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spanish.china.org.cn | 09. 07. 2021 | Editor:Eva Yu [A A A]

PCCh: una historia consagrada a la felicidad del pueblo y el mundo

Palabras clave: centenario de PCCh, discurso de Xi Jinping

 

 

Por Jorge Fernández

 

Este nuevo capítulo que está por iniciarse no es de China ni de los chinos sino que es, por el contrario, del mundo y de la humanidad. Es una historia que busca la construcción de una comunidad de destino común para todos.

 

El discurso que el presidente de China, Xi Jinping, pronunció con motivo del primer centenario de la fundación del Partido Comunista de China (PCCh), hace mención a dos temas que serán pilares inamovibles de programas nacionales y diplomáticos futuros, a saber, el bienestar de los pueblos y la construcción de una comunidad de destino común para la humanidad. Ambos son principios originales albergados desde la concepción misma de la agrupación política en 1921, aunque ahora, una centuria después, el fortalecimiento del poder nacional y el prestigio estatal de China a nivel internacional, evidencian que la lucha por su materialización adoptará un nuevo matiz y una nueva intensidad.

El PCCh es una organización política al frente de un Estado que tiene como base fundamental el cuidado y bienestar de su pueblo, incluidos también todos aquellos intereses relacionados. El histórico discurso del secretario general presenta en retrospectiva la situación popular china hace 100 años y la transformación atestiguada bajo la dirección comunista. Los vítores en voz de Xi Jinping son para el pueblo, a quien colocó, al final de su discurso, en el campo semántico de la apoteosis: “¡Viva el grande, glorioso y heroico pueblo chino!”. El PCCh vive en una simbiosis perfecta con el pueblo que se evidencia año tras año con un fortalecimiento creciente. El pueblo chino y el PCCh son elementos indivisibles de una fórmula exitosa que procura el bienestar humano.

La edición en chino de este discurso, de aproximadamente 7 mil palabras, incorpora 86 veces la idea de que el pueblo es el centro y base fundamental por la que el PCCh tiene su razón para existir. Al hacer mención de las aspiraciones fundamentales perseguidas por esta institución política, Xi Jinping resumió contundentemente el deber irrenunciable del partido y del país a su cargo: “Mantener en todo momento los vínculos de uña y carne con las masas populares y a pensar siempre en lo que piensan ellas y trabajar junto a ellas,afrontando la tempestad en un mismo barco y compartiendo penas y alegrías, en continua e incansable procura de dar concreción a la aspiración del pueblo a una vida mejor, y en esfuerzo por ganar mayor gloria para el Partido y el pueblo”.

La fórmula de progreso definida por el PCCh y el pueblo de China, posee alcances limitados si el entorno mundial, contrario a lo esperado, vive en la precariedad o bajo el acecho de guerras y conflictos fratricidas. La dirigencia comunista, preocupada por su propio porvenir, necesita un alto grado de comunicación con el resto del mundo para aclarar una obviedad ignorada desde la concepción misma del estado-nación: este mundo es de todos y de todos depende su cuidado y protección; mientras el egoísmo de uno arrastra hacia la involución de los pueblos, la compartición de muchos, por el contrario, redunda en la felicidad de la humanidad. El PCCh, como aseveró Xi Jinping, “se preocupa por el porvenir y destino de la humanidad y avanza mano a mano con todas las fuerzas progresistas del mundo, y China viene siendo desde siempre una constructora de la paz mundial, una contribuidora al desarrollo global y una defensora del orden internacional”.

En su alocución, el presidente Xi Jinping mencionó tres ideas conceptuales, anheladas durante siglos por grandes civilizaciones, que encarnan pilares fundamentales en la construcción de una comunidad de destino común de la humanidad, a saber, la paz, la concordia y la armonía. A lo largo de 100 años, estas ideas han encarnado profundamente en la psique social y, por ende, constituyen responsabilidades que marcan el primer centenario del Partido y que marcarán todas y cada una de las etapas futuras. El PCCh y China se comprometen en la etapa posterior a estos 100 años a “enarbolar la bandera de la paz, el desarrollo, la cooperación y la ganancia compartida,aplicar la política exterior independiente y de paz, seguir con perseverancia el camino del desarrollo pacífico e impulsar la articulación del nuevo tipo de relaciones internacionales,la estructuración de una comunidad de destino de la humanidad y el desarrollo de alta calidad de la construcción conjunta de la Franja y la Ruta, ofreciendo nuevas oportunidades al mundo con el nuevo desarrollo de China”.

El PCCh celebra estos primeros 100 años de existencia con profundas reflexiones y dispuesto a aplicar sus experiencias en un nuevo camino de desarrollo. Una conclusión debe quedar clara a ojos de Occidente: Este nuevo capítulo que está por iniciarse no es de China ni de los chinos sino que es, por el contrario, del mundo y de la humanidad. Es una historia que busca la construcción de una comunidad de destino común para todos. Cuando la dirigencia nacional comunista afirma que China se adhiere al principio de cooperación y se opone al de la confrontación, que se adhiere al principio de apertura y se opone al del encerramiento, que se adhiere al principio de beneficio mutuo y se opone al juego de suma cero, al hegemonismo y a la política de poder, está diciendo con una claridad prístina que el PCCh busca orientar la rueda de la historia hacia una meta brillante que redunde en el pueblo chino y en toda la humanidad.