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spanish.china.org.cn | 30. 06. 2021 | Editor:Teresa Zheng Texto

Lento rescate en Miami desploma al país "ejemplo de los DD.HH."

Palabras clave: derechos humanos, Estados Unidos, Miami

Ilustración de la caída del sistema occidental.


Los rescatistas no cesan de cavar por quinto día consecutivo entre los escombros del edificio colapsado en Miami, Florida. La cuenta mortal ha aumentado a 11 y 150 desaparecidos al cierre de esta edición. Las autoridades señalaron que siguen enfrascados en las tareas de búsqueda y salvamento, pero no han encontrado a nadie vivo desde las horas posteriores a la caída el jueves, reportó el martes Associated Press. Un video de amplia circulación muestra a los socorristas pasar lentamente ladrillo tras ladrillo.

Los familiares de las víctimas y no habidos ven con impotencia el retraso. Esto también ha despertado suspicacias: ¿Es así como Estados Unidos presta atención a la vida de las personas? ¿Es este el país que afirma ser un ejemplo de derechos humanos?

Las "72 horas de oro" tras el desplome ya han pasado. Incluso de haber sobrevivientes, su esperanza de vida disminuye debido a la lentitud de las acciones. Algunos internautas chinos comentaron con sarcasmo que se trata de un rescate "arqueológico". Tal accionar es una flagrante falta de respeto y desprecio por la vida. El cuento de hadas de los derechos humanos de Estados Unidos ya no es creíble. No importa qué tanto se jacten en Washington, los resultados muestran la falta de dedicación a la protección de las personas.

La capacidad de rescate del país en situaciones de emergencia es mucho peor de lo que la gente piensa, por debajo de sus expectativas.

"La gente cree que el derrumbe de un edificio y las pobres tareas de socorro solo ocurren en un país atrasado. Nadie podría imaginar que esto suceda en una superpotencia", resaltó Sun Chenghao, profesor auxiliar de investigación en el Instituto de Estudios de Estados Unidos de los Institutos de Relaciones Internacionales Contemporáneas de China, el martes.

En cierta forma, el Estados Unidos actual parece uno "de tercer mundo". Charles Burkett, alcalde de Surfside, Florida, dijo el jueves que "edificios como este no se caen en Estados Unidos. Esto es un fenómeno del tercer mundo y es impactante”.

Todo el mundo conoce la relevancia del tiempo en un rescate. Sin embargo, Estados Unidos carece de una estricta organización y esto es visible en las más de 600 000 muertes y más de 33 millones de casos de COVID-19, sin un solo político responsable. En febrero, una brutal tormenta invernal en Texas causó el deceso de 111 personas, pero Tim Boyd, exalcalde de Colorado City, dijo que no era deber del Gobierno local apoyarlas en "tiempos difíciles" y que era el "producto de un gobierno socialista. "

Es patético. En Estados Unidos parece que la vida de la gente ordinaria no es digna del poder público. ¿Cómo puede Washington hablar de derechos humanos si la propia vida se ve amenazada?

El declive del mito de los derechos humanos estadounidenses también se refleja en las expresiones simbólicas de sus políticos y en las artimañas públicas tras el desastre. Un familiar afectado dijo al gobernador de Florida Ron Desantis el sábado que se requería hacer más. El funcionario envió sus condolencias, se tomó algunas fotos con la familia y señaló frases como "creer en los milagros", como dijo el domingo la teniente alcalde Surfside, Tina Paul, no es suficiente. Se necesitan medidas concretas.

La labor de socorro de Estados Unidos es muy distinta al de China en emergencias. Una explosión de gas ocurrió en una comunidad residencial en Shiyan, provincia de Hubei, en el centro, el 13 de junio. Tras enterarse de lo ocurrido, el Ministerio de Gestión de Emergencias de China envió un equipo de trabajo al lugar para guiar las tareas de salvamente ese mismo día. Menos de 8 horas después de la explosión, se encontraron a 150 personas, con 12 muertos y 138 heridos.

La postura frente a los derechos humanos de China ha garantizado de manera efectiva el bienestar de las personas y una vida próspera, mientras que la de Estados Unidos carece de medidas sustanciales. Frente a las pérdidas humanas, el llamado "abanderado de los derechos humanos" cae estrepitosamente.


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