La diplomacia china como puente para construir un mundo mejor

Por Jorge Fernández

La labor diplomática de China asume un papel fundamental al momento de convocar a la comunidad de naciones a trabajar por una transformación que conduzca a elevar el bienestar de las partes y del todo.

El comportamiento de los Estados en tiempos de COVID-19 está marcado por conductas altruistas que se contrastan con egoísmos vergonzosos. La realidad es que esta pandemia ha sacado lo mejor y lo peor de este mundo sin indicios contundentes de que el bien pueda prevalecer sobre el mal. Las prácticas recurrentes de algunas grandes potencias, que debieran ser ejemplo de humanismo y filantropía, dejan un desazón que estimula a tomar acciones para generar el cambio. China, en contraste con procederes rapaces, busca una transformación que conciencie a países grandes y pequeños que en un mundo compartido por todos no hay cabida para el individualismo o la depredación.

El tercer volumen del libro "Xi Jinping: La gobernación y administración de China” destina un apartado a abordar importantes planteamientos sobre las responsabilidades diplomáticas de China como gran país. En él están las respuestas a por qué China ha desplegado en momentos cruciales acciones que tienden a fortalecer la solidaridad y la cooperación entre gobiernos del mundo. El propósito es conciliar, articular y coordinar tantas fuerzas como sea posible para enfrentar conjuntamente aquellos retos que aquejan o que ponen en peligro a la humanidad. De cara al embate de la COVID-19, Xi Jinping ha ejecutado los lineamientos diplomáticos de un gran país para alentar a otros jefes de Estado a construir conjuntamente una comunidad de salud para todos.

Este nuevo tomo, el tercero de una colección, compila además del apartado sobre diplomacia, una serie de discursos, recomendaciones e instrucciones hechas por el presidente Xi Jinping, que presentan en detalle las ideas y teorías que sustentan el comportamiento de China al hacer frente a situaciones en el escenario nacional e internacional. Si bien este tomo salió la luz medio año antes de que la COVID-19 se propagara por el mundo, los 19 apartados, que albergan un total de 92 artículos, ofrecen información valiosa para conocer los principios fundamentales que China aplicó tanto para hacer frente al nuevo coronavirus como a los efectos colaterales que causó en terrenos como la economía o las relaciones internacionales.

Desde hace poco más de cuatro décadas, China ha atestiguado un cambio drástico en su desarrollo y modernización que demanda un enfoque preciso al momento de establecer intercambios con otros países. La labor diplomática asume un papel fundamental al momento de convocar a la comunidad de naciones a trabajar por una transformación que conduzca a elevar el bienestar de las partes y del todo. El éxito que ha conseguido el gigante asiático en sus luchas contra la pobreza o la COVID-19, tan solo por citar un par de ejemplos, lo coloca con acelerada rapidez en el centro del escenario internacional, un lugar en el que asume compromisos y responsabilidades para hacer por medio de sus canales diplomáticos mayores contribuciones al mundo y a la humanidad.

En un mundo tan complejo en el que la anarquía o la ley del más fuerte amenazan con relativa recurrencia, China aplica un enfoque estratégico que reconoce a los Estados como entidades con historias y peculiaridades propias que, al mismo tiempo, conforman un todo con características únicas y distintas a las de sus partes. De cara a esta óptica, China despliega una diplomacia en la que trabaja por lograr a través de la deliberación, la coordinación y la compartición nichos de oportunidades que conduzcan al beneficio de todos por igual, al tiempo que trabaja para elevar las condiciones del todo en su conjunto. El mundo lo compartimos todos y de cara a retos insuperables de forma individual, es necesario la participación de todos a fin de lograr el bienestar colectivo por encima del individual.

En el marco de una práctica que busca el compromiso colectivo en aras de toda la comunidad de naciones, la Iniciativa de la Franja y la Ruta se constituye como una poderosa herramienta de unión por medio de la cual los beneficios apuntan a repartirse de manera eficiente y equitativa entre las partes. Es una poderosa red de conexiones que acelera el flujo de la riqueza y que la comparte con rincones desfavorecidos que han estado aislados de los frutos de la globalización. La Iniciativa de la Franja y la Ruta ofrece una plataforma por medio de la cual China materializa una cooperación estrecha con todos los países e impulsa a la vez la construcción de una comunidad de destino común para la humanidad.

El tercer volumen del libro "Xi Jinping: La gobernación y administración de China” ofrece una noción fresca y actualizada para entender los principios teóricos y filosóficos de los que parte el pensamiento diplomático de China. Los trabajos de China buscan defender con firmeza su soberanía, seguridad nacional e intereses de desarrollo, al tiempo que propician una serie de cambios positivos en el sistema internacional. El gigante asiático busca impulsar tanto sus metas como las de otros países sin desatender al mundo en su conjunto.