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spanish.china.org.cn | 16. 08. 2021 | Editor:Teresa Zheng Texto

Informe terrorista en EE.UU. es una distracción para justificar una lamentable respuesta ante la COVID-19

Palabras clave: Estados Unidos, COVID-19, terrorismo

El Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU. emitió su último boletín nacional del sistema de asesoramiento contra el terrorismo el viernes, exponiendo que "los extremistas pueden tratar de explotar el surgimiento de las variantes de COVID-19 al ver el posible restablecimiento de las restricciones de salud pública en todo EE.UU. para realizar ataques".

La variante Delta continúa expandiéndose por Estados Unidos. De acuerdo con CNN el sábado, Estados Unidos ha reportado de momento más de 1,5 millones de nuevos casos de COVID-19 en agosto.

Mientras tanto, continúan celebrándose protestas contra las medidas epidémicas del gobierno de Estados Unidos. Los los Angeles Times, el viernes, informaron que algunos padres en California están presionando contra el uso de tapabocas obligatorio, destinado a mantener a sus hijos a salvo contra la propagación del coronavirus. Newsweek informó que cientos de manifestantes se reunieron en el Capitolio del estado de Oklahoma el sábado para una "congregación por la libertad" contra la obligatoriedad en las vacunas. Los manifestantes contra la vacunación obligatoria también aparecieron en varios otros estados en manifestaciones planificadas durante el fin de semana.

Con el populismo rampante en EE. UU., la posibilidad de que se repitan los eventos ocurridos en el Capitolio no se puede descartar, Li Haidong, un profesor en el Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad de Asuntos Exteriores de China, sugirió en medios locales.

¿Cómo pudo ocasionar tal desorden el nuevo coronavirus en Estados Unidos?

Para comenzar, los funcionarios del gobierno de los Estados Unidos son negligentes y los políticos estadounidenses han politizado la pandemia. Los políticos fundamentalistas, que van desde los legisladores clave hasta el ex presidente Donald Trump, no escatimaron ningún esfuerzo para ganar las elecciones en 2020 y desestimaron su deber de frenar la propagación de la COVID-19. Desde que el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, asumió el cargo, su administración no ha sido efectiva en la lucha contra la enfermedad tampoco. Ahora que la pandemia se está saliendo de control, el gobierno de los Estados Unidos ha decidido recargar sus propias culpas sobre China.

En segundo lugar, hay algunas lagunas en el sistema federal de los Estados Unidos. Al enfrentar una crisis, el poder del gobierno federal es restringido. Algunos estados son reacios a hacer lo correcto para combatir la epidemia.

El 3 de agosto, Biden criticó a los gobernadores republicanos por prohibir las órdenes de uso de tapabocas obligatorio en las escuelas públicas y otros lugares. Un día después, el gobernador de Florida Ron Desantis atacó de nuevo. El estado y el gobierno federal se culpan mutuamente, lo que dificulta una respuesta efectiva a la epidemia.

Tercero, los estadounidenses abogan por el individualismo. Muchos creen que la petición de uso de tapabocas y las vacunas y las restricciones de viaje han violado sus libertades. Además, Estados Unidos vive una ola de pensamiento anti-ciencia y anti-intelectual. Parte de la población no se da cuenta de la gravedad de la COVID-19, y la efectividad de estas medidas.

"La Patria continúa enfrentando un entorno de amenaza diverso y desafiante que condujo hasta y después del 20 aniversario de los ataques del 11 de septiembre de 2001, también los días festivos religiosos que evaluamos podrían servir como catalizador para actos de violencia específica", señaló el boletín nacional del sistema de asesoramiento contra el terrorismo.

Li señala que, al emitir un boletín con respecto al terrorismo en este momento, es posible que EE. UU. desee distraer la atención del público hacia el terrorismo para evadir el descontento interno sobre las medidas de prevención y control contra la nueva ronda de la epidemia y la respuesta desfavorable del gobierno de los Estados Unidos a la epidemia. El cambio de foco no aborda los problemas, sino que crea otros nuevos. En este momento crítico de lucha contra la enfermedad, si la atención del público de los EE. UU. se desvía, las medidas de prevención y control pueden relajarse, lo que acelerará la propagación del virus.

El mal manejo de los Estados Unidos en tiempos de pandemia es responsabilidad de los políticos de estadounidenses que explotan su instrumento político para pasar sus culpas a otros y distraer la atención pública. Es realmente una desgracia que los estadounidenses tengan tales políticos en su sistema.


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