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spanish.china.org.cn | 24. 08. 2021 | Editor:Eva Yu Texto

Orígenes del coronavirus: ciencia vs política

Palabras clave: COVID-19

 

Más científicos rechazan la teoría de “fuga de laboratorio” a medida que culmina el plazo de 90 días que dio Biden a sus investigadores.

Aunque el gobierno de los EE.UU. ha venido coaccionando a los científicos globales recientemente y presionando sobre la hipótesis de fuga de laboratorio mientras que se acaba del plazo de 90 días para que sus agencias de inteligencia rastreen el origen del virus, más científicos continúan rechazando estas teorías conspirativas sin ceder a la presión política y continúan por el sendero de la ciencia.

Los esfuerzos más recientes provinieron de 21 científicos de países como Australia, Reino Unido, Estados Unidos y Canadá que concluyeron que "actualmente no hay evidencia de que el SARS-COV-2 se haya originado en un laboratorio", según una revisión reciente publicada en la revista Cell este miércoles. No hay evidencia de que cualquier caso temprano tuviera ninguna conexión con el Instituto de Virología de Wuhan (IVW), en contraste con los vínculos epidemiológicos claros con los mercados de animales en Wuhan, ni evidencia de que el IVW poseyera o trabajaba en un progenitor de SAS-COV-2 antes de la pandemia, indicó la revisión.

David L. Robertson, profesor en el Centro MRC-Universidad de Glasgow para la Investigación en Virología, aseguraría en una entrevista anterior que "no hay una evidencia categórica de que el SARS-COV-2 se haya creado o escapado de un laboratorio en Wuhan”.

Robertson, quien recientemente participó en otro ensayo titulado "El origen animal del SARS-COV-2", publicado en Science, también fue uno de los autores de la revisión en Cell.

El tema de los orígenes de virus se ha tornado "muy político" y es importante asegurarse de que las investigaciones correctas sean priorizadas; por ejemplo, que los científicos sigan la evidencia adonde esta conduce y no estén tentados a buscar chivos expiatorios en individuos o instituciones basados en escenarios hipotéticos, señaló el científico.

Angela Rasmussen, otra coautora del artículo de la revisión, señaló en una publicación reciente que no hay un mínimo rastro de evidencia de que el SARS-COV-2 o un progenitor estrechamente relacionado se encontraran en el IVW. "Toda la especulación es básicamente una variación del clásico "el gobierno chino miente sobre algunas cosas, así que asumamos que también están mintiendo sobre esto, con cero evidencia", indica.

La teoría de la fuga de laboratorio nació de la voz del presidente de Estados Unidos Donald Trump en la primavera de 2020 cuando algunos funcionarios principales de la Administración de Trump murmuraban fuertemente que el Coronavirus se escapó de un laboratorio en Wuhan, donde se reportó el primer caso de COVID-19 de China, como parte de los esfuerzos concertados de la administración de Trump para socavar a China. Manteniendo en gran medida una línea confrontación contra China, el sucesor de Trump, Joe Biden, renovó el rumor pidiendo una investigación de los orígenes del virus en mayo.

En un intento por presionar aún más a China, el gobierno de los Estados Unidos ha estado convirtiendo la investigación de los orígenes del SARS-COV-2 en una candente batalla política en el último año. Aunque se ha vuelto cada vez más desafiante para los científicos de todo el mundo continuar su trabajo, la lucha política no los detiene en la elección del camino correcto.

 

Ciencias vs. Política

La publicación en Cell nació de la comunidad científica, mientras que los medios de comunicación de EE.UU. continuan examinando el IVW, afirmando que los funcionarios de la administración de Biden están recavando a través de datos genéticos que serían evidencia clave para descubrir los orígenes del SARS-COV-2, mientras que los republicanos insistieron en que el virus era "efectivamente" una fuga del laboratorio de Wuhan.

No era la primera vez que el gobierno de Estados Unidos y los medios de comunicación se hicieran los de la vista gorda con la evidencia científica y la búsqueda continua de los orígenes del SARS-COV-2, ignorando las voces compartidas de los científicos globales que rechazan la teoría de fuga de laboratorio.

