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spanish.china.org.cn | 04. 08. 2021 | Editor:Teresa Zheng Texto

El mundo exige transparencia en los orígenes de la COVID-19

Palabras clave: OMS, Fort Detrick, Estados Unidos

Un miembro del Equipo de Respuesta Especial del departamento de Policía de Frederick fuera de una minivan antes de su ingreso al laboratorio el 6 de abril.


¿Debería la Organización Mundial de la Salud (OMS) investigar a Estados Unidos como parte del rastreo de los orígenes del nuevo coronavirus? Según la última encuesta en línea de CGTN Think Tank Global, el 83,1 % de los encuestados cree que sí.

Pese a que los políticos estadounidenses abogan por una indagación en China, la conducta extraña del país norteamericano durante la pandemia no ha quedado inadvertida en el mundo.

Un desglose del sondeo muestra que la mayoría acepta una investigación en Estados Unidos.

- El 96,5 % de los encuestados chinos en Weibo estuvieron de acuerdo y más del 85 % cree que la solicitud de Washington tiene una motivación política.

- El 86,4 % de hablantes rusos también estuvo de acuerdo y el 91 % notó consideraciones políticas en las indagaciones de las agencias de inteligencia estadounidenses.

- El 88 % de hablantes franceses apoyaron indagaciones en el país norteamericano y el 84 % coincidió con motivos políticos en el accionar de sus agencias de inteligencia.

Según el mejor estudio disponible publicado hasta ahora, la COVID-19 comenzó antes del primer caso confirmado en China. Las pruebas del Instituto Nacional del Cáncer en Italia mostraron sus anticuerpos en muestras de sangre recolectadas entre septiembre de 2019 y marzo de 2020, lo que significa que el virus pudo haber estado en el país en o antes de septiembre. En Estados Unidos, el alcalde de Belleville, Nueva Jersey, Michael Melham, dijo creer haber contraido el virus en noviembre de 2019, un mes antes del primer paciente chino y dos meses antes de que Estados Unidos asegurara detectar su primera infección. Luego, a inicios de diciembre de 2019, se registró el primer caso en Wuhan.

El Centro Global para la Investigación de Coronavirus se encuentra en la Universidad de Carolina del Norte de Chapel Hill (UNC). Sus científicos han publicado estudios de coronavirus de murciélagos deliberadamente diseñados para ser más infecciosos en seres humanos y multiplicarse rápidamente. De acuerdo con documentos obtenidos, vía registros públicos, por periodistas de PROPUBLICA, de enero de 2015 a junio de 2020 de junio, la UNC reportó 28 incidentes de laboratorio con organismos genéticamente manipulados a los Institutos Nacionales de la Salud. Seis de ellos involucraron coronavirus artificiales.

Algo similar ocurrió en Fort Detrick. Apareció una enfermedad respiratoria desconocida en Virginia en julio de 2019 que dio lugar a una "neumonía por cigarrillos electrónicos" en Wisconsin. Fort Detrick, un laboratorio que alberga muchos virus mortales como el ébola y la viruela, cerró repentinamente por orden de los CDC. Un total de 106 muestras archivadas en 9 estados de diciembre de 2019 a enero de 2020 registraron anticuerpos de COVID-19.

En noviembre de 2019, el Centro Nacional Militar de Inteligencia Médica advirtió de una "enfermedad que se extiende desde Wuhan en China y su posible efecto en tropas estadounidenses en Asia", según Times of Israel. ¿Cómo podría la inteligencia de Estados Unidos tener tal conocimiento antes de reportarse el primer caso en China?

Hasta ahora, no hay respuesta sobre el tema. UNC rechazó comentar y funcionarios de la Casa Blanca lo han etiquetado como propaganda china.

Estados Unidos no ha sido honesto con la gente acerca del coronavirus desde el principio. Tal vez la razón por la que sus sucesivos gobiernos decidieron culpar a China era porque sabían que el virus ya estaba suelto en su territorio, después de todo, fueron funcionarios de la Oficina de Control de Armas, Verificación y Cumplimiento del departamento de Estado quienes alertaron sobre la teoría de la fuga de laboratorio, diciendo que "abriría una lata de gusanos" de continuar, según la revista Vanity Fair.

El silencio de Estados Unidos en torno a Fort Detrick y el financiamiento de sus estudios ha sido ensordecedor. El mundo ha tomado nota de su extraño comportamiento desde el inicio del brote y su intento de distraer la atención de  sus propias acciones sospechosas hacia sus rivales geopolíticos.

Es hora de que Estados Unidos abra la caja de pandora de sus peligrosos e irresponsables estudios con coronavirus y explique al mundo su posible rol en el origen de la COVID-19. Como suelen decir sus políticos: las personas tienen derecho a saber.


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