Opinión>
spanish.china.org.cn | 11. 08. 2021 | Editor:Teresa Zheng Texto

Ocho títulos para Estados Unidos

Palabras clave: Estados Unidos, COVID-19, Washington

El último día de los Juegos Olímpicos de Tokio, Estados Unidos obtuvo 3 medallas de oro y superó a China en la tabla.

Es previsible cuánto esperaron los medios estadounidenses esta victoria. Cuando China lideraba la cuenta con las doradas, la prensa tendía a enfocarse en los números totales para poner al país primero.

Solo una cosa, el hecho de que Estados Unidos haya ganado la mayoría de las preseas de oro es aceptable para gran parte de los chinos. Es un resultado anticipado. Para ellos, habría sido anormal lo contrario.

A muchos estadounidenses les preocupa más “ser el N° 1” que a sus contrapartes chinas. Es también una razón psicológica importante por la que Washington ha reprimido tanto en los últimos años el avance de China por el miedo a verse sobrepasado.

Estados Unidos ocupa en la actualidad el primer lugar en el planeta en PIB, gastos militares y fortaleza financiera. Ningún poder podrá quitarle el liderazgo en el futuro cercano. Es más probable que dicha pérdida ocurra por errores propios. Por ejemplo, el país posee el mayor porcentaje del PIB dedicado a la atención médica, y se supone que ostenta el mejor desempeño contra la epidemia en el mundo. Lamentablemente, presenta los niveles más altos de infecciones y muertes, por delante de otros. Lo más ridículo es que algunos medios locales han hecho de todo para convertirlo en el "No.1" en este aspecto.

La obsesión con ser el primero va en contra de los hechos y la ética humana. Si Estados Unidos realmente se preocupa por ello, sugerimos que preste mayor atención a los siguientes 8 títulos que merece.

N° 1 en el mundo en la lucha contra la COVID-19. Ha pasado más de año y medio, más de 35,8 millones de contagios y más de 617 000 decesos en Estados Unidos. Como dijo el epidemiólogo estadounidense, William Foege, en octubre de 2020: "Es una matanza". De hecho, el número de fallecidos es más alto que todas las bajas de soldados en la dos guerras mundiales, la Guerra de Corea, la de Vietnam y la de Irak.

N° 1 en el mundo en acusaciones políticas a otros. Su expresidente Donald Trump culpó alguna vez al Partido Demócrata, mientras que su sucesor Joe Biden ahora hace lo propio con el Republicano por el fracaso de la batalla vírica nacional. El Gobierno también ha señalado con el dedo a la OMS, a China, a la vacuna e incluso al científico Anthony Fauci. Con tantas pérdidas humanas, ningún político estadounidense se ha disculpado y ninguno ha renunciado. Nadie se considera a sí mismo responsable.

N° 1 en el mundo en propagación de la COVID-19. Desde abril de 2020 hasta marzo de 2021, Washington no ha tomado medidas de control de salida efectivas y un total de 23 millones de sus ciudadanos han viajado al extranjero. La nación tiene una responsabilidad ineludible en el avance global del virus.

N° 1 en el mundo en división política. Las disputas bipartidarias han estado presentes en todos los temas de la lucha epidémica entre diferentes departamentos y medios de comunicación: pruebas de descarte, máscaras, distanciamiento social, cuarentena en casa, vacunación, asignación de reservas estratégicas médicas y un fondo de socorro de emergencia, etc.

N° 1 en el mundo en términos de emisión excesiva de moneda. Desde el brote, Estados Unidos ha optado por salvar el mercado de valores en lugar de la vida de las personas. La Reserva Federal ha adoptado medidas no convencionales.

N° 1 en el mundo en conflictos durante la pandemia. La enfermedad ha intensificado las tensiones raciales, y la muerte de George Floyd es solo la punta del iceberg: la discriminación y los crímenes de odio contra la población negra, asiática y latinoamericana han crecido significativamente; las ventas de armas subieron un 64 % en 2020; los tiroteos aparecieron con mayor frecuencia. En 2021, incluso hubo disturbios y ataques violentos en el mismo Capitolio. Algo muy raro en la historia de Estados Unidos desde su fundación.

N° 1 en el mundo en desinformación. ¿Qué entraña realmente el cierre de Fort Detrick? ¿Cuáles son los datos del mal pulmonar relacionado con el vapeo? ¿Pueden los más de 200 laboratorios biológicos militares estadounidenses en el mundo estar sujetos a investigaciones internacionales? La Casa Blanca nunca ha encarado estos asuntos ni ha respondido a estas interrogantes. En su lugar, los tuits de Donald Trump son la mayor fuente de desinformación sobre la COVID-19.

N° 1 en el mundo en la práctica del "terrorismo en el rastreo del origen del virus". Biden ha solicitado a las agencias de inteligencia locales la investigación del origen de la COVID-19. En tanto, el secretario de Estado, Antony Blinken y el asesor en seguridad nacional, Jake Sullivan, han realizado una serie de declaraciones irresponsables al respecto, creando conflictos internacionales sin razón y empeorando las ya deterioradas relaciones con China y su competencia estratégica con la misma. Esto también ha perjudicado la lucha global contra la pandemia.

Estos títulos no tienen la intención de comenzar una guerra de palabras con la prensa estadounidense. Es sobre todo un recordatorio de las responsabilidades de Washington. Si el país realmente quiere ser el verdadero "N° 1" en el mundo y mantener el respeto de sus pares, la autoreflexión, la unidad nacional y la cooperación internacional son los caminos a la cima del campeonato.


   Google+