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spanish.china.org.cn | 19. 02. 2021 | Editor:Eva Yu Texto

Acuerdo China-UE: una señal para América Latina una señal para América Latina

Palabras clave: Acuerdo China-UE, América Latina


El multilateralismo se ha recuperado y ha encontrado un fuerte impulso con el discurso pronunciado por el presidente de China, Xi Jinping, en la Agenda de Davos del Foro Económico Mundial. Los últimos resultados a fines de 2020 han sido sorprendentes.

En noviembre se firmó el acuerdo de la Asociación Económica Integral Regional (RCEP, siglas en inglés), un acuerdo comercial entre 15 países de Asia-Pacífico equivalentes al 30 % del PIB mundial, mientras que el 30 de diciembre, luego de siete años y 35 rondas de negociaciones, se suscribió el Acuerdo Integral de Inversiones (CAI, siglas en inglés), el primer e histórico acuerdo sobre inversiones mutuas entre China y los 27 países de la Unión Europea (UE). Por primera vez, la UE se ha sumado a una estrategia común hacia China que ayudará a reequilibrar las fuerzas sobre el terreno.

Este 2021 puede traer nuevas sorpresas. Beijing ha declarado, a través del Ministerio de Comercio, que la entrada de China en el Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP, siglas en inglés) “es una posibilidad”. Por lo tanto, oficialmente China está considerando también suscribir el tratado “alternativo” a la RCEP.

El CPTPP incluye a Australia, Brunéi, Canadá, Chile, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam. Nacido del Acuerdo de Asociación Transpacífica (TPP, siglas en inglés), que nunca entró en vigor debido al abandono de Estados Unidos durante la presidencia de Donald Trump, el CPTPP acaba de encontrar un nuevo socio: el Reino Unido post-Brexit.

Ahora es necesario comprender cómo se moverá la nueva administración estadounidense dirigida por Joe Biden. Además, el CPTPP es el único tratado de libre comercio importante que comprende a países de América Latina y el Caribe (ALC).


El avance China-Europa

El CAI ha tenido el impacto más fuerte, pues al acercar Europa a China rediseñará el futuro de las relaciones comerciales entre los dos bloques. En enero se hizo público el contenido del acuerdo suscrito durante el encuentro virtual entre los presidentes de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y de China, Xi Jinping.

Los artículos, de unas setenta páginas, exigen que los 27 países europeos y China dialoguen en nombre del bilateralismo. El titánico esfuerzo por ajustar el tratado durará al menos dos años, pero al final los dos mercados estarán más abiertos, los capitales podrán fluir libremente entre ambos lados y las empresas tendrán garantizado el principio de igualdad de trato.

¿Qué lección se puede extraer de este acuerdo? ¿Qué puede decirles a los países de ALC, que, a su vez, tienen relaciones tanto con la UE como con China?

Los 27 de la UE han construido una masa crítica para enfrentar mejor la relación con el gigante asiático en un contexto global de lucha contra la pandemia y recuperación económica. De hecho, en julio del año pasado, China se convirtió en el primer socio de la UE, superando a EE. UU. Además, la UE es el segundo mercado más grande de China, después del estadounidense. La conveniencia, por tanto, es mutua al garantizar el acceso a mercados recíprocos en una fase compleja para la economía mundial.

La UE y ALC son socios naturales vinculados por fuertes lazos históricos, culturales y económicos. Cooperan estrechamente a nivel internacional y mantienen un intenso diálogo político en todos los niveles. La UE es, asimismo, el tercer socio comercial más importante, el primer inversor y el principal socio para el desarrollo de ALC.

Con el Programa Indicativo Plurianual Regional para América Latina, la UE ha destinado 925 millones de euros a la cooperación regional en el período 2014-2020.

La primera cumbre birregional se realizó en Río de Janeiro (Brasil) en 1999, y allí nació la alianza estratégica. Del mismo modo, la primera cumbre regional entre la UE y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) se celebró en 2013 en Santiago de Chile, como una nueva organización política a nivel regional y, por tanto, una nueva contraparte de la UE.

La UE, por su parte, mantiene relaciones subregionales con Centroamérica, el Caribe, la Comunidad Andina y el Mercosur. Las relaciones bilaterales son cada vez más dinámicas y la naturaleza económica de la relación también se ha intensificado durante la última década. La CELAC es la contraparte de la UE para el proceso de asociación birregional, incluso a nivel de cumbres bienales.

