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spanish.china.org.cn | 18. 11. 2021 | Editor:Teresa Zheng Texto

Las 'vallas' de Biden necesitan una prueba de fuego

Palabras clave: China, Estados Unidos

El presidente chino Xi Jinping y su homólogo estadounidense Joe Biden celebraron una reunión por video la mañana del 16 de noviembre, hora de Beijing. Los informes de prensa de ambos países mostraron un tono positivo sobre el encuentro.

A lo largo de la cita, Biden usó la palabra "valla" y esta fue ampliamente citada por los medios, incluso en los titulares. El mandatario dijo: "Creo que necesitamos establecer algunas vallas con sentido común, claridad y honestidad donde estemos en desacuerdo y trabajar juntos en la intersección de nuestros intereses, especialmente en temas globales vitales como el cambio climático".

Luego, la Casa Blanca explicó que se establecieron "vallas" para "la gestión responsable de la competencia". Biden también habló sobre esta suerte de “competición” con China, calificándola de “directa”.

¿Con qué tipo de competencia debe lidiar Estados Unidos? Veamos lo que ha pasado en Washington en estos días.

El presidente Biden firmó el 11 de noviembre la Ley de Equipos Seguros. Un proyecto legal que tiene como fin evitar que las empresas que representen amenazas para la seguridad nacional obtengan nuevas licencias de equipos de telecomunicaciones, la más reciente restricción contra las firmas chinas de comunicaciones y tecnología.

El país continuará con la política de prohibición de Trump contra la inversión china en su territorio por empresas de "propiedad o control militar chino”, precisó Biden hace varios días.

La republicana Claudia Tenney presentó el 27 de octubre un proyecto de ley al Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes llamado “Ley de Observación de China” para establecer un "programa de vigilancia" en el departamento de Estado.

El Comité de Relaciones Exteriores del Senado aprobó el 19 de octubre la llamada Ley de Sanciones del Mar Meridional de China y del Mar Oriental de China 2021.

Un grupo bipartidista de legisladores presentó el 15 de octubre la Ley de Coerción Económica contra China. Las medidas de Estados Unidos para limitar el acceso del gigante tecnológico chino Huawei al suministro internacional de chips lo continúan afectando.

Las sanciones contra Huawei y otras compañías chinas vinculadas, desde mayo de 2020, toman mayor fuerza. Los medios estadounidenses las describen como "penalidades vivas”, lo que significa que la lista de empresas y universidades chinas sujetas a las mismas puede cambiar o aumentar de tamaño según las necesidades de la Casa Blanca.

Existen más de 300 normas contra China actualmente en el Congreso. Más de 900 entidades y personas chinas han sido incluidas en varias nóminas de sanciones unilaterales. Los temas involucrados incluyen la región autónoma Uygur de Xinjiang en el noroeste de China, el Mar Meridional de China y el Mar Oriental de China, y los países vinculados son los destinatarios del capital chino.

Los actos mencionados son solo parte de las llamadas medidas "competitivas" de Washington, y hay otras en términos de política y militares en su empresa por contrarrestar a China.

China no le tiene miedo a la competencia con Estados Unidos. Lo que no puede aceptar es un unilateralismo hegemónico del mismo. Washington ha desplegado buques de guerra y aviones de combate en sus puertas y trata de contener la implementación de la tecnología 5G de China en el mundo, así como de separarse de su sector manufacturero. Ahora, la Casa Blanca afirmar requerir de "vallas" para enfrentar la competencia. ¿El mundo puede estar seguro que las mismas garanticen la competencia y no devengan en conflicto?

Tales vallas, si están hechas realmente para las relaciones entre China y Estados Unidos, seguramente llevarán a otras naciones a elegir bandos bajo la demanda política de Washington. Crearán una seria interrupción del comercio, la oferta y la cadena industrial del mundo, así como la economía global.

China es reacia a usar la palabra "competencia" en su relación bilateral. ¿Por qué? Porque definida como tal por Estados Unidos es una competencia desleal, ya que intenta forzar a otros a aceptar sus intereses y reglas como internacionales, y está lejos de ser una competencia saludable basada en principios de las relaciones internacionales.

Al describir a China como "su competidor más importante", Biden ha colocado a China en el lado opuesto a su país y sistema, lo cual no dejará margen para el desarrollo ni la competencia de la misma.

En nombre de su llamado sistema internacional, Washington suprime constantemente el avance de China e interfiere en sus asuntos internos. Todos saben que la Casa Blanca despliega mayores esfuerzos para obstaculizar la reunificación nacional de China.

En esta cumbre virtual, el presidente Xi una vez más destacó el respeto mutuo, la coexistencia pacífica y la cooperación de mutuo beneficio como los tres principios rectores de los vínculos entre China y Estados Unidos.

El respeto mutuo es la base de las relaciones bilaterales. Si Washington persiste en contener a China como lo hizo con sus enemigos durante la Guerra Fría, no habrá "competencia directa" en absoluto. De hecho, la respuesta que recibirá ya no será "respeto".

Sin embargo, esta reunión es productiva. La clave de unos buenos resultados dependerá de los enfoques que tome Estados Unidos en su “competencia” con China.


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