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spanish.china.org.cn | 15. 04. 2021 | Editor:Teresa Zheng Texto

La difamación no debe caracterizar la labor de académicos europeos

Palabras clave: Xinjiang, académico, Unión Europea

La gente baila fuera del Gran Bazar Internacional de Xinjiang en Urumqi, Región Autónoma Uygur de Xinjiang, noroeste de China, 22 de mayo de 2019.


Un puñado de políticos y supuestos eruditos de la Unión Europea y Gran Bretaña han estado difundiendo mentiras e información falsa sobre la gobernanza en la Región Autónoma Uygur de Xinjiang en China. En respuesta, Beijing les impuso penalidades. Luego, so pretexto de la llamada libertad académica, algunos estudiosos británicos y del bloque expresaron su apoyo a los sancionados. Las diferencias de comprensión en Xinjiang merecen una mayor exploración.

Aunque existen varias entre las culturas china y europea, tenemos un entendimiento común de los estándares de investigación académica. Podemos llegar a un consenso sobre la ética básica en este aspecto.

Sin embargo, a partir de datos falsos de algunas instituciones anti-China, esos supuestos investigadores se ganan la vida calumniando al país. Ni siquiera llevaron a cabo estudios de campo en Xinjiang, pero afirman que ha ocurrido un "genocidio". Además, reiteran la existencia de campos de concentración en la región y que las mujeres uygur sufren abusos sexuales.

Ignorando la mecanización de la industria algodonera de Xinjiang, acusan a la región de violaciones de derechos humanos como "trabajo forzoso" y apoyan a las fuerzas anti-China que deliberadamente bloquean el desarrollo de Xinjiang. Sus actos cruzan la línea de fondo de una moral básica y la ética profesional de los académicos.

El terrorismo es el enemigo público de la humanidad y un desafío frente a la moralidad. Luchar contra su forma extrema y mantener la estabilidad en la región es el deseo común de todos los grupos étnicos. Es ridículo que algunos países representados por Estados Unidos presenten un doble rasero, equiparando adrede métodos antiterroristas del Gobierno chino con la violación de derechos humanos de los uygures en Xinjiang.

En el contexto de desarrollo de la civilización europea, la libertad académica es un logro cultural precioso. El problema es si posee algún límite. ¿Puede este derecho eximir a la sociedad de sus obligaciones?

Hace dos años, un profesor de la Universidad de Oxford compartió algunas reglas tácitas en las universidades occidentales. Dijo que si un académico universitario analiza o estudia cualquier discurso antifeminista, puede perder su trabajo. De igual forma, cualquier debate sobre la diversidad racial es peligroso, ya que un paso en falso con la corrección política arruina la carrera del investigador.

La libertad académica absoluta es una ilusión. Esta no debe reducirse a un paraguas de pseudoexpertos. Los verdaderos deben asumir la responsabilidad y obligación social básica: narrar los resultados de sus estudios basados en hechos. Las mentiras y las calumnias no tienen nada que ver con dicha libertad. Su único fin es engañar al público y con ello profundizar el distanciamiento entre varias naciones.

Existen divergencias en la comprensión y las prácticas de la libertad académica en las universidades chinas y europeas. En las últimas cuatro décadas, el modelo de modernización chino ha logrado un éxito notable. China ha compilado un conjunto de teorías y mecanismos consistentes con sus condiciones nacionales. Los chinos confían plenamente en su cultura y tradiciones.

Sin embargo, Beijing siempre ha otorgado gran importancia a los logros teóricos en la modernización de la civilización europea. Las universidades cada vez más abiertas de China dan la bienvenida a especialistas extranjeros para intercambios sobre la base de la igualdad, el beneficio mutuo y el respeto mutuo.

Por el contrario, ha sancionado a personas y entidades en Occidente que difaman intencionalmente las prácticas del Gobierno en Xinjiang, lo que generó polémica en la comunidad académica europea. Esto ilustra que China y Europa necesitan entablar un diálogo e intercambios más profundos. Las mentiras infundadas desaparecerán siempre que ambas partes puedan dejar de lado prejuicios y puedan mirarse con mente abierta.


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