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spanish.china.org.cn | 23. 11. 2021 | Editor:Liria Li | Texto |
El embajador de El Salvador en China, Aldo Álvarez. Wang Bowen
Lleva tres meses como embajador del país latinoamericano que tiene la relación diplomática más joven con China: en agosto pasado se cumplieron tres años. En este diálogo con China Hoy, Aldo Álvarez comparte sus reflexiones sobre la cooperación en la lucha contra la pandemia de COVID-19 y adelanta que uno de sus objetivos es activar en marzo un mecanismo de diálogo político con China que permita afianzar la relación.
China Hoy (CH): Uno de los ámbitos más resaltantes en estos tres años de relaciones diplomáticas ha sido la lucha conjunta contra la pandemia de COVID-19. El Salvador inició su proceso de vacunación el 17 de febrero, para el cual ha contado con los inmunizantes desarrollados por la farmacéuticas chinas Sinovac y Sinopharm. ¿Cuál fue la clave para que esta cooperación llegase a buen puerto?
Aldo Álvarez (AA): En efecto, nosotros comenzamos nuestro esquema de vacunación bastante temprano. El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, es una persona que realmente se anticipa mucho a los hechos, y comenzó una labor de mandar notas y cartas a las distintas farmacéuticas internacionales, incluyendo las de China. Por supuesto, la respuesta que recibió de la mayoría de ellas fue: “Les vamos a poner en la lista de espera porque estamos en la etapa de producción, y cuando haya disponibilidad les vamos a avisar”. Claro, a la larga llegó un momento en el que sí nos avisaron, pero nosotros ya teníamos muy avanzado nuestro esquema de vacunación. Pero quienes sí respondieron tempranamente fueron las farmacéuticas de China y nos dijeron: “Nosotros acá somos socios, somos amigos y ustedes, como miembros que son de la Franja y la Ruta, son también socios especiales para China”.
Hubo donaciones y también compra de vacunas. Desde el inicio fueron las de Sinovac, que son las que más se han administrado. Luego se obtuvo Sinopharm en una cantidad menor. Pero fundamentalmente fue Sinovac y arrancamos el proceso de vacunación. Se creó un megacentro de vacunación y hoy día El Salvador es uno de los países que tiene más gente vacunada en relación con su población: cerca del 80 % con una de las dosis y más del 60 % con las dos dosis. Eso ya nos da un porcentaje importante para poder lograr algún tipo de inmunidad colectiva.
Entonces, cuando me pregunta cuál fue la clave para esta pronta respuesta de China, pues fue evidentemente por las buenas relaciones que tenemos. Por ejemplo, El Salvador tiene dos países vecinos, que son Guatemala y Honduras. Cuando nosotros teníamos ya funcionando nuestro esquema de vacunación, ellos no tenían acceso pero ni a una vacuna.
CH: Y El Salvador les donó vacunas.
AA: Y el presidente tomó la decisión humanitaria de donar vacunas a Honduras, no directamente al gobierno sino a los municipios, y a Guatemala. Fue una acción muy solidaria porque le pidieron ayuda, especialmente para los adultos mayores y grupos vulnerables.
Para redondear su pregunta, la conclusión es que es evidente que esta fue una muestra de lo que significa ser un amigo y socio confiable. Para nosotros, China es un socio confiable hoy en día porque ha dado muestras de ello. Sin ir más lejos, en diciembre llegará un nuevo donativo de vacunas. China da muestras al mundo de lo que es el desarrollo con solidaridad. Eso también demuestra que China está estableciendo nuevos paradigmas en las relaciones internacionales, que no son los paradigmas tradicionales del pasado.
CH: La economía mundial pasa por una situación difícil como consecuencia de la pandemia. Sin embargo, según el Banco Central de Reserva de su país, El Salvador ha venido recuperando su nivel de exportaciones e, incluso, en el primer semestre del año ha logrado superar los niveles de 2019. China es uno de los países a donde más exporta. Más allá del campo sanitario, ¿es el comercial el ámbito de la relación en el que más se ha avanzado?
