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spanish.china.org.cn | 08. 07. 2021 | Editor:Teresa Zheng Texto

Rechazo de visa a estudiantes chinos no constituye el buen camino a seguir

Palabras clave: educación, Estados Unidos, visa

El libro “Educada: memorias de Tara Westover”, una historiadora y escritora estadounidense, publicado en febrero de 2018, pronto se convirtió en un éxito de ventas. Bill Gates lo recomendó diciendo: "Una historia asombrosa y verdaderamente inspiradora. Es incluso mejor de lo que has escuchado".

Su versión china salió al mercado en julio de 2020. Su título es la traducción de una de sus frases: "Huye como un pájaro a tu montaña" y ha probado ser muy popular. En dangdang.com, el mayor minorista de libros en línea del país, el ejemplar ha recibido hasta ahora más de 1,1 millones de comentarios, con el 99,9 % de ellos de corte favorable.

Nacida en 1986 y criada en el estado de Idaho por un padre contrario a la educación pública, Westover nunca asistió a la escuela. Según su biografía, tenía 17 años la primera vez que puso un pie en un salón de clases. Después de eso, siguió aprendiendo durante una década, y se graduó magna cum laude en la Universidad Brigham Young. Posteriormente, ganó la beca Gates Cambridge y actualmente, es investigadora principal del Centro Shorenstein de Harvard. Una típica historia cuya inspiración y éxito radica en la educación.

Después de terminar de leerlo, tuve problemas para convencerme de que la historia sucedió en el Estados Unidos contemporáneo. Esto parece sacado de las décadas de 1950 a 1960, con un pueblerino como protagonista.

Estados Unidos es una potencia educativa. Según Brookings Institution, durante decenas de años, el porcentaje de jóvenes de 18 a 24 años que completaron la secundaria con un diploma regular o GED (Desarrollo Educativo General) rondaba el 85 %. Este porcentaje creció al 93 % entre 2001 y 2016. Inesperadamente, todavía hay familias como los Westover que no permiten a sus hijos ir al colegio. En cambio, los niños pasan días trabajando en el depósito de chatarra y cocinando hierbas.

La inspiradora narrativa de Westover refleja el hecho de que la educación sigue siendo escasa e inaccesible para muchos estadounidenses.

Esto recuerda otro libro, “Hillbilly Elegy: memorias de una crisis familiar y cultural” de Vance, J. D. El relato de su vida en la ciudad pobre de Rust Belt, aunque más tarde egresara de la Universidad Estatal de Ohio y de la Facultad de Derecho de Yale. Ahora, Vance es director de una firma de inversión líder en Silicon Valley. Sin embargo, casi toda su familia - abuelos, tía, tío, hermana y, sobre todo, su madre – lucharon sin descanso debido a los cambios en la industria manufacturera.

Están desesperados, especialmente los jóvenes. En la ciudad de Middletown, Ohio, donde vivía Vance, alrededor del 20 % de los estudiantes abandona la secundaria antes de graduarse. La experiencia de Vance es más que rara en su pueblo natal y nos muestra otro lado de la sociedad estadounidense.

Para muchos lectores chinos, estos relatos son convincentes, porque la tradición china concede gran importancia a la educación.

Les encanta este tipo de narrativa porque algunos de ellos son protagonistas de historias similares en las que la educación cambia la vida de una persona. Tengo un amigo de la etnia Yi que nació en las montañas de la provincia de Sichuan, en el suroeste de China. Logró obtener diplomas de universidades de renombre en China y Estados Unidos. Hoy, su ciudad natal ha erradicado la pobreza y los niños disfrutan de una educación primaria sólida, así como de la gratuidad a lo largo de 15 años.

De hecho, la política de reforma y apertura está compuesta por un gran número de experiencias como la de Sichuan. La gran saga de China todavía no está completa y más capítulos inspiradores faltan por escribir.

Recientemente, ha estado circulando en las redes sociales chinas una foto que muestra a alumnos chinos esperando en fila fuera del consulado de Estados Unidos en Shanghai para solicitar visas. Incluso si las relaciones bilaterales se encuentran en un punto débil, miles de ellos y sus familias aún buscan ir a Estados Unidos y Europa para su formación.

Esto refleja la ventaja de la educación estadounidense y la tradición china de priorizar los estudios.

Al parecer, estos estudiantes en fila han recibido una buena educación primaria en China. También pueden haber encontrado algunos obstáculos en ese camino, pero la mayoría no necesita enfrentar desafíos como Westover y Vance, quienes tuvieron que esforzarse para romper con tradiciones religiosas atrasadas y la barrera de un entorno social regresivo.

Según se sabe, Estados Unidos rechazó recientemente visas a más de 500 jóvenes chinos que planeaban seguir estudios de posgrado en STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas).

Por supuesto, el país tiene el derecho de denegar solicitudes. Sin embargo, no puede frenar su deseo de estudiar y lograr el desarrollo personal.

Permitir que más niños de áreas pobres transiten por la senda de la modernidad y la integren a través de la educación es un reto común de ambos países.

El sector educativo chino ha trabajado arduamente para alcanzar una tasa de término del 95 % de formación obligatoria de 9 años a fines de 2020. Ahora busca aumentar la matrícula en el nivel secundario entre los niños rurales.

Estados Unidos encara una situación aún más grave en términos de tasas de deserción, que supera el 20 % en las secundarias en algunos estados. La COVID-19 agrava este problema.

Aislar a alumnos chinos competitivos fuera de Estados Unidos no resolverá el dilema educativo estadounidense ni ayudará a aquellos que provienen de entornos desfavorecidos como Westover y Vance.


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