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spanish.china.org.cn | 28. 05. 2021 | Editor:Eva Yu Texto

Agencia de inteligencia para los orígenes del virus prueba ser una medida política

Palabras clave: Estados Unidos, COVID-19

 

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, habla sobre la pandemia durante un discurso en la Sala Este de la Casa Blanca en Washington. AP


El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, emitió un comunicado el miércoles en el que ordena a las agencias de inteligencia redoblar esfuerzos en la recopilación y análisis de información sobre los orígenes del nuevo coronavirus, incluso "si surgió del contacto humano con un animal infectado o de un accidente de laboratorio" e informarle en 90 días. Es una instrucción rara e ilógica. La gente no puede evitar preguntarse, ¿qué es exactamente lo que desea Washington?

Un equipo de expertos de la OMS básicamente descartó la posibilidad de que la pandemia comenzara con una fuga del laboratorio de Wuhan. Las investigaciones sobre el origen de un virus son las más difíciles. ¿Qué puede hacer el personal de inteligencia al respecto? Aparte del hecho de que no tienen la capacidad para tareas científicas, los guía la lealtad política y harían cualquier cosa para servir al interés nacional, definido de manera estricta por las élites políticas estadounidenses. Exigir a dichas agencias completar lo que los científicos no han logrado es a todas luces un acto político.

Biden apuntó que la posición actual de la comunidad de inteligencia es: "Mientras que dos elementos en el CI se inclinan hacia el primer escenario [surgió del contacto humano con un animal infectado] y uno se inclina más hacia el segundo [surgió de un accidente de laboratorio] - cada uno con confianza baja o moderada: la mayoría de ellos no cree que haya suficiente información para evaluar que uno sea más probable que el otro".

¿Cuánta información que los expertos no pudieron encontrar podrá extraer los servicios de inteligencia? ¿Es una misión realizada por el equipo de Ethan Hunt o el agente 007, que roba y mata?

No importa lo que Biden tenga en mente, Washington generalmente trama algo grande contra China. El Ejecutivo, el Congreso, los departamentos de inteligencia y la opinión pública forman una espiral sin sentido. Su objetivo final es inventar y responsabilizar a China por la pandemia, con una nueva herramienta para poner coto a los intereses nacionales chinos.

Es una gran mentira. El ministro de propaganda nazi, Joseph Goebbels, dijo una vez: "Si repites una mentira con la suficiente frecuencia, se convertirá en verdad". Las élites políticas radicales de Estados Unidos están inmersas en una frenética competencia con China. A fin de lograr su meta, son cada vez más parecidas a los nazis en sus creencias y hacen lo que sea necesario.

Es posible que Washington aún no tenga un plan preciso sobre los ataques hacia China con respecto a los orígenes del coronavirus, pero el impulso se acumula a un ritmo acelerado y las condiciones toman forma.

Por ejemplo, cuando la administración Trump culpaba a China, el Partido Demócrata ofreció cooperación limitada debido a los beneficios en la campaña electoral. Los principales medios prodemócratas a menudo se centraban en el fracaso de Trump para combatir la epidemia y resaltaban su responsabilidad, con algunos estados demócratas recolectando casos no detectados antes del brote en el país. Ahora la situación dista completamente. El Partido Demócrata en el poder ha heredado la estrategia del Gobierno republicano de reprimir a China y es el primero en acusarla por la epidemia. Los republicanos solo buscan atribuirse el mérito de ser duros con China con los demócratas, formando así una alianza bipartidaria de ataque.

Además, Estados Unidos y Europa solían tener muchas divergencias. Biden ha reforzado la coordinación de presión sobre China en Occidente. Como resultado, es poco probable que encuentre resistencia ante cualquier acción malsana o injustificada hacia China por la pandemia.

La Casa Blanca puede seguir culpando a China por el virus como lo hizo su predecesor Trump. Quizás llegue aún más lejos. Las afirmaciones deshonestas, como pedir cuentas o incluso una compensación, pueden no descartarse como parte de la política práctica de Biden. Es posible que no esperen lograr sus fines,, pero pueden utilizar estos enfoques violentos como moneda de cambio adicional en su competencia con China, en un intento por lograr ganancias indirectas.

Necesitamos abandonar cualquier ilusión. La administración de Biden no cumplirá las reglas. Seguirá el camino feroz de Trump. Después de volver a empaquetarlas, implementarán estas tácticas y sus efectos serán mayores. Además, está desarrollando a la opinión pública y los preparativos para culpar de la COVID-19 a China.

Hemos visto que los actos  y la retórica de algunos científicos estadounidenses son cada vez más políticos. Y las plataformas de redes sociales como Facebook toman gradualmente medidas. Debemos estar atentos y dispuestos a repeler esta ofensiva en cualquier momento.


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