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spanish.china.org.cn | 16. 06. 2022 | Editor:Teresa Zheng Texto

Vergüenza en el Reino Unido por deportación de refugiados como "delincuentes"

Palabras clave: Reino Unido, refugiados, derechos humanos

La imagen de un video transmitido por la Unidad de Grabación del Parlamento del Reino Unido muestra a la secretaria del Interior, Priti Patel (derecha) reaccionando mientras la secretaria del Interior del Partido Laborista, Yvette Cooper, habla durante la presentación del plan gubernamental de enviar migrantes y solicitantes de asilo que cruzaron el Canal a Ruanda en la Cámara de los Comunes en Londres el 15 de junio de 2022.


Un vuelo especial con solicitantes de asilo desde el Medio Oriente, originalmente programado a partir del Reino Unido hacia Ruanda el martes, fue cancelado tras una intervención de último minuto del Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

Según el "Acuerdo de asociación de asilo" firmado por el Reino Unido y Ruanda, los refugiados que huyeron al país europeo desde países como Afganistán y Siria no pueden reclamar asilo y serían enviados a Ruanda como "bienes".

Incluso los medios de comunicación británicos describieron el plan como "terrible", y los funcionarios de la Agencia para los Refugiados de la ONU han señalado repetidamente que es "ilegal" y "está mal". Sin embargo, Londres, quien siempre se ha llamado a sí mismo "defensor de los derechos humanos", ha mostrado dureza y terquedad frente a las críticas.

Después de la anulación del "vuelo de refugiados", la secretaria del Interior, Priti Patel, dijo que el Gobierno "no será disuadido de hacer lo correcto" y "los preparativos para el próximo vuelo a Ruanda ya están en curso". Es decir, el Reino Unido no se detendrá hasta descartarlos.

Gran parte de ellos vinieron de países devastados por la guerra. Muchos de los conflictos y la agitación que los obligaron a abandonar sus hogares fueron inducidos por naciones como el Reino Unido.

En Afganistán, Reino Unido fue solo superado por Estados Unidos en términos de aportes militares. Se puede decir que Londres tiene la responsabilidad moral de reasentarlos.

Pero la fría realidad es que, aunque el Alto Comisionado de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas criticó el proyecto de ley en marzo que consideraba a los refugiados como "delincuentes", la Royal Navy se ha desplegado en el Canal de la Mancha para tratarlos como inmigrantes ilegales. Las armas de soldados británicos, dirigidas a las naciones de origen de estos refugiados en el pasado, ahora apuntan a destruir sus sueños en el Reino Unido.

Sorprendentemente, esta práctica en extremo inmoral, que "va contra el juicio de Dios", según el arzobispo de Canterbury, ha sido etiquetada por el Gobierno británico como un acto de justicia necesario para aplastar el modelo de trata de personas y salvar las vidas de innumerables inmigrantes.

Los políticos británicos son tan buenos en la retórica. Sin embargo, algunos medios revelaron que el Centro Británico de Deportación despojó a los solicitantes de asilo de sus teléfonos móviles con cámaras y no les brindó agua azucarada a los que pasaban por una huelga de hambre. ¿No estamos ante un caso de maltrato? La Agencia para los Refugiados de la ONU tiene estándares de forma y fondo en cuanto a la orientación y reasentamiento.

Los solicitantes de asilo no son carga. ¿Acaso lo que hace el Reino Unido no es un tráfico de personas disfrazado?

Según Associated Press, antes de recurrir a Ruanda, el miembro más nuevo de la Commonwealth, el Reino Unido también había discutido el tema con Albania y dos territorios británicos en el extranjero: Gibraltar y Ascensión, con la esperanza de enviar a los refugiados a esos lugares, pero no hubo acuerdo e incluso la propuesta fue de plano rechazada. Para justificar "el exilio", el secretario de Gales, Simon Hart, dijo que "Ruanda es una economía que va mejor, con un buen historial en derechos humanos". Sin embargo, el año pasado, el Gobierno británico expresó su preocupación por la llamada situación de los derechos humanos en Ruanda en la revisión de la ONU de los registros en el tema de todos los Estados miembros.

En el tema del “exilio”, a pesar de la constante oposición doméstica, el Gobierno británico, el parlamento y las cortes comparten una actitud bastante consistente, exponen el egoísmo y la hipocresía del sistema. La administración de Johnson incluso ganó puntos políticos al mostrar una imagen populista de que "los intereses internos priorizan la moralidad internacional". El Reino Unido no es un caso aislado a este respecto. La Agencia para los Refugiados de la ONU criticó una vez a Australia por enviar a refugiados a Nauru a miles de kilómetros de distancia. El personal ejecutor de la ley en Estados Unidos fue condenado por la ONU muchas veces por el trato brutal a este grupo.

Sin embargo, es Estados Unidos y los países occidentales los que afirman ser "portadores de los estándares en derechos humanos" y "líderes de los derechos humanos", y son adictos a cumplir un rol de "predicador de los derechos humanos". Hacen la vista gorda ante las violaciones concretas de los derechos humanos, mientras fingen preocuparse por ellos a miles de kilómetros de distancia, e intentan castigar a otros países utilizando mentiras. Es hipócrita y hegemónico, y huele a colonialismo podrido. Es la vergüenza del mundo occidental.

El problema de la deportación de refugiados no ha terminado. Las fuerzas de la justicia en el mundo deben presionar a Londres porque viola no solo los derechos individuales de los mismos, sino también la conciencia y la dignidad de la época.


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