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spanish.china.org.cn | 06. 09. 2021 | Editor:Eva Yu Texto

EE.UU. debe limpiar el desorden que ha creado en Afganistán

Palabras clave: EE.UU. , Afganistán

 

El presidente de Estado Unidos Joe Biden (c) asiste a la transferencia de los restos de los miembros del servicio caídos en la Base Aérea Dover en Dover, Delaware, 29 de agosto de 2021, tras el asesinato de 13 militares en Afganistán la semana pasada. [Agencias]

En la Casa Blanca, un día después del fin del caótico retiro de Estados Unidos de Afganistán, el presidente Joe Biden dijo que la evacuación fue un "éxito extraordinario", ignorando el atentado suicida en el aeropuerto de Kabul que  mató a 170 personas, incluidos 13 soldados estadounidenses el 26 de agosto, y un ataque de cohetes en el aeropuerto el 30 de agosto.

La guerra en Afganistán, aparentemente para terminar con el terrorismo en el país, fue la más larga en el extranjero de Estados Unidos.

Sin embargo, incluso después de casi 20 años de operaciones militares, no se puede decir que hayan cumplido con su objetivo. Estados Unidos debe ser responsable no solo de ello, sino también de la muerte de más de 240 000 personas durante el conflicto.

El expresidente, George W. Bush, ordenó la invasión de Afganistán por las fuerzas conjuntas lideradas por Estados Unidos en 2001 después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, a fin de evitar ataques similares en Estados Unidos o sus aliados.

No obstante, los ataques en Kabul en los últimos días de la retirada, del Khorasan, afiliado al grupo Estado Islámico, demostraron que la "guerra contra el terror" fue un rotundo fracaso.

Peor aún, la invasión buscó derrocar al régimen talibán y, sin embargo, este vuelve al poder en el país.

Cierto es que la "guerra contra el terror” ayudó a Estados Unidos a rastrear y matar al líder de Al-Qaida, Osama Bin Laden, pero, al mismo tiempo, provocó el avance del terrorismo en los países vecinos, lo que sumó a la pesada carga de seguridad.

No olvidemos que fue Washington quien apoyó al movimiento al-Qaida, creando terreno fértil para la formación y rápido ascenso del Estado Islámico al deponer a Saddam Hussein en Irak. Esta agrupación ha reemplazado a Al-Qaida como el grupo terrorista más temido, sembrando el caos en diversas partes del mundo.

El fracaso estadounidense en Afganistán recibe confirmación en el informe de las Naciones Unidas en junio, el cual afirma que entre 8000 y 10 000 terroristas extranjeros llegaron a Afganistán para participar en atentados en otras naciones. Independientemente de cómo los talibanes llegaron a ser un partido gobernante, el hecho de que Afganistán devenga un refugio para radicales nuevamente dependerá de las consecuencias de los 20 años de invasión estadounidense.

Washington la inició también para establecer la democracia en países como Afganistán, Irak y otros en Medio Oriente, pero en su lugar dejó muerte y sufrimiento; caos, devastación y muchos lugares en ruinas.

La toma de Kabul a los pocos meses de lanzar la ofensiva  hizo que Estados Unidos confiara demasiado en una "victoria absoluta" y se negara a conversar con los talibanes en busca de una rendición.

Sin embargo, a medida que el tiempo pasaba, el triunfo abrió paso a la ilusión. Entonces, en 2020, la administración de Donald Trump inició un diálogo tripartito con los talibanes y el Gobierno afgano de Ashraf Ghani para alcanzar un acuerdo sobre la salida de Estados Unidos.

Washington abandonó a Afganistán después de su fallido experimento democrático, una línea que ha seguido desde la Guerra Fría.

Incluso después de darse cuenta de la inminente derrota de su "misión democrática", Estados Unidos uso su poder militar para destruir países como Irak, Siria, Libia y Yemen, irónicamente, en nombre de la "democracia".

Según datos del Instituto Watson de Asuntos Internacionales y Públicos de la Universidad Brown, "alrededor de 241 000 personas han perecido en Afganistán y Pakistán desde el 2001. Más de 71 000 de ellos civiles... 37 millones de desplazados tras 9/11 en Afganistán, Pakistán, Irak, Siria, Libia, Yemen, Somalia y Filipinas... Desde el último año de Obama hasta el último año de datos completos del Gobierno de Trump, la cifra de civiles fallecidos en ataques aéreos de Estados Unidos en Afganistán creció un 330 %".

Cientos de miles de afganos han huido a naciones vecinas o viven en campos de refugiados en zonas fronterizas. Estados Unidos debería haber abordado esta crisis humanitaria antes de sacar a sus tropas y lavarse las manos.

Además, la guerra afgana ha destrozado el frágil orden en Medio Oriente, y el retiro estadounidense deja terrorismo, muerte, pobreza y hambre de Afganistán a Siria y África del Norte.

Su interferencia en la región ha impulsado la destrucción. Mientras clama que mantiene el orden mundial según las reglas, Estados Unidos ha hecho todo lo contrario.

Puede que haya escapado del "cementerio de los imperios", pero no puede y no debe huir de su responsabilidad de limpiar el desastre que ha creado en Afganistán y Medio Oriente.

 

El autor es director adjunto y profesor en el Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Jilin.

 

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