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spanish.china.org.cn | 12. 03. 2021 | Editor:Liria Li Texto

Hong Kong debe pasar del caos a una gobernanza adecuada

Palabras clave: China, Hong Kong

Foto de archivo de Hong Kong


La Asamblea Popular Nacional adoptó el jueves una resolución que prevé la mejora del sistema electoral de la Región Administrativa Especial de Hong Kong. La decisión incluye ampliar la escala del Comité Electoral a de 1200 a 1500 miembros, y establecer la función de nominar y elegir al jefe ejecutivo designado, nominar a los miembros del Consejo Legislativo (LegCo) y elegir a parte de ellos. Además, se establecerá un ente de revisión de las calificaciones de los postulantes que será responsable de confirmarlas para los puestos del Comité Electoral, el director ejecutivo y el Legislativo. 

Esto garantizará la implementación del principio “solo patriotas gobiernan Hong Kong” y con ello la gobernanza de la región entrará en una nueva etapa. 

Después de su regreso a China, algunas fuerzas radicales se involucraron en una política de confrontación extrema con el apoyo de Occidente y bajo el disfraz de la llamada democracia en expansión. De hecho, todo lo que hacen es aumentar el poder de la oposición. Al tratar de controlar el Legislativo y enviar a una figura contraria a la Dirección Ejecutiva, desean subvertir el sistema constitucional de la ciudad. 

La decisión de la APN es una solución fundamental para poner fin al caos y cuenta con el rotundo apoyo de la sociedad china. No se trata solo de mantener a la oposición extrema fuera del sistema hongkonés, propone además un sistema de selección y nombramiento de talentos, con el compromiso de otorgar mayor representatividad a los nominados y candidatos electos. Es un sistema no solo diseñado para acabar con el desorden, sino también para impulsar el desarrollo de Hong Kong. 

Quizás todos coincidan en que la región no tendrá futuro si el caos continúa como los 2 años anteriores. Estados Unidos y el Reino Unido intentan acercar políticamente a Hong Kong a su bando y convertirlo en una pieza de ajedrez para contener a China. Esto es inaceptable. La decisión del Legislativo chino es una respuesta firme a los arrogantes fines de ambos países. 

El Comité Permanente de la APN enmendará el Anexo I y el Anexo II de la Ley Fundamental. Guiadas por las decisiones aprobadas el jueves, estas acciones consolidarán el escudo protector político de Hong Kong y facilitarán que solo personas capaces ocupen cargos públicos clave, con la garantía de que sirven a los intereses básicos del público hongkonés y reflejan sus verdaderas demandas. Esta es una reforma orientada al pueblo.

Esa oposición radical afirmó que representan a la opinión pública. Sin embargo,  se han situado en el lado contrario de la mayoría de la población. Quieren jugar a la política extrema para destruir el sustento de Hong Kong, convirtiéndolo en un rehén en su lucha con el Gobierno central y en un trampolín de los intereses estratégicos de Estados Unidos. Esto es inadmisible. Beijing tiene una base moral sólida en sus esfuerzos por arreglar las cosas. 

Algunas fuerzas en Estados Unidos, el Reino Unido y otros países occidentales rechazan la decisión de la APN. Esto es concebible, pero su objeción no conducirá a ninguna parte. Los turbulentos últimos años en Hong Kong han dejado una lección a sus ciudadanos y la adopción de la Ley de Seguridad Nacional los ha inspirado. La rectitud gana terreno y Hong Kong restaura el orden. La tendencia está en ruta y la oposición radical respaldada por Estados Unidos y el Reino Unido se desmorona. 

Washington y Londres han luchado con China por los problemas de Hong Kong en varias rondas. Beijing conoce bien sus cartas. Las ofensivas carecen de resistencia, como flechas debilitadas después de surcar distancias asignadas. No afectan a China ni destruyen la prosperidad de Hong Kong. La fuerte confianza del Gobierno central y del pueblo chino sirve de ejemplo a sus pares hongkoneses que aman el país y la ciudad. Nada más cierto que una nación unida. 

El futuro de Hong Kong estará definido por el impulso al desarrollo de China y el arduo trabajo del pueblo hongkonés, más que por las actitudes políticas de países como Estados Unidos y el Reino Unido. Quien haga un juicio equivocado sobre esto resultará con pérdidas. 


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