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spanish.china.org.cn | 27. 05. 2022 | Editor:Teresa Zheng Texto

El mundo necesita más que 'hermosas palabras' de EE.UU.

Palabras clave: Blinken, EE.UU., China

Secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken.


El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, pronunció un discurso sobre la política nacional con China en la Universidad George Washington el jueves, hasta ahora la presentación más completa y sistemática del gobierno de Biden en cuanto a las relaciones bilaterales.

En la alocución de más o menos una hora, Blinken describió la estrategia como "invertir, aliarse y competir"; esto es, invertir en la competitividad, formar alianzas y competir con China.

En general, la narrativa parece ser relativamente "moderada", especialmente en comparación con el "nuevo discurso de la cortina de hierro" del exsecretario de Estado Mike Pompeo en 2020. Mostró una postura menos agresiva y belicosa e incluso hizo alarde de algunas "hermosas palabras".

Por ejemplo, Blinken expresó la voluntad de fortalecer la "comunicación directa sobre una amplia gama de temas", y agregó que Washington "no busca transformar el sistema político chino" y "no busca impedir el crecimiento de su economía". Estados Unidos "no desea una nueva Guerra Fría", "no desea separar la economía china de la mundial" y "no apoya la independencia de Taiwán". Sin embargo, como dice un antiguo dicho chino: "No solo escuchamos lo que uno dice, sino también observamos lo que uno hace". La posición es de espera.

Por supuesto, no fue el contenido de toda su presentación. Las "hermosas palabras" a menudo venían acompañadas de una oración, como que Beijing plantea el "desafío a largo plazo más serio" para el orden internacional, y es necesario garantizar que China cumpla con las reglas internacionales mientras que Estados Unidos "dará forma al entorno estratégico de Beijing" y "llama al cambio, no para oponerse a China, sino para defender la paz, la seguridad y la dignidad humana". La política estadounidense hacia Taiwán permanece inalterable, pero "lo que cambia es la creciente coerción de Beijing".

La retórica diplomática todavía pide a Beijing someterse a las demandas hegemónicas de Washington con lo cual revela la inconsistencia de este entre lo que piensa y lo que hace. Quiere posicionarse en un terreno moral alto, mientras coloca sus intereses por encima del de los demás.

Ciertamente esperamos que Washington tome en serio el no caer en una “nueva Guerra Fría” con China, pero el mayor problema ahora es que dice una cosa y hace otra. Joe Biden, anunció el lanzamiento del "Marco Económico del Indo-Pacífico" durante su gira por Asia recién concluida, considerado un grupo para excluir a China, y emitió una declaración conjunta con muchas partes dirigidas a China después de la cumbre de Los Cuatro. En muchas ocasiones, Estados Unidos ha dicho que busca "evitar una nueva Guerra Fría", pero en la práctica ha dividido el campo en ideologías y ha solicitado arbitrariamente a otros países elegir un bando. ¿No es esto sonar las alarmas de una "nueva Guerra Fría"?

Incluso en el último discurso político de Blinken declarando que "no hay una nueva Guerra Fría", muchas de sus palabras revelan prejuicios ideológicos y mentalidad de la época, lo cual va en línea con la impresión de la gente sobre el comportamiento de Washington. Así, se describe a China como un "desafío", mientras que la respuesta estadounidense es una especie de "disuasión", como si China fuera el agresor y él, el defensor. En cuanto a la cuestión de Taiwán, se acusa a China continental de cambiar unilateralmente el statu quo, lo que en realidad debería atribuirse a la fuerza secesionista de la isla. Todas estas son trampas discursivas que convierten lo malo en bueno.

Asimismo, Blinken continuó con la práctica de la era de Pompeo de tratar de separar al Gobierno chino del pueblo chino, lo cual es arrogante para el sistema político del país y una falta de respeto para su gente.

La razón por la que parece menos "belicosa" es que –según lo dicho por el mismo Blinken - Estados Unidos tiene una capacidad limitada para influir directamente en las "intenciones" y "ambiciones" de China. Cabe mencionar que lo que Blinken no expresó es precisamente la realidad que tiene que enfrentar Estados Unidos. Por ejemplo, enfatizó que este sigue siendo una sociedad diversa y dinámica, pero el telón de fondo es el declive, el racismo desenfrenado, la violencia armada, y otros problemas crónicos que son difíciles de erradicar. Habló mucho sobre aliados y asociaciones, pero lo cierto es que Estados Unidos pasa por una crisis de credibilidad a nivel mundial. Las áreas donde Blinken mostró un tono muy positivo son precisamente los dilemas que encara el país norteamericano.

En cualquier caso, en comparación con su predecesor, la retórica de Blinken sobre China parecía ser "más responsable" y al menos abordó muchos temas de cooperación.

Como el país desarrollado y en desarrollo más grandes, las relaciones entre ambos afectan profundamente la dirección del mundo. La política de China hacia su par estadounidense es consecuente y certera, y siempre cumple con su compromiso. El punto clave es si Washington puede predicar con el ejemplo.

Esperamos que pueda implementar las áreas de colaboración como se menciona en la alocución y con respecto a las diferencias, manejarlas de acuerdo con los deseos expresados en los comentarios. Esta es una buena noticia para China, Estados Unidos y el mundo.

Benjamin Franklin dijo una vez: "La honestidad es la mejor política". Aunque Washington es superior en el poder de las palabras, el mundo espera que las cumpla con hechos en el campo cooperativo y en la solución de problemas, y no solo contentarse con "palabras hermosas".


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