China tiene muchas formas de abordar los problemas detrás del crecimiento del 4,9% en el tercer trimestre

El producto interno bruto (PIB) de China se expandió sorprendentemente un 9,8 por ciento interanual en los primeros tres trimestres, según mostraron los datos de la Oficina Nacional de Estadísticas (NBS, por sus siglas en inglés). Sin embargo, en el tercer trimestre (Q3), el PIB del país creció un 4,9 por ciento interanual, por debajo de las expectativas de los economistas y las instituciones nacionales e internacionales. El crecimiento comparativamente débil en el tercer trimestre se atribuyó a cortes de energía, interrupciones en la cadena de suministro internacional, la epidemia del COVID-19 en algunas regiones que frenó el consumo, y la debilidad en el mercado inmobiliario debido a la tormenta de Evergrande, entre otros.

La economía de China sigue siendo positiva y el crecimiento del 8 por ciento para el año debería estar fuera de discusión. Las causas restrictivas son de naturaleza temporal o claramente global. De hecho, China las ha gestionado relativamente bien. Las interrupciones de la cadena de suministro y la pandemia del COVID-19 también han afectado el crecimiento en otras economías importantes en el tercer trimestre, y su crecimiento podría ser menor de lo esperado.

Resolver el problema más notable de la escasez de energía está dentro del macrocontrol del estado. La ruta dinámica de control de epidemias de cero casos también tiene margen de mejora. Por lo tanto, la desaceleración del tercer trimestre no implicará en modo alguno el estancamiento de la recuperación económica de China.

Lo más importante es afrontar el problema. El objetivo general de crecimiento del PIB de China para el año será alcanzado. Nuestra economía está en mejor forma que otras economías importantes. Pero no hay razón para que dejemos nuestros problemas sin resolver. Debemos ceñirnos al principio y la actitud de solucionar los problemas tan pronto como los encontremos. No debemos permitir que los problemas se prolonguen, y mucho menos encontrar excusas para hacerlo como una costumbre, o incluso sentir que está "bien".

El PIB del tercer trimestre estuvo por debajo de las expectativas del mercado entre 0,1 y 0,3 puntos porcentuales. No es solo un número. Eso muestra que muchas empresas están en problemas, los ingresos de muchas personas han disminuido, y la confianza se ha visto afectada. Debemos cambiar esta tendencia de crecimiento desacelerado de inmediato y lograr de nuevo un cambio de rumbo para inspirar a la sociedad.

Basado en la situación del tercer trimestre y los datos publicados, los economistas esperaban que el país hiciera los ajustes necesarios a sus políticas monetarias y fiscales para abordar la escasez general de fondos para las pequeñas y medianas empresas y romper la monotonía del sector productivo. Además, los expertos han señalado que la inversión en infraestructura durante los primeros tres trimestres de este año creció solo un 1,5 por ciento interanual, una cifra considerada como crecimiento negativo después de ajustar por inflación. China ha planificado 102 proyectos importantes para el período del XIV Plan Quinquenal, y su implementación debe acelerarse.

La opinión pública recientemente malinterpretó las medidas de macrocontrol del país. Consideró la promoción de ajustes normativos como la señal del país de "cambiar de rumbo". Esto ha sacudido la confianza de las empresas privadas en China. Debemos evitar que los problemas escalonados, estructurales y cíclicos generen argumentos engañosos de la opinión pública para garantizar nuestra confianza, y cumplir nuestras expectativas.

La sociedad debe estar convencida de que la posición central de la construcción económica no cambiará. El país se comprometerá a acelerar el desarrollo económico y mejorar los medios de vida de las personas a largo plazo, para proporcionar recursos materiales fuertes para lograr la prosperidad común. Los ajustes en varias regiones y áreas se llevarán a cabo en torno a esta tarea fundamental. La política general de China nunca se desviará de satisfacer la demanda popular de una vida mejor, ni hará "movimientos" que vayan en contra de las leyes del desarrollo económico y social.

También queremos asegurarnos de que nuestras medidas de macrocontrol sean suficientes para resolver los problemas actuales. Por ejemplo, nuestras políticas monetaria y fiscal se ajustarán en estricta conformidad con la situación económica. La crisis de energía es actualmente el problema más notable, pero también es donde el país tiene mayor capacidad para actuar. A medida que nuestra prevención y control de la epidemia del COVID-19 se ha convertido en una nueva norma, la capacidad de China para eliminar los casos de COVID-19 ha creado una gran ventaja para nosotros y ha proporcionado espacio para intentos y ajustes. En general, es poco probable que se convierta en la "carga" de la economía de China, como han mencionado algunos medios de comunicación extranjeros.

En los próximos diez años, China aumentará su PIB per cápita de $ 10.000 a $ 20.000. En este proceso, la ventaja sistémica y la fortaleza de China ayudarán al país a evitar de manera efectiva los riesgos fundamentales que conducirían a una trampa del ingreso medio, incluyendo la turbulencia social y el impacto financiero externo. Mientras tanto, la lucha de China contra Estados Unidos en los últimos años también ha demostrado la fuerte capacidad de China para romper la campaña del cerco. Si bien la economía mundial fue lenta en el tercer trimestre, China ha mantenido un fuerte aumento de las exportaciones. Ésta es la evidencia más reciente de que la economía mundial no se puede desvincular de China.

China también tuvo problemas en el tercer trimestre: la burocracia local apareció en algunos lugares y la escasez de electricidad se ha convertido en un problema que puede influir en toda la situación. Esto no debería haber sucedido. Y es notable que el gobierno le dio importancia a abordar la escasez de electricidad debido a la opinión pública en Internet.

El sistema de China es muy competente para resolver problemas. Pero el proceso para encontrarlos y confirmarlos debe ser más rápido. Mientras tanto, buscar la verdad a partir de los hechos debería ser siempre un principio para los gobiernos de todos los niveles. Siendo ese el caso, las fluctuaciones a la baja a corto plazo en el crecimiento económico no son un problema estratégico, y los resultados extraordinarios a largo plazo de China son predecible.