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spanish.china.org.cn | 16. 03. 2022 | Editor:Teresa Zheng Texto

La lucha contra la epidemia en China no puede ni deberá “claudicar”

Palabras clave: China, COVID-19, desafío

Pruebas de ácido nuceico en Changchun, provincia de Jilin, noreste de China, 13 de marzo de 2022.


En una conferencia de prensa el martes del Mecanismo Conjunto de Prevención y Control COVID-19 del Consejo de Estado, un portavoz de la Comisión Nacional de Salud de China informó de brotes en diferentes puntos del país. Desde marzo, el país ha experimentado un rápido aumento de su frecuencia y del número de casos. La ola ha afectado a 28 provincias y regiones, y se caracteriza por la aparición de más grupos, un área más amplia de contagio y mayor frecuencia en el mismo. Los datos muestran que el número acumulado en los últimos tres meses supera el total de 2021. China enfrenta un desafío serio y complejo.

En momentos así, es necesario continuar con firmeza la estrategia general de seguimiento de casos importados, el rebote interno y la política dinámica de cero-covid. Aunque la variante de ómicron se ha extendido, es controlable. Las nuevas infecciones marcan récords de dos años, pero el porcentaje de la población infectada sigue siendo bajo si lo comparamos con otros países. Lo más importante es que casi todos los chinos están convencidos de la erradicación del virus, que la cifra caerá a cero y que un desastre humanitario a gran escala no se producirá en el país.

La expectativa tiene como base el éxito de la estrategia nacional y el enfoque de prevención y control. El esquema ha velado por la vida y la salud de las personas lo mejor posible, el normal desenvolvimiento del trabajo y la rutina diaria y la seguridad de la cadena de suministro industrial. Las medidas han demostrado ser efectivas contra los brotes de ómicron. Por supuesto, su naturaleza altamente transmisible obliga a tomar políticas más tempranas, rápidas, estrictas y sólidas. En otras palabras, la flexibilización no es una opción, especialmente en momentos extremos; ee lo contrario, todo lo logrado servirá de nada.

En esta situación, algunos medios de comunicación occidentales nuevamente cuestionaron la política dinámica de cero casos. Algunos cibernautas cayeron en su influencia y creen que el país debe actuar como Occidente, renunciar a su estrategia y hacer nada a favor de la economía. Sin embargo, no mencionan que los países occidentales no son capaces de tomar una política dinámica parecida y que no es una suerte de voluntad. Y no señalan el gran precio en vidas que han pagado por elegir "claudicar". Los chinos no pueden darse el lujo de decenas de millones de infectados, un sistema de salud no puede soportar dicho panorama, mientras la población renuncia a llevar una vida socioeconómica normal.

La política dinámica de casos cero no equivale a "no infecciones", está dirigida a controlar la epidemia lo antes posible con el mayor esfuerzo al mínimo costo y con un red de prevención precisa. El éxito es incuestionable, sin importar el baremo con que se mida, cifra de muertos, casos o desarrollo económico. La Oficina Nacional de Estadísticas dijo el martes que los principales índices económicos de China se recuperaron en enero y febrero, y mostraron un mejor avance de lo esperado. Es decir, se ha acumulado una vasta experiencia en control y prevención con medidas efectivas de freno en la propagación del virus. El impacto de la epidemia en la economía amainará gradualmente.

Queda demostrado que el enfoque y los efectos de la lucha contra la epidemia en China son buenos. El estado es capaz de integrar recursos, el Gobierno es responsable ante el pueblo y ellos están dispuestos a cooperar con sus métodos: estas son las diferencias más grandes entre China y Occidente. Claro es que la política dinámica cero-covid no es evidente. Los Gobiernos de diferentes niveles están sujetos a demandas de mayor nivel: no pueden caer en la pasividad y no pueden tomar una acción errónea. A medida que construyen líneas de defensa, deben minimizar el impacto en empresas, trabajo y en la vida diaria al tiempo que maximizan el impulso del desarrollo social y económico.

En una palabra, la lucha epidémica de China no puede, ni lo hará, "claudicar". Ciertamente, siempre se han ajustado las medidas de prevención y control de acuerdo con la situación. El martes, la Comisión Nacional de Salud publicó la última versión del Protocolo de Diagnóstico y Tratamiento con muchas actualizaciones en términos de pruebas, gestión y tratamiento. Además, hay mucho pan por rebanar, que incluye incrementar las tasas de vacunación, acelerar el desarrollo de medicinas y establecer planes de respuesta de emergencia más completos. La lucha no viene sin preparación y solo la acción preventiva ofrecerá una salida adecuada.


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