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spanish.china.org.cn | 31. 08. 2021 | Editor:Teresa Zheng Texto

Víctimas afganas revelan los asesinatos indiscriminados de las tropas estadounidenses

Palabras clave: Afganistán, asesinato, Estados Unidos

Un soldado estadounidense (centro) apunta con su arma a un pasajero afgano en el aeropuerto de Kabul, 16 de agosto, mientras miles de personas se agolpaban en el aeropuerto de la ciudad tratando de huir del país.


La ofensiva antiterrorista que Estados Unidos lanzó en Afganistán el domingo cobró las vidas de 10 civiles. Al mismo tiempo, una impresionante verdad detrás de los atentados suicidas del jueves en el aeropuerto de Kabul que mató a 13 soldados estadounidenses y alrededor de 170 afganos también salió a la luz: resulta que muchos de esos afganos murieron a manos de los soldados estadounidenses. La combinación de estas dos noticias ha fermentado rápidamente en el último escándalo de asesinatos indiscriminados de las fuerzas estadounidenses.

El ejército estadounidense no negó la posibilidad de que hubiera "asesinado accidentalmente" a los civiles afganos y prometió llevar a cabo una investigación, pero su actitud es bastante indiferente. El ejército estadounidense en realidad quiere minimizar los dos incidentes. Todavía se desconoce cuántos civiles resultaron "asesinados accidentalmente" en las "operaciones antiterroristas" de Washington en Afganistán y el Medio Oriente durante estas décadas. El número de muertes civiles que ocasionaron las tropas estadounidenses debe ser mucho más alto que el número de "terroristas" que los Estados Unidos acribillaron.

Estados Unidos minimiza constantemente esos "asesinatos accidentales", mientras que los principales medios de comunicación en Occidente, incluidos los de los EE.UU., juegan un papel de apoyo en este sentido. Los medios de comunicación occidentales reportan estas tragedias, pero nunca las han tratado como una prominente crisis de derechos humanos o no los han abordado con frecuencia, y mucho menos requieren una investigación de estos delitos.

El domingo, el ataque estadounidense con drones al ISIS-K, la organización terrorista que se adjudicó los ataques con bombas en el aeropuerto de Kabul, se llevó a cabo a toda prisa. Tan pronto como se terminó la operación, el ejército de EE.UU. anunció inmediatamente que había dado de baja a dos militantes del ISIS-K y detonado los explosivos que estos transportaban en un vehículo. También señaló que la operación terminaba con éxito sin víctimas civiles. Estos anuncios son pura propaganda que atiende el deseo del público en general de los Estados Unidos por vengarse de lo que sucedió en el aeropuerto de Kabul. Esta es la narrativa sobre Afganistán que la Administración de Biden necesita mucho en este momento. En cuanto a si en realidad había un terrorista en el vehículo detonado, no hay información de terceros para verificarla.

Lo que han dicho hasta ahora las fuentes de terceros es que 10 civiles, incluidos siete niños, fueron asesinados en el ataque con drones. La mayoría de ellos formaban parte de una familia numerosa, y la víctima más joven era una niña de dos años. Si el lado estadounidense hizo un trabajo de inteligencia para rastrear el ataque desde el principio hasta el final, es imposible ignorar por completo estos "asesinatos accidentales". Así que las tropas estadounidenses han ocultado la mayor parte de lo que sabían o se inventaron ellos mismos toda la historia.

El ejército estadounidense también debería haber sido muy claro sobre el tiroteo a los civiles afganos que ejecutaron las tropas estadounidenses en el aeropuerto de Kabul. Sin embargo, han decidido ocultar información relevante. Mientras tanto, se confirman más y más muertes en informes locales, pero el número no coincide con el posible número de muertos que podría haber causado un atentado suicida. Además, muchos testigos y familias de las víctimas se presentaron para acusar al ejército estadounidense de disparar a los civiles ocasionando una gran cantidad de víctimas. Por fin, la verdad comienza a conocerse gradualmente.

Las tropas estadounidenses en el aeropuerto de Kabul entraron en pánico después de los repentinos ataques terroristas. En ese momento, para las tropas, todos parecían ser terroristas. Esta podría ser la razón por la que apretaron indiscriminadamente el gatillo para matar. Sin embargo, el ejército de EE.UU. debería al menos decir la verdad y debería haber hecho los mejores esfuerzos para prevenir el asesinato indiscriminado de inocentes debido a la vulnerabilidad psicológica del personal en un escenario tan caótico. Aparentemente, faltan actitud y esfuerzos. Las tropas estadounidenses solo se preocupan por su propia seguridad, independientemente de los riesgos graves que los lugareños puedan enfrentar; las órdenes del ejército de los Estados Unidos muestran una tendencia a preferir sacrificar 1.000 personas inocentes a no poder atajar un atacante terrorista.

El ejército estadounidense aparentemente cubrió la verdad sobre el ataque con drones de represalia contra ISIS en Afganistán. Las operaciones de despacho específicas necesitan no solo a los drones, sino que, lo que es más importante, el apoyo preciso de la inteligencia en tierra: la capacidad de proporcionar información precisa sobre la ubicación de los terroristas y el movimiento de los objetivos. Desafortunadamente, la mayor parte del sistema de inteligencia de los militares de EE.UU. en Afganistán se ha derrumbado, y los drones estadounidenses podrían estar apuntando a los objetivos totalmente equivocados. El ejército estadounidense debe enfrentar la realidad y confesar al público estadounidense su incapacidad de emprender operaciones antiterroristas en Afganistán.

Debe tenerse en cuenta que la mayoría de las veces, el ejército estadounidense ha estado luchando "guerras políticas" en Afganistán y otros países del Medio Oriente. Lo que a menudo les importan no es el efecto real de sus acciones, sino qué tan acordes son sus movimientos con los sentimientos en la opinión pública de los Estados Unidos y las necesidades políticas de los Estados Unidos. De todos modos, como no pueden ganar las guerras, lucharán de acuerdo con lo que necesite el presidente de turno de Estados Unidos, para engañar conjuntamente a los estadounidenses.

Si cada ataque de Estados Unidos pudiera alcanzar con precisión el objetivo, la situación en Afganistán sería diferente de lo que la gente ve hoy. Si el ejército de los EE.UU. pudiera retirarse y al mismo tiempo realizar la última ofensiva con precisión contra los atacantes desde el aire, la administración de Biden y el ejército de los EE.UU. que ahora está protegiendo al aeropuerto de Kabul no habría entrado en pánico.

Los dos "asesinatos accidentales" mencionados anteriormente de los civiles pueden identificarse como el epítome de la mayoría de las operaciones militares de los EE.UU. en Afganistán e incluso en Oriente Medio. No es de extrañar que el ex presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, se opusiera arbitrariamente a la Corte Penal Internacional en La Haya en su deseo de investigar posibles crímenes de guerra de las fuerzas estadounidenses. Incluso sancionó al personal involucrado de la corte. Esto se debe a que las élites de Washington son más conscientes que cualquier otra persona de la cantidad de sangre de estos países que continúa manchando las manos de las tropas estadounidenses.


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