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spanish.china.org.cn | 08. 05. 2021 | Editor:Teresa Zheng Texto

Compromiso de EE.UU. en la liberación de vacunas debe pasar de palabras a hechos

Palabras clave: EE.UU., vacuna, patente

El presidente estadounidense, Joe Biden, sostiene su máscara mientras habla sobre la pandemia COVID-19 durante un discurso desde la Casa Blanca en Washington.


La representante comercial de Estados Unidos, Katherine Tai, anunció el miércoles que el Gobierno de Biden apoya el levantamiento de la protección de patentes para las vacunas COVID-19, y que este participará en las negociaciones con la Organización Mundial del Comercio (OMC) para tal fin. El mismo día, el mandatario afirmó desde la Casa Blanca que respaldaría la propuesta. La afirmación ha causado un gran impacto en el mundo.

Tedros Adhanom Ghebreyesus, jefe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), calificó el pronunciamiento de "histórico" y apuntó que marcó "un hito en la lucha contra la COVID-19".

Sin embargo, Alemania y Suiza expresaron su oposición pública, así como otros países desarrollados, mientras que Rusia y Francia se mostraron positivas.

El jueves, el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China dijo: "China apoya los esfuerzos dedicados al acceso de la vacuna y espera con interés los debates constructivos entre las partes en el marco de la OMC, a fin de lograr un resultado efectivo y equilibrado". Con ello, la nación demuestra una actitud abierta y activa hacia la exención.

Si los países con tecnologías en la producción de vacunas se unen a la iniciativa, China no será un obstáculo y por el contrario contribuirá con su parte.

No obstante la situación actual es muy complicada. La administración de Biden solo realizó un gesto político. Si se llegase a implementar el acuerdo, este necesita del visto bueno de los 164 miembros de la OMC. Los principales fabricantes de vacunas no solo tendrían que compartir su tecnología básica, sino también la técnica necesaria. Washington debe dejar sin efecto la restricción a la exportación de materias primas y este proceso será largo y difícil.

No solo productores de vacunas como Alemania y Suiza se oponen a la propuesta, las farmacéuticas occidentales también están en desacuerdo. Sin apoyo legal y con solo el Ejecutivo, Biden no puede hablar por las empresas estadounidenses, ni mucho menos por las europeas. De encontrar cualquier resistencia, no podrá avanzar.

Algunos creen que su gobierno solo habla en un intento por alejarse de las críticas internacionales ante el acaparamiento de las vacunas y el rechazo y retraso en la exportación de las mismas hacia países que lo requieren. Después de que Washington apoyó la medida, pasó de ser un país egoísta a uno moral.

Alentemos el cambio de actitud. Es bueno que se haya dado cuenta y admita su responsabilidad en la lucha global contra la pandemia. No importa si su declaración es factible o no, ha significado un gran impulso en la batalla.

No obstante, los hechos valen más que las palabras. Estados Unidos debe actuar y exportar sus vacunas a los países en desarrollo, hacer que las personas vean que aporta a la causa. No debe simplemente gritar lemas y crear titulares que terminen en nada y trasladarle la culpa a otros.

China trabaja para asistir a países en desarrollo en su búsqueda de vacunas. Ha ampliado su acceso a las mismas con ayuda, venta al exterior y autorización de producción en otros países. China es definitivamente quien más vacunas ha exportado hasta el momento.

Algunos medios de comunicación occidentales compararon la declaración del portavoz de la cancillería china con la poca consistente aparición de Tai y señalan que China se muestra pasiva frente a un activo Estados Unidos en el tema de vacunas, lo que es absurdo. Después de todo, Washington solo ha ofrecido palabras, mientras que China hechos. 


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