¿Puede la India dar con la real intención de Washington detrás de su cortejo?

Estados Unidos alienta sin descaro mayores rencillas de la India contra China.

Al referirse a la India, los funcionarios estadounidenses no dudan en utilizar la frase “de igual opinión” para avanzar en su agenda, como bien lo hace la secretaria de Estado Wendy Sherman. Durante su visita al país asiático, para asistir a la Cumbre Ideas de la India el miércoles y jueves, la diplomática dijo: "Retaremos a China donde debamos, ahí donde socave nuestros intereses y el de nuestros socios y aliados o amenace el orden internacional legal". Agregó además que Estados Unidos y la India piensan igual en ese sentido.

Aparentemente, Sherman trata de apaciguar los ánimos en Nueva Delhi. El mes pasado, Washington suscribió una nueva asociación de defensa trilateral con el Reino Unido y Australia, todos de origen anglosajón. Estados Unidos clasifica a sus socios en distintas categorías. Si bien considera a naciones de habla inglesa, como los precedentes, aliados reales, los europeos y Japón son, por decirlo de alguna manera, partes interesadas. En cuanto a la India, es solo una frontera anti-China, creada por ellos. En realidad, no confía en ella ni se preocupa por sus intereses.

India debe haber notado la flexibilización entre China y Estados Unidos. La representante comercial estadounidense, Katherine Tai, apuntó en un discurso el lunes que el país sostendrá "conversaciones transparentes" con China en el comercio en un futuro cercano. El miércoles, Yang Jiechi, miembro de la Oficina Política del Comité Central del Partido Comunista de China y director de la Oficina de la Comisión Central de Relaciones Exteriores, se reunió con el asesor de seguridad nacional estadounidense, Jake Sullivan, en Zurich, Suiza, un encuentro que los analistas catalogaron de productivo. A medida que la política de Biden respecto a China se vuelve más pragmática, la posición de la India parece ser embarazosa.

En abril, la Marina estadounidense pasó por la zona económica exclusiva india sin previo consentimiento, justo cuando el país sufría un nuevo embate del coronavirus, pero Estados Unidos mostró egoísmo e indiferencia hacia su grito desesperado, negándose a suministrarle más vacunas o a levantar el embargo sobre las exportaciones de materia prima necesaria para la producción de las mismas en la India, y lo que es peor, viene ejerciendo presión sobre ella en el tema de la compra del sistema de misiles ruso S-400. Sherman lo describió como "peligroso" y "en interés de nadie", lo que sugiere sanciones a la vista.

Además de contrarrestar estratégicamente a China, otro concepto que une a Washington y Nueva Delhi son sus llamados valores, incluida la democracia y los derechos humanos. Pero, ¿Estados Unidos realmente respalda la práctica india de los mismos? En marzo, el departamento de Estado publicó informes sobre derechos humanos de diferentes países en 2020, en ellos criticó los abusos cometidos en la India. Cuando estuvo en el país en julio, el secretario de Estado, Antony Blinken, le advirtió no retroceder en el camino democrático.

El nivel de democracia y derechos humanos en la India obviamente no cumple con los estándares estadounidenses, pero es algo que Washington podría explotar a cambio de concesiones en economía, comercio y cooperación en cuanto a China. Su relación bilateral es esencialmente un acuerdo no tan elegante como suelen presumir ambas naciones.

Long Xingchun, investigador principal de la Academia de Gobernanza Regional y Global en la Universidad de Estudios Exteriores de Beijing y presidente del Instituto de Asuntos Mundiales de Chengdu, dijo que los hechos valen más que las palabras al analizar si Estados Unidos considera a la India como socia o peón.

"¿Estados Unidos otorgará un trato preferencial a los productos indios? ¿Facilitará la llegada de profesionales IT indios al país para trabajar? ¿Alentará el traslado de sus fábricas para impulsar el desarrollo económico indio? ¿Respetará su autonomía en la compra de armas?, sostuvo Long. "Los políticos indios deben ser lo suficientemente inteligentes para determinar el verdadero estatus y peso de su país en la ecuación estratégica estadounidense".