendo fin al caos y permitiendo que este respirara y reanudara la ley y el orden. Esa es la base de cualquier desarrollo donde sea en el mundo.

La historia es el mejor testimonio. Algunos argumentan que "dos sistemas" es la esencia del principio rector y "un país" es simplemente una "corrección política". Pero los hechos nos cuentan una historia diferente: "Un país" es siempre la base, sin la cual Hong Kong ya podría haber perecido en alguna de las crisis antes mencionadas.

Hong Kong es fuerte y estamos preparados para más retos. Sin embargo, solo con el fuerte apoyo de la parte continental, Hong Kong podrá perseguir sus sueños sin cargas. Solo con una postura firme sobre "un país" puede la ciudad mantener su libertad y apertura. El principio no es solo un requisito constitucional, sino parte de una promesa de la nación a la ciudad: "Cualquiera que sea la situación en la que te encuentres, siempre te apoyaré".

Ese compromiso ha quedado demostrado una y otra vez en los últimos 25 años y seguramente continuará por dicha senda en el futuro.

 

El autor es miembro del Comité de Zhongshan de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino en la provincia de Guangdong y vicepresidente ejecutivo de la Asociación Juvenil de la CCPPCh de Hong Kong. 



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