Un millón de muertes por la catastrófica respuesta epidémica e incompetencia de Washington

Ilustración: Liu Rui/GT

El número de muertos por COVID-19 ha superado el millón en Estados Unidos, según el recuento de NBC News. La cifra es la más alta por país a nivel mundial, los expertos señalaron que el gran costo en vidas humanas refleja el fracaso en la respuesta a la pandemia y la incompetencia del Gobierno.

Algunos otros institutos como la Universidad Johns Hopkins registraron números ligeramente menores, pero cercanos al millón el domingo.

Estados Unidos se ha convertido en el "peor país" del planeta en cuanto a la respuesta covid debido a la politización de la epidemia, las directrices contradictorias y la desintegración social, acotaron los analistas.

"La respuesta vírica es una cuestión de acción política, determinación de los principales líderes y la capacidad del sistema político para adaptarse a esta voluntad. Desafortunadamente, Estados Unidos tomó una decisión equivocada", opinó Lü Xiang, investigador de la Academia China de Ciencias Sociales, el domingo.

Los expertos en salud estadounidenses también han reflexionado sobre la respuesta fallida. El número de muertos no tenía razón de ser tan pronunciado y la política pandémica podría haberse manejado mucho mejor, declaró el Dr. Amesh Adalja, académico principal del Centro para la Seguridad de la Salud de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore y portavoz de la Sociedad de Enfermedades Infecciosas de América, a un medio local.

Las pruebas oportunas y generalizadas son cruciales para aislar a las personas infectadas, pero hubo problemas constantes, incluidas pruebas defectuosas, retrasos en los resultados, cuellos de botella en laboratorios y largas filas en los sitios de prueba antes de que los descartes estuvieran disponibles en los hogares, reportó la prensa estadounidense.

En lugar de centrarse en la prevención y control de epidemias, el Gobierno publicó información falsa para engañar a la población. Desde el inicio de la pandemia, el expresidente estadounidense Donald Trump indicó que iba a desaparecer “un día, como un milagro, desaparecerá". Lo dijo en la Casa Blanca el 27 de febrero de 2020 mientras el virus avanzaba por Asia y Europa.

Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos, advirtió días después: "a medida que pasen las próximas dos o tres semanas, veremos muchos más casos comunitarios". Los hechos le dieron la razón.

Los observadores notaron que en el país, algunos políticos trataban de minimizar el daño de la epidemia y presionaban por medidas contrarias al consejo de expertos en salud pública, politizando temas científicos y creando tensiones sociales. Al mismo tiempo, culpaban y estigmatizaban a otros países.

El 26 de mayo de 2021, el presidente Joe Biden ordenó una investigación de inteligencia de lo que según él eran dos escenarios igualmente plausibles del origen de la COVID-19. Sin embargo, el informe de 17 páginas de la Oficina de Inteligencia Nacional no ofreció nuevas conclusiones. En el comunicado, de poco más de 300 palabras, se menciona seis veces la "Comunidad de inteligencia", pero no hay rastro de "ciencia".

Como dijo Adalja, algunos de los errores más grandes ocurrieron al comienzo de la pandemia en 2020, cuando Washington eligió "evadirla" en lugar de adoptar un enfoque proactivo lo que dio al virus una ventaja inicial para propagarse.

El 21 de octubre de 2020, CNN publicó un artículo titulado “Ciencia extraña: cómo un artículo de mala calidad respaldado por Bannon sobre los orígenes del coronavirus llega a una audiencia de millones”. El texto expuso la insidiosa intención de los políticos estadounidenses de difamar a China en el tema.

“Después de ver cómo la política china de cero covid ha salvado muchas vidas, el mayor desafío para Estados Unidos es cómo racionalizar su enorme número de muertos”, dijo Lü. "¿Por qué Estados Unidos, el país más desarrollado del mundo, tiene más de un millón de muertos? No hay respuesta para su gente, así que eligen culparse unos a otros y desviar la atención pública".

La tragedia no es solo que un millón de personas hayan perdido la vida, sino que el país sea incapaz de reflexionar sobre ello. "En cuanto a la lucha contra la epidemia, Washington solo puede discutir si apoya o no una determinada declaración, pero su reflexión sobre cómo desarrollar la capacidad de un sistema está lejos de ser suficiente", sostuvo Lü.