Al mismo tiempo, la UE ha creado zonas de libre comercio con México y Chile, y existen acuerdos comerciales entre la UE y Colombia y Perú. Ecuador también tiene su propio acuerdo con la UE, y continúan las negociaciones para un área de libre comercio con el Mercosur, a fin de fortalecer las relaciones comerciales y de inversión entre las dos organizaciones regionales.

Sin embargo, entre ALC y la Unión Europea no hay ningún intento de llevar a cabo un diálogo en bloque, lo que permitiría especialmente a los países de ALC aumentar la masa crítica en las relaciones con Europa y hablar con una sola voz.


¿Y por el lado chino?

Con China, la situación es aún más compleja. En relativamente poco tiempo, Beijing se ha convertido en el segundo socio comercial de los países de ALC, después de Estados Unidos, y el primero para algunos de ellos, como Brasil –la mayor economía de la región–, Perú, Chile y Uruguay, mientras que es el segundo socio comercial de Argentina, Colombia y Venezuela.

El ascenso de China como protagonista en ALC es considerado la transformación más importante en la región desde principios del siglo XXI.

Una mirada a las inversiones chinas en la región entre 1990 y 2002 revela un aumento de las inversiones directas hacia el techo anual de 1000 millones de dólares, mientras que entre 2003 y 2017 hubo un verdadero crecimiento que llevó a un total de casi 110.000 millones de dólares en menos de 15 años.

Entre 2007 y 2017, el comercio entre China y ALC creció un 151,2 %, alcanzando los 258.000 millones de dólares. Se estima que la relación económica con China ha generado más de 2 millones de puestos de trabajo en la última década.

La creciente presencia de China está poniendo en tela de juicio la relación histórica y compleja entre ALC y EE. UU.

El desarrollo de las relaciones China-ALC implica desafíos, pero al mismo tiempo grandes oportunidades, aunque muchos analistas destacan que la región no debe favorecer dinámicas desequilibradas. Al menos, las dinámicas desequilibradas podrían abordarse mejor si ALC lograse negociar con China como bloque regional o como bloques subregionales (Sudamérica, Centroamérica, el Caribe), a fin de construir también una masa crítica en la relación con el gigante asiático, que está desarrollando negociaciones y tratados bilaterales con cada país de la región.

La disparidad en las negociaciones es evidente. Por supuesto, ALC no es un bloque regional homogéneo y el papel principal de las materias primas en las relaciones económicas China-ALC está más vinculado al tamaño de las economías de América del Sur que de las de América Central y el Caribe.

Sin embargo, la presencia de China se está volviendo cada vez más compleja y profunda. De protagonista de una relación originariamente basada en el comercio de materias primas, se ha convertido en un actor importante en todos los aspectos de la economía regional, con un impacto directo en la creación de empleo y el financiamiento de la deuda pública nacional. Desde 2005, los bancos estatales chinos han otorgado a la región más de 150.000 millones de dólares en préstamos, superando el total acumulado de todos los préstamos del Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y el CAF-Banco de Desarrollo de América Latina. Estos nuevos canales de acceso al crédito internacional han elevado los niveles de endeudamiento de países como Venezuela y Ecuador.

Si el presupuesto de la Comisión Europea para América Latina para el período 2014-2020 era de 925 millones de euros, cifra a la que habría que sumar todos los acuerdos bilaterales entre países de ALC y países miembros de la Unión Europea, la ayuda estadounidense supera los 1000 millones de dólares solo para 2018 y los activados por China aún más.

La importancia estratégica de China se ha vuelto enorme. A fines de enero de 2018 se organizó en Santiago de Chile la segunda Reunión Ministerial del Foro China-CELAC. Esto resultó en la Declaración de Santiago: “CELAC-China: trabajando por más desarrollo, innovación y cooperación para nuestros pueblos”. El documento es una verdadera declaración de intenciones que identifica una serie de puntos en torno a los cuales fortalecer las relaciones entre ALC y China, con especial atención a las desigualdades, el cambio climático y la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. También es importante que en la declaración se mencione a la Iniciativa de la Franja y la Ruta (IFR) como una oportunidad para fortalecer la cooperación entre China y ALC.

No cabe duda de que la relación entre China y ALC ha alcanzado un nivel de complejidad que convierte al país asiático en un aliado estratégico de fundamental importancia. Pero incluso en este caso, ALC tendrá que aprender la lección Europa-China para entender cómo dar un vuelco a las relaciones en el tiempo, mirando a largo plazo y también considerando la posible adhesión de China al CPTPP.

*Rita Fatiguso es una reconocida periodista italiana especializada en economía. Ha trabajado varios años en China y es corresponsal sénior para diversos medios de Italia.



Fuente: China Hoy


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