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spanish.china.org.cn | 29. 01. 2022 | Editor:Teresa Zheng Texto

Ataque fallido contra los JJ.OO. Beijing 2022 muestra la incompetencia de Washington

Palabras clave: JJ.OO., Beijing 2022, Estados Unidos

Sergey Naryshkin, director del Servicio de Inteligencia de Rusia, declaró el 18 de enero que el departamento de Estado de Estados Unidos estuvo involucrado en una campaña de presión sobre aliados, ONG y medios de comunicación con el fin de "interferir de manera agresiva y maliciosa en los preparativos de los Juegos Olímpicos de Beijing" y "desacreditar a los organizadores" con una cobertura negativa. El esquema muestra varios ángulos: publicaciones sobre un problema de seguridad con la aplicación oficial del evento, espionaje a deportistas por lo que debían evitar traer sus móviles regulares, ataques a la política de cero covid y la arbitrariedad de China y mayor propaganda contra la región autónoma Uygur de Xinjiang.

La agenda es clara: que el cotejo invernal sea una humillación política para China y que el país no obtenga el prestigio que conlleva celebrarlo, sino que sufra a manos de una constante publicidad negativa, con legitimidad a boicots y endurecimiento de la opinión pública en Occidente contra la justa y en apoyo a más políticas anti-China. Todo lo anterior forma parte de un proceso conocido como "consentimiento fabricado". Es la misma guerra de opinión pública librada desde el 2019, con Xinjiang como núcleo, para incitar la hostilidad, emociones negativas y desaliento al compromiso chino bajo la acusación de "genocidio". Los principales medios, como la BBC, también son culpables y toman ventaja de este contexto.

Sin embargo, este proceder es reciente. De julio a fines de noviembre, el gobierno de Biden dejó de lado su política de China. Coincidiendo con la crisis de Afganistán, la Casa Blanca buscó estabilizar sus relaciones con Beijing, mientras configuraba sus prioridades. Asimismo, la cobertura mediática en Xinjiang se detuvo casi en su totalidad en este período. Al tomar la BBC como ejemplo, la cadena publicó 51 artículos de ataque a Xinjiang (casi uno cada semana); sin embargo, en agosto, septiembre y octubre, el número bajó en picada. Cabe anotar que a principios de año, hubo una apuesta agresiva en línea con la entrada de Biden a la Casa Blanca y el cúmulo de sanciones, la meta era crear oposición a China en Europa y bloquear el Acuerdo de inversión integral.

Tras el período de silencio en el verano y luego de la cumbre entre Xi y Biden, Washington incrementó la hostilidad en los medios al desacreditar los Juegos Olímpicos de Invierno. Solo semanas después del encuentro, el "Tribunal Uygur", una suerte de corte creada con expertos y testigos de dudosa confianza, dictó su resolución. A ello le siguió una nueva ronda de listas de compañías chinas con restricciones, la aprobación de la "Ley de prevención del trabajo forzado Uygur " que prohibió las importaciones de Xinjiang por tal supuesto y la declaración de boicot diplomático. Además, de la reanudación de una gran cobertura negativa de China, todo con el fin de desprestigiar los Juegos Olímpicos de Invierno.

Es interesante apuntar cómo la BBC utilizó su división BBC Sport (una sección que por interés propio debe ser imparcial y apolítica) para impulsar propaganda de boicot vinculada a Xinjiang. Un ejemplo inquietante es el reporte del 14 de enero de un jugador de baloncesto contrario a China "Enes Kanter Freedom" con el titular: "Beijing 2022: Enes Kanter Freedom insta a deportistas olímpicos al boicot". La nota presenta acusaciones contra Xinjiang, incluso declara falsamente que el "Gobierno del Reino Unido lo denominaba genocidio" (solo un puñado de políticos de bajo nivel). Esto puso en relieve una combinación perturbadora entre cobertura deportiva y política que muestra el rol de la cadena en el proceso de fabricación a través del evento olímpico.

En resumen, la campaña contra la justa es implacable, deliberada, política y coordinada y a medida que se acerca el evento, solo empeorará. Sin embargo, China se mantiene segura al percibir que un reducido grupo de países no tiene derecho a dominar o dictar en asuntos mundiales. Muchos líderes asistirán al evento y según un reciente artículo en Político, el boicot estadounidense es un fracaso ante la duda de muchos países de unirse a él. No ha logrado su cometido y esto ilustra la incompetencia y la debilidad de la Administración Biden. Aún así, muchos no son conscientes de esta estrategia de odio hacia China con un ataque masivo de propaganda y por ello es hora de que el mundo despierte.


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