AA: Hay que decir que si bien no existían relaciones formales diplomáticas, históricamente siempre hubo una relación comercial con China, pero no era a nivel de gobiernos, sino de comerciantes con comerciantes. Sin embargo, cuando se abren las relaciones diplomáticas, eso permite ya dialogar de Gobierno a Gobierno sobre ciertas políticas públicas encaminadas a potenciar o a mejorar determinada forma de comerciar o determinado tipo de relación arancelaria.
Entonces, yo, por ejemplo, que ahora ejerzo la representación, también soy representante comercial y estoy en una posición más favorable porque le puedo decir a mi oficina de promoción de inversiones e importaciones lo que aquí se demanda, y también si en El Salvador se necesita algo, puedo decirles quién es aquí el mejor proveedor. Entonces, la relación comercial se va volviendo más ordenada.
Por último, la relación diplomática permite también platicar sobre el fortalecimiento comercial. Una de las misiones con las que yo vengo, encomendadas por el presidente, es fortalecer las relaciones con China a todo nivel: cultural, académico, pero sobre todo comercial y económico. Hemos solicitado la activación de un mecanismo de diálogo político, el cual forma parte del paquete de acuerdos cuando se establecieron las relaciones diplomáticas. Buscamos la posibilidad de un diálogo político de al menos una vez al año entre Cancillerías. Lo he solicitado para marzo del otro año y probablemente de ahí surja la iniciativa de que podamos explorar la posibilidad de tratados arancelarios.
CH: Entre los productos salvadoreños que más se exportan a China están, en primer lugar, el azúcar, y en segundo lugar, el café. ¿Qué otros productos esperan hacer ingresar al mercado chino?
AA: Como usted bien dice, el principal producto de exportación a China es el azúcar, el azúcar de la caña. A pesar de que el café está en segundo lugar, hay un margen muy importante entre ambos, así que queremos potenciar más el café. Nosotros tenemos hoy en El Salvador un programa en el que todos los embajadores somos también embajadores del café. En ese sentido, estoy tratando de encontrar nuevos nichos de mercado aquí. Creemos que en los próximos meses vamos a tener un incremento importante en la exportación de café salvadoreño a China.
Pero también hay otros productos. Creemos que no se ha estado aprovechando el potencial de los licores. Nosotros tenemos licores de muy buena calidad, básicamente ron, pero también tenemos otros licores autóctonos, como Chaparro. Asimismo, estamos tratando, aunque lleva su tiempo por los permisos, de entrar con la carne de cerdo, cuya demanda aún no está siendo suplida como se necesita en China. Costa Rica es el único país en Centroamérica que ya tiene sus permisos para exportar carne. Nosotros estamos comenzando el proceso, pero eso nos está permitiendo también crear una infraestructura productiva que creo que le va a cambiar la vida al gremio salvadoreño que se dedica a la industria porcina. También está el área de las frutas, en donde hay una posibilidad importante.
CH: Teniendo en cuenta que países latinoamericanos como Ecuador y Uruguay han expresado sus deseos de suscribir un tratado de libre comercio (TLC) con China, ¿cómo ve usted esa posibilidad para el caso de El Salvador?
AA: Cuando se me da el mandato de profundizar nuestras relaciones con China hasta el máximo de sus posibilidades, nada está excluido de entrada, aunque no está expresamente especificado. Estamos tratando de hacer las cosas muy ordenadamente. Creo que en el mecanismo de diálogo político, que buscamos activar, ese va a ser uno de los temas.
Yo tengo una muy buena relación personal con la embajadora de China en El Salvador, Ou Jianhong, a quien considero una gran diplomática. Sí hubo expresiones de interés por parte de ella. Me ha dicho que quieren avanzar hacia un TLC con El Salvador. Tal vez no ha habido una expresión formal en términos de que nos manden una carta porque aún hay pasos que seguir. Si tomamos la decisión de que ese es el camino, entonces tendremos que empezar a establecer una mesa de negociación. Hoy mismo estoy viendo la experiencia de Ecuador, que ahorita está negociando un TLC con China.
