EE.UU. merece el título al mayor fracaso antipandémico del mundo, sugiere un reporte

Grupos de expertos chinos publicaron conjuntamente un informe el lunes para revelar la verdad sobre la lucha contra la epidemia de COVID-19 en Estados Unidos, el primero de este tipo para mostrar de manera integral cómo resultó EE.UU. ser un país fallido en la batalla contra el coronavirus y cómo continúa alentando el terrorismo del rastreo del origen del virus en el mundo evadiendo a su vez preguntas y ocultando la verdad.

El informe titulado "La verdad sobre la lucha de Estados Unidos contra la COVID-19" es una publicación en conjunto del Instituto Chongyang para estudios financieros en la Universidad de Renmin de China (RDCY), el grupo de expertos Taihe y el Instituto Intellisia.

La publicación analiza cinco aspectos principales con respecto al fracaso de los Estados Unidos en respuesta a la pandemia, incluida su marcada división partidista, sus medidas anticientíficas y anormales en la prevención y el control de la epidemia; la creciente desigualdad social exacerbada por la pandemia y su destrucción voluntaria de la resistencia global a la pandemia.

El informe sostiene que EE.UU. lidera sin lugar a dudas en ocho aspectos a nivel mundial: fracaso en la respuesta antipandemia, responsabilidad política, difusión pandémica, división política, abuso de divisas, turbulencia durante la pandemia, desinformación, y terrorismo en el rastreo de los orígenes.

Hace poco, Estados Unidos se ubicó primero en el escalafón de resiliencia contra la COVID-19 de Bloomberg bajo el título "Los mejores y peores lugares para estar a medida que el mundo reabre finalmente".

Wang Wen, decano ejecutivo de RDCY, comentó para medios chinos que es ridículo calificar a EE.UU. como el mejor país en materia de manejo de la pandemia, y también es muestra de menosprecio por la historia e incluso la ética humana. Este informe intenta mostrar la historia real al mundo, ya que la historia mundial no debe ser retocada por algunas voces individuales o medios.

En el último medio año, Estados Unidos ha estado eludiendo su responsabilidad, ni un solo funcionario de EE. UU. intentó repensar la situación de la epidemia en el país o renunciar tras su fracaso en la lucha contra la epidemia, mientras que este informe sirve para sacar lecciones de los fracasos y evitarlos en el futuro y pide solidaridad para luchar contra la epidemia, sostiene Wang.

La COVID-19 fue probablemente la mayor prueba de gobernanza que el mundo haya visto desde la Segunda Guerra Mundial. Estados Unidos y Occidente fracasaron miserablemente, Martin Jacques, un ex miembro de la Universidad de Cambridge, señaló en la reunión de publicación del informe el lunes.

La geopolítica ha usurpado la ciencia. La COVID-19 se encuentra estancada en una especie de retórica "de la Guerra Fría", con un lenguaje de "Guerra Fría", y bajo un asalto en modo "Guerra Fría" de Estados Unidos y así continuará, pronosticó Jacques.

El número de casos de COVID-19 en un solo día en Estados Unidos superó los 100.000 el 30 de julio, la primera vez en seis meses, desde el 6 de febrero, que el número de nuevos casos en un solo día superaba los 100.000 y marcando el inicio de la cuarta ola en Estados Unidos.

"Detrás de los números se encuentra la política doméstica de los EE.UU., particularmente el marcado bipartidismo, que ha cobrado gran número de vidas estadounidenses que no debían morir, sugiere el informe.

El informe apunta que la falla sistémica de los Estados Unidos en la lucha contra la COVID-19 está arraigada en la naturaleza capitalista que busca obtener ganancias a toda costa: abogando por la "supremacía de los derechos humanos" de labios para afuera, mientras actúa en interés del capital, y la adopción del darwinismo social y la "ley de la supervivencia del más fuerte" en su respuesta a las crisis de salud pública.

Mientras exporta el virus al mundo, EE.UU. también ha convertido el desastre de salud pública global en un importante combate de potencias al politizar los problemas científicos, como el modelo antipandemico, el rastreo de los orígenes de la pandemia y la efectividad de las vacunas; culpando de sus fallas a los demás y engañando a la comunidad internacional, según el informe.

El ex presidente Donald Trump es probablemente el mayor promotor de desinformación con respecto a la COVID-19; para el 26 de mayo de 2020, se mencionaba a Trump en aproximadamente el 38 por ciento de los informes falsos en idioma inglés sobre la COVID-19.

La administración de Biden tenía la intención de remodelar la imagen de EE.UU. como potencia responsable bajo su eslogan "América está de vuelta", pero la administración Biden en realidad carece de respeto por la ciencia en muchos aspectos, incluido el rastreo de los orígenes del virus. La administración no solo se niega a realizar un seguimiento de múltiples puntos y multidimensional en todo el mundo, sino que también reavivó la exageración de la "teoría de la fuga de laboratorio", poco después de asumir el cargo debido a las ganancias políticas.

Al no asumir su responsabilidad internacional ni lograr un impacto positivo en la cooperación global contra la pandemia, el gobierno de los Estados Unidos ha estado cubriendo la verdad y manipulando la opinión pública global practicando el "terrorismo de rastreo de los orígenes", agregó el informe. ¿Qué fue realmente el brote de la llamada "enfermedad respiratoria" o "enfermedad pulmonar blanca" de causa desconocida en los Estados Unidos en la segunda mitad de 2019? ¿Qué tipo de investigación se adelanta en Fort Detrick y otros laboratorios biológicos en todo el país? ¿Está relacionado con la COVID-19? ¿Cómo se implementaron las medidas de seguridad? ¿Está relacionado con los orígenes del brote global de COVID-19?

Investigadores de los grupos de expertos pidieron a EE. UU. permitir a un equipo internacional de expertos organizados por la Organización Mundial de la Salud realizar visitas al sitio e investigaciones de los laboratorios biológicos relevantes en EE.UU. por el bien de un avance efectivo en los esfuerzos científicos de trazado y disipando cuestionamientos externos sobre el falta de transparencia en Estados Unidos.

"Creemos que la verdad puede llegar tarde, pero siempre llega”, concluye el informe.