Los rumores sobre el IVW circularon por primera vez en Internet en la etapa temprana del brote, sugerencias de que un cierto investigador fue el paciente cero, o que los militares se apoderaron del laboratorio, etc. "Hemos hecho una aclaración una tras otra. Aún así, aquellos con segundas intenciones, continuaron esparciendo rumores, interfiriendo severamente con el trabajo científico y la cooperación global", indicó Yuan Zhiming, director del Laboratorio de Bioseguridad Nacional de Wuhan en el IVW, para medios en una rueda de prensa en Beijing.

Haciendo eco de la narrativa de fugas de laboratorio, los medios de comunicación estadounidenses como el Wall Street Journal a menudo exageraban casos de enfermedad de algunos mineros en Yunnan, suroeste de China, en 2012 y al personal enfermo del IVW, que también han sido refutados y aclarados repetidamente por el laboratorio y los científicos de la mundo. El informe del WSJ afirmó que el RaTG13 se descubrió cuando varios mineros en Yunnan murieron en 2012.

El virus llamado RaTG13, que comparte la similitud genética promedio más alta con el SARS-COV-2, es una secuencia viral extraída de las muestras biológicas recolectadas de Mojiang, en Yunnan, en 2013. Este no tiene nada que ver con las muestras de sangre de los mineros encontrados en 2012, aclaró Yuan en la sesión informativa. En el artículo de Cell, los científicos explicaron en mayor detalle que, para contemplar el escenario de fuga de laboratorio, primero el SARS-COV-2 tendría que existir en un laboratorio antes de la pandemia. Sin embargo, no existe evidencia de respaldar tal noción y no se ha identificado ninguna secuencia que podría haber servido como precursor.

No hay evidencia de que cualquier virus que se parezca al SARS-COV-2 estuviera en el IVW, aseguró Rasmussen en un trino. "Y para que fuera verdad cualquier hipótesis de fuga de laboratorio, habría que primero disponer del virus real en un laboratorio. Si no tienes el virus, no puedes dejarlo escapar", señaló.

 

Llamado a la colaboración

A medida que se acerca la fecha límite que dio Biden a las agencias de inteligencia para entregar informes sobre los orígenes del virus, se conoció que las agencias de inteligencia de los EE.UU. están intensificando sus esfuerzos para compilar un informe, pero continúa su suplicio para encontrar pruebas concretas para apoyar la prueba concreta para apoyar la teoría de "fuga de laboratorio". E incluso sus propias instituciones de investigación y aliados creen que el virus casi ciertamente no se creó artificialmente.

Mientras tanto, la Administración Biden redobla esfuerzos para manipular los medios de comunicación de EE.UU. para cooperar con la investigación de su inteligencia sobre los orígenes de la COVID-19 que apunten hacia China y creen una atmósfera favorable de opinión pública para desacreditar y culpar a China sobre el tema. Al alimentar la información falsa de los medios de los EE. UU. para hacer eco de la "teoría de la fuga de un laboratorio chino", se espera que todo este plan fraguado para hacer ver a China como la fuente del SARS-COV-2 ayude a la administración Biden en su objetivo de enfrentarse con China.

Científicos estadounidenses prominentes que se centraron en el seguimiento de los orígenes de la COVID-19 se han enfrentado a una tremenda presión política, y algunos se han mantenido al margen y no ceder a las teorías conspirativas impulsadas por políticos sobre el tema, y muchos han recibido amenazas anónimas.

Aún así, hicieron un llamado a usar la ciencia, no la especulación, que es esencial para determinar cómo el virus que desencadenó la pandemia COVID-19 llegó a los humanos, reiterando que el virus probablemente se originó en la naturaleza y no en un laboratorio y refutaron esa teoría liderada por Estados Unidos “que puso algunos epidemiólogos prominentes en una situación difícil, según una carta abierta en julio en The Lancet.

En este contexto, las acusaciones y las contra acusaciones son particularmente inútiles, y el proceso de encontrar los orígenes del SARS-COV-2 debe ser colaborativo y totalmente transparente, Jonathan Stoye, líder de grupos senior en el Instituto Francis Crick de Gran Bretaña, afirmó.

"Tal vez esto sea un poco ingenuo, pero realmente creo que debemos dejar de lado cualquier diferencia política o cultural para comprender esta pregunta en beneficio de toda la población del mundo", puntualizó.


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