CH: Quisiera poder precisar la pregunta. ¿Hay un interés en el Gobierno del presidente Bukele por un TLC con China?
AA: Como le dije al inicio, ni está excluido ni está expresamente mencionado. El mandato que tengo, ese sí expreso, es fortalecer nuestras relaciones de todo tipo al mayor nivel posible, y cuando decimos de todo tipo está lo comercial. ¿Y cómo se fortalecen las relaciones comerciales? Pues cuando ya se quiere llegar a niveles más avanzados, tenés que entrar al terreno de lo arancelario. Y el TLC es el terreno de lo arancelario, pero en su máxima expresión. Pero considero que este será un parto que va a nacer muy probablemente como iniciativa cuando se dé el diálogo político en marzo.
CH: Dentro de este objetivo de fortalecer las relaciones con China de todo tipo, ¿cuán importantes son los intercambios culturales?
AA: Estamos tratando de fortalecer también la parte cultural. Ahora en diciembre viene un nuevo personal de refuerzo para la embajada: cuatro personas para reforzar el área comercial, el área política, el área cultural, entre otras. Entonces, esa es una parte que queremos fomentar. Tanto nosotros aquí en China como la embajadora de China en El Salvador, con quien reitero que tengo una relación muy fraterna, mantenemos un diálogo bastante frecuente para ir evacuando temas comunes. Ella, por su lado, está tratando de fomentar que la gente en El Salvador conozca más la rica cultura china, el arte, la danza, la música.
Pero también hay otro proyecto importante, que son los institutos Confucio. En El Salvador hay un Instituto Confucio en la Universidad de El Salvador, pero existe también la posibilidad de establecer otros institutos con otras universidades. En estas próximas semanas estableceré contacto con un par de universidades en El Salvador para ver si están interesadas en hospedar un Instituto Confucio. Esa es también una forma en la que queremos incrementar nuestra relación en la parte cultural, y sin duda lo vamos a hacer.
CH: En los últimos tres años, China estableció relaciones diplomáticas con Panamá, la República Dominicana y El Salvador. ¿Cómo observa este mayor acercamiento de China con la región centroamericana y caribeña?
AA: Para mí es una situación lógica. Es un desenlace totalmente previsible por el tipo de realidad internacional que tenemos hoy en día. La historia es la historia. Nada sucede porque debía suceder antes o después, ocurren las cosas cuando ocurren y tienen su explicación sociológica e internacional. Pero a mi modo de ver, este desenlace lógico, el establecimiento de relaciones, debió haber ocurrido mucho antes. A decir verdad, hubo factores que no obedecían exclusivamente a nuestras sociedades o a nuestros Estados como tales, sino que pasaban por los intereses norteamericanos en la región, que se proyectan de muchas maneras. Y una manera en la que se han proyectado es que hay precisamente una presión bastante sostenida para convencer de que las relaciones con China no son nada buenas ni beneficiosas para nuestros países, lo cual cada vez estamos comprobando que no es así.
Las decisiones de Panamá, la República Dominicana y El Salvador han sido decisiones muy valientes, aunque no significa que no se estén sufriendo algunas consecuencias. Hoy mismo, lo tengo que decir, estamos sufriendo el embate muy fuerte de la representación diplomática norteamericana en El Salvador, muy injerencista a niveles que creo que lindan con la ilegalidad frente al derecho internacional. Y una de las razones de ello, no es la única razón, ha sido este fortalecimiento de los lazos entre El Salvador y China.
Entonces, como para redondear la respuesta a esta pregunta, creo que las decisiones de Panamá, la República Dominicana y El Salvador han sido decisiones muy valientes por el contexto en el que nos encontramos. Como decía aquel expresidente mexicano: tan lejos de Dios y tan cerca de…
Fuente:China Hoy