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spanish.china.org.cn | 13. 10. 2021 | Editor:Eva Yu Texto

Aplastar la voluntad de las autoridades en Taiwán para salir del estancamiento

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Ilustración: Liu Rui / GT


El medio taiwanés United Daily News informó el lunes que Hsu Yen-pu, comandante del Ejército de la isla, encabeza una visita secreta a Washington, citando fuentes estadounidenses. El líder de defensa de la isla de Taiwan, Chiu Kuo-Cheng, dijo que no tenía tal condición y que solo era un intercambio anual. La presencia de altos mandos militares de Taiwán en el país norteamericano sigue la tendencia de cooperación militar, la cual constituye una traición a la política de una sola China y la más reciente provocación estadounidense contra la parte continental.

La situación a través del Estrecho se dirige a un punto álgido sin precedentes. El consenso de 1992 entre las dos partes ya no se cumple y China y Estados Unidos han perdido gran parte de su capacidad de coordinación estratégica. Todos se preparan para lo peor y el espacio de maniobra para apaciguar las aguas es casi nulo.

Aparentemente, no hay una salida. Las autoridades del Partido Democrático Progresista PDP afirman que buscan "defender la vida libre y democrática" de "23 millones de personas", y que ahora no tienen más remedio que "luchar hasta el final". La actitud de Washington es ayudar a sus aliados democráticos, apoyar la confianza de sus socios en el globo y mantener su hegemonía en el mundo. Es evidente que la razón del continente chino para avanzar es más fuerte; está en juego la soberanía nacional y la integridad territorial, y enfrenta una ventaja estratégica de Estados Unidos en su intento por suprimir el crecimiento chino.

Es concebible que haya más choques con Washington y Taiwán. En respuesta, el continente pondrá en marcha preparativos militares más intensos y claros. La isla y Estados Unidos tomarán acciones que encontrarán una nueva ronda de movidas del continente. Dada la ausencia de un guion y un coordinador de la  interacción trilateral tensa, todos temen un gran peligro que pueda dar inicio a un conflicto de manera impredecible. En este caso, ¿pueden las tres partes continuar el juego? Nuestra respuesta es positiva, el continente puede.

De hecho, si las relaciones políticas internas del tema de Taiwán no cambian, la situación escalará y no habrá solución. El PDP está decidido a buscar la "secesión" frente al objetivo final de la parte continental de China que es la reunificación nacional. Las dos metas no dan tregua al compromiso. La hostilidad estadounidense hacia China es estratégica y ellos respaldarán todo cuanto socave los intereses nacionales chinos.

Es una competición de voluntades que terminará en una de fuerzas. El PDP intenta apabullar la firme determinación china en pos de la reunificación nacional con la voluntad de un pequeño grupo y lograr la paz con una mentalidad oportunista. Están soñando. La historia china y el poder político mundial no aceptarán tal forma de separación.

Aparte de la fuerza, la justicia de la lógica política también está de lado del continente. El PDP vive de posibilidades y apuesta a que Beijing, por el bien del desarrollo, no permitirá una guerra. Piensan que están a salvo pese a las tensiones. Lo que el continente debe hacer es doblar su apuesta y aplastar su voluntad con un avance en un tema estancado.

Frente a una mayor brecha de poder entre el Beijing y la isla de Taiwán, el PDP no tiene otra opción que unirse a China. A medida que la situación en el estrecho se torna más complicada, será más insoportable para la sociedad taiwanesa. La voluntad del continente finalmente superará al de las autoridades del PDP, en línea con las leyes políticas básicas.

La parte continental de China debe aumentar la presión militar, al tiempo que utiliza medios económicos y legales necesarios para infundir un golpe al PDP. Debe ignorar el truco del sensacionalismo del PDP en la que se comprometen a "luchar hasta el final" y la atención excesiva a una mayor cooperación Taiwán-Estados Unidos. Debe dejar que luchen a su manera y China hacerlo a la suya. El punto de inflexión para las autoridades del PDP finalmente llegará.


El principio "Un país, dos sistemas" se convertirá en la solución pacífica para resolver el tema de la isla. El PDP no puede negar este enfoque más realista y factible. A medida que la situación gane en intensidad, la sociedad taiwanesa lo aceptará y la reunificación será la salida con mayor apoyo por parte del pueblo chino. 


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