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spanish.china.org.cn | 16. 09. 2021 | Editor:Eva Yu Texto

Una prosperidad común sin distinciones

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Por Jorge Fernández

 

Las medidas que China emprende contra los monopolios apuntan a construir un entorno justo en el que más personas prosperen en aras de la felicidad común.

 

La gravedad de la situación se explica en sí misma con la interpretación que algunos medios de Occidente han publicado de las medidas antimonopólicas emprendidas por China. Por más que se les quiera hacer notar, algunos simplemente están determinados a atacar con base en suposiciones y argumentos falsos.

A mediados de agosto, el secretario general del Comité Central del Partido Comunista de China, Xi Jinping, celebró una reunión de alto nivel sobre finanzas y economía, en la que, tras estudiar las formas para impulsar la prosperidad común, se acordó que era impostergable la aplicación de medidas para evitar riesgos financieros y mantener el ímpetu del desarrollo en un entorno de estabilidad.

Pero a ojos de algunos, el entorno que prevalece en China es una bomba de tiempo que explosionará en cualquier momento. Las interpretaciones que se hacen de las acciones del gobierno, sacadas de contexto y difundidas maliciosamente, señalan que las autoridades se han volcado contra las élites, los súper ricos y las empresas de alta tecnología.

Es justamente ahí en donde sobresale la gravedad de las cosas: una visión sesgada que deliberadamente busca generar la proliferación de opinión pública negativa y, al mismo tiempo, generar ansiedad entre las élites empresariales. ¿Y el tema de la prosperidad común? ¿Y los trabajos para generar riqueza entre sectores más amplios? Para estos temas, estas figuras anti-China hacen la vista gorda y oídos sordos.

Ni China ha desatado una cacería de brujas ni está lanzando amenazas contra nadie. Por el contrario, está orientado sus esfuerzos a crear un entorno justo y equitativo para el funcionamiento empresarial, al tiempo que busca beneficiar a los consumidores e impulsar la prosperidad común de más personas. ¿Cuál es el pecado en la ejecución de esa noble meta? ¿Por qué se ignora el fin último de las medias que se van a desplegar?

La nueva realidad en la era post-COVID plantea necesidades urgentes para mejorar el funcionamiento del sistema económico, y este, a su vez, es un elemento crucial en la prosperidad común del socialismo con peculiaridades chinas. Si hay algo en lo que el gobierno central ha hecho consistentemente es adherirse a un desarrollo centrado en las personas. Y esto es, al final, lo que se busca con las nuevas acciones.

El gobierno central está construyendo un entorno que permite la prosperidad común entre residentes de zonas urbanas, sin descuidar a agricultores o habitantes de zonas rurales, bajo un entorno de crecimiento sano, normalizado y equilibrado. ¿No es ese el fin que todo gobierno debe buscar para su pueblo? ¿Por qué algunos medios en Occidente no alcanzan a ver esta situación?

La opinión pública de Occidente debe observar que tanto los chinos como los pueblos de otras partes del mundo, tienen iguales derechos para impulsar el desarrollo y garantizar una vida feliz para sus habitantes. No solo los ciudadanos de países ricos tienen ese derecho, sino también los de Asia, África y América Latina.

El espíritu de la prosperidad común, impulsado por la dirigencia china, no busca el desarrollo de manera selectiva, sino por el contrario, trabaja para cubrir al mayor número de personas en el menor tiempo posible. La erradicación de la pobreza extrema en el país evidencia explícitamente el compromiso que hay en China por servir al pueblo.

La gravedad de la situación no está, como algunos pretenden hacer notar, en el entorno que China está construyendo en aras de la prosperidad común, sino que está, por el contrario, en una visión sesgada de algunos medios de comunicación en Occidente, que desean con ansiedad ver que China haga las cosas y que las haga mal. Difícilmente estas acciones restarán brillo al prestigio que el Partido Comunista de China se ha construido con hechos a lo largo de sus 100 años de historia.

 

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