EE.UU. no puede comprar 'seguridad absoluta' con un enorme gasto militar

El Pentágono.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, presentó el lunes al Congreso la propuesta presupuestaria para el año fiscal 2023. Los 813 300 millones de dólares en defensa y seguridad nacional atrajeron gran atención. "Entre las mayores inversiones en la historia de nuestra seguridad nacional", como lo catalogó el mandatario. Este enfatizó: "Una vez más enfrentamos una mayor competencia de otras naciones, China y Rusia, que exige inversiones en capacidades espaciales, cibernéticas y otras de avanzada, incluido el campo hipersónico". Acotó además: "América es más próspera, exitosa y justa cuando está más segura".

La pregunta es evidente, ¿qué es exactamente lo suficiente para que Estados Unidos esté "más seguro?". Sin un gran enemigo al sur y al norte no es suficiente. La ventaja geográfica natural de estar entre dos océanos no es suficiente. Contar con la fuerza militar más poderosa del mundo no es suficiente. El presupuesto de defensa de $ 813 300 millones, aproximadamente el 40 % del gasto militar mundial, al parecer no es suficiente. Estados Unidos busca la seguridad absoluta. Para ello, no hay lugar para "el más seguro" sino solo para "más seguro". En Estados Unidos, con una sociedad dividida y partidos políticos en constante enfrentamiento, las élites gobernantes comparten casi la misma postura en cuanto al aumento del gasto militar.

Los $ 813 300 millones no es la cifra final. Es probable que el Congreso la incremente. Existe una "tendencia" a que el monto aprobado sea mayor al solicitado. En el último año de Donald Trump, el pedido de un presupuesto de defensa de $ 752 900 millones, visto ya como un record, recibió 25 000 millones más para totalizar $ 778 000 millones en 2022.

El actual es 4,1 % más que el del 2022 y 9,8 % superior al del 2021. Algunos analistas predicen que pronto sobrepasará los 1000 millones. Tal escala es suficiente para colarse entre los 20 países en términos de PIB. Además, el PIB estadounidense representa alrededor del 20 % del PIB mundial, pero su gasto militar es casi la mitad del gasto militar en el planeta, sobre la suma de los presupuestos de más de 100 países. Aun así, Estados Unidos todavía se siente "inseguro".  Es justo decir que la nación está enferma.

Cabe señalar que, aunque el conflicto Rusia-Ucrania se ha convertido en una excusa para tal incremento, Washington todavía piensa en China, a la que identifica como una "amenaza estratégica más desafiante". Para ellos, la crisis en Ucrania es un episodio más, mientras que el objetivo de siempre es contener a China, su mayor “enemigo imaginario". El país ha implementado una serie de mecanismos de seguridad militar en los últimos dos años, desde el fortalecimiento de la Alianza de los "cinco ojos" hasta el Diálogo de Seguridad Cuadrilateral, junto con AUKUS, un pacto trilateral de seguridad, así como otras asociaciones militares bilaterales. Es una formación "5-4-3-2" en la región Asia-Pacífico. Su búsqueda de expansión militar es como un automóvil fuera de control en la carretera rumbo al militarismo.

La "Carta de China" es la excusa necesaria para presupuestos de impacto. Casi nadie en Estados Unidos se atreve a hablar abiertamente sobre los drásticos  recortes actuales en el gasto militar, pese a presumir de ser un país con la mejor "democracia". Sin embargo, las mentiras de Washington caerán. Su PIB per cápita es seis veces el de China, pero su gasto militar per cápita es 31 veces. ¿No es claro quién es la amenaza y el desafío?

Sus élites políticas están obsesionadas con un oneroso presupuesto militar. Les importa sus intereses políticos y no la vida del pueblo. Los legisladores republicanos alegaron que la inflación del 7,9 % restringió el aumento del presupuesto militar y los estadounidenses sufren múltiples golpes, desde aumentos de alquiler a precios elevados de la gasolina. Mientras el complejo militar-industrial se ha beneficiado enormemente con este incremento, los contribuyentes son incapaces de actuar ante el aumento de la deuda nacional. Lo que es más irónico es que los demócratas abandonan el paquete de ayuda pandémica para garantizar el paso de esta legislación en mayor amplitud.

Cuando se llega al máximo, al ascenso le sigue el declive. Estados Unidos deben entender que en el mundo de hoy, ningún país puede basar su propia seguridad absoluta sobre la inseguridad absoluta de otros. Si no destierra ese mito hegemónico y la ilusión de seguridad, nunca será suficiente, sin importar cuán grande sea su presupuesto militar, porque las personas con sentido común entienden que la hegemonía infinita y la seguridad absoluta no existen en este mundo.