La violencia armada contra niños como herramienta electoral demócrata

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, declara en la sala Roosevelt de la Casa Blanca en Washington DC el 24 de mayo de 2022 después de que un joven armado matara a tiros a 18 niños en una escuela primaria en Texas.

Un joven armado mató a 19 niños y dos adultos el martes en una escuela primaria de Texas, según informes de la prensa estadounidense, el más mortífero en una década en el país.

La respuesta del Gobierno fue una vez más emocional e hipócrita. En un discurso en la Casa Blanca horas después de la tragedia, Biden lo retrató como "otra masacre" y dijo: "Como nación, tenemos que preguntarnos ¿cuándo, en nombre de Dios, vamos a enfrentar el lobby de armas?". En una alocución el mismo día, la vicepresidenta del país, Kamala Harris, dijo: "Nuestros corazones están destrozados y siguen rotos... Es suficiente…Tenemos que tener el coraje de tomar medidas".

Gran parte de los republicanos se oponen a las restricciones de armas y los grupos a favor de ellas tienden a apoyar abrumadoramente a sus candidatos. Biden y Harris obviamente usan esta carta meses antes de las elecciones de mitad de período en un intento por obtener más votos.

Sin embargo, esta acción tendrá poco efecto. "El derecho de la gente [estadounidense] a portar armas" está estipulado en la Constitución de Estados Unidos. El lobby del sector en el país es capaz de persuadir a los políticos. En este contexto, es muy difícil para la administración demócrata fije límites.

Los demócratas tienden a destacar las medidas de su control. Durante el Gobierno de Obama, la retórica sonaba aún más elocuente que el actual, pero resulta que no hubo efectos ni en el control de armas ni en lo fácil que es desatar el crimen con las mismas.

Desde una perspectiva moral, se supone que las armas conllevan límites ya que su derecho a portarlas por los estadounidenses comunes ha provocado un sinfín de tragedias. Desafortunadamente, la violencia no desaparecerá mientras Estados Unidos retenga su sistema político actual. La separación de poderes y pluralismo social en la sociedad estadounidense, según ellos la base de su sistema, refleja con precisión un defecto fatal cuando se trata de este aspecto.

Los demócratas también son conscientes de los obstáculos insuperables de su tratamiento. Cada vez que se acerca una elección, para obtener más apoyo, tienden a llevar el tema al terreno moral. Pero su retórica o promesa son solo palabras vacías y la pesadilla continúa. Después de los comicios, este problema volverá a dejarse de lado. El drama se repite y esta vez no será la excepción. Esto muestra la hipocresía de la política estadounidense.

Estados Unidos se enorgullece de ser un país demócrata, gobernado por el pueblo, pero la violencia armada expone exactamente lo contrario. Viviendo en Estados Unidos, la población es víctima de ella y no puede participar en la gobernanza de su país, lo que es peor, es que la seguridad de sus vidas y propiedades no está asegurada. Los políticos estadounidenses están acostumbrados a hablar sobre los derechos humanos, pero utilizan trucos políticos para asuntos vinculados con el derecho a la vida y la salud de los estadounidenses como el control de armas y la discriminación racial. Han convertido estos problemas en instrumentos de lucha partidista y han colocado sus intereses personales por encima de la gente.

Irónicamente, Estados Unidos es bueno para difundir mentiras a través de estudiosos. Uno de ellos, es el alemán Adrian Zenz, quien ha fabricado muchas falacias sobre temas relacionados con los derechos humanos en China. ¿Pero alguno de ellos ha expresado su preocupación por los tiroteos en Estados Unidos? La situación de los derechos humanos en Estados Unidos es pobre y en deterioro por lo que no está calificada para acusar a otros como China.

El doble rasero e hipocresía en términos de derechos humanos demuestra que estos son meras herramientas de políticos estadounidenses. Internamente, se puede utilizar con motivos electorales y ganancias políticas, aunque externamente, no es más que un instrumento para frenar a la competencia, manipular e intimidar a los países que no obedecen a los intereses de Washington y mantener su hegemonía global.