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spanish.china.org.cn | 19. 04. 2021 | Editor:Liria Li Texto

Cooperación entre China y EE.UU. en cambio climático es vital

Palabras clave: China, EE.UU.

Incendio forestal en el Valle Richmond en Nueva Gales del Sur, Australia, el martes. Australia, propensa a los incendios forestales, ha iniciado la temporada de la peor forma, según los científicos antes de lo habitual y en mayor grado debido al cambio climático. 


China y Estados Unidos emitieron una declaración conjunta el domingo después de que sus enviados especiales para el cambio climático se reunieran de jueves a viernes en Shanghai, donde recalcaron el fortalecimiento de la cooperación frente a la crisis climática. Ambos países esperan con interés la Cumbre de Líderes sobre el Clima organizada por Estados Unidos el 22 y 23 de abril, y comparten su objetivo de reforzar las acciones de mitigación, adaptación y apoyo en camino hacia la COP 26 (XXVI Conferencia de las Partes sobre el Cambio Climático de la ONU) en Glasgow, el 1 de noviembre.

Kerry es el primer alto funcionario de la administración Biden en visitar China. A juzgar por la declaración, es justo decir que la comunicación fue positiva y ha logrado algunos resultados. Sin embargo, la opinión mundial lo evalúa con cautela. Dado que China aún no ha anunciado planes para que su líder asista a la reunión, los analistas esperan que las cosas se aclaren.

Una vez más, el entorno general entre ambas grandes potencias no es bueno, lo que frena el optimismo de la gente. Más o menos al tiempo de la presencia de Kerry en China, el primer ministro japonés Yoshihide Suga estuvo en Estados Unidos, y la declaración conjunta tuvo un tono hostil hacia Beijing. Además, Washington expulsó a 10 diplomáticos rusos el jueves, y Rusia anunció el viernes lo mismo en represalia. Estados Unidos quiere mostrar liderazgo con China y Rusia ante el desafío climático, pero a la par los obstaculiza en otras esferas. No es así como deberían ser los vínculos normales entre potencias.

La acción climática de la ONU involucra intereses fundamentales de la humanidad y un arreglo específico para reducir emisiones que conciernen el desarrollo de todos los países. Las naciones desarrolladas, en particular, sienten preocupación por el tema. Además del urgente desafío del cambio climático, estos países ya han completado su industrialización, por lo que este es ahora una de sus prioridades.

Sin embargo, sus similares en desarrollo todavía están en proceso y algunos acaban de iniciarlo. El nivel de vida de sus habitantes sigue siendo bajo y es vital crear más recursos para mejorar sus medios de vida vía una mayor industrialización. Su derecho a la subsistencia dista del mundo desarrollado.

El Gobierno estadounidense anterior se retiró del Acuerdo de París y la nueva administración ha regresado. Intereses nacionales estuvieron detrás de ambas decisiones. Una postura dura ha caracterizado la política exterior de Washington en los últimos años. Este no duda en impulsar su agenda interna a través de la confrontación. Desde oponerse al Acuerdo de París hasta liderar su ejecución, ¿Washington utilizará su fuerza para obligar a otros a asumir más obligaciones mientras busca lo suyo? La atención a este respecto es necesaria.

En un escenario extremo, si el mundo está a punto de promover la neutralidad de carbono hoy, entonces el actual patrón de desarrollo económico mundial continuará como tal. La brecha de desarrollo entre países se perpetuará. La élite estadounidense tiene conflictos en varios temas, pero siente la misma fascinación por la hegemonía estadounidense. El retiro de Trump de París tenía la intención de ampliar el espacio de crecimiento económico nacional. Al volver, el Gobierno trata de desempeñar el rol de líder y así reducir el campo de crecimiento de países en desarrollo a fin de lograr los mismos objetivos de la administración anterior. Vale la pena observar si este es el caso.

Aunque China y Estados Unidos son los mayores emisores, ambos guardan enormes diferencias en población y desarrollo económico, pero el segundo desea que China asuma más responsabilidades. Nótese las relaciones entre la presión estadounidense y su jugada geopolítica hacia China.

En cualquier caso, Beijing ha seguido fielmente el Acuerdo de París y anunció ante la Asamblea General de las Naciones Unidas el año pasado su esfuerzo por alcanzar emisiones máximas de dióxido de carbono antes de 2030 y la neutralidad para el 2060. Como país en desarrollo con una tecnología sólida para la reducción de emisiones, China ha estado a la vanguardia en promover la implementación de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, además es totalmente honesta con su deseo de cooperar con Estados Unidos.

No obstante, el deterioro del entorno internacional es evidente, y el plan estratégico de Estados Unidos para contenerla es evidente. 

China necesita avanzar con firmeza en el Acuerdo de París y evitar que Washington utilice su "influencia" para trastocar el equilibrio de intereses de China, así como encontrar un balance entre su coordinación con Estados Unidos, Francia, Alemania y la Unión Europea y con los países en desarrollo. Se debe incentivar que los intereses de la humanidad sean definidos por todos los pueblos, y no por un puñado de países que quieren monopolizar esta definición.   

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