Opinión>
spanish.china.org.cn | 09. 02. 2021 | Editor:Teresa Zheng Texto

El ataque de un político británico contra China es un arma de doble filo

Palabras clave: China, Xinjiang, Reino Unido

Un hombre con máscara camina por el Tower Bridge en Londres, Gran Bretaña, el 5 de enero.


La Cámara de los Comunes en Reino Unido votará el martes una enmienda a  la Ley de Comercio, la cual incluye una cláusula revisada que prohíbe transacciones comerciales con países que "cometen actos de genocidio".

Su responsable es David Alton, acérrimo contrario a China, que la ha acusado en repetidas ocasiones de "actos genocidas" en la Región Autónoma Uygur de Xinjiang sin evidencia alguna, un ataque insidioso contra el país y sus 1400 millones de habitantes.

¡El genocidio no existe en China! El Ministerio de Relaciones Exteriores ha refutado varias veces las falacias de estadounidenses y occidentales contra el país.

"Xinjiang nunca ha sido más próspera de lo que es ahora, con logros sin precedentes en su desarrollo socioeconómico y una notable mejora en la vida de la gente”, indicó el portavoz de Cancillería, Zhao Lijian, en una conferencia de prensa el 28 de enero.

La acusación de "genocidio" no es más que una mentira inventada por fuerzas anti-China para difamar a la nación en rápido desarrollo. Así, no existe lógica en vincularla con la enmienda de la Ley de Comercio británica.

Sin embargo, es natural que exista temor en el mercado respecto a un posible quiebre radical de las relaciones políticas y diplomáticas entre China y el Reino Unido, y el impacto negativo en los lazos económicos bilaterales.

Irónicamente, no hace mucho Londres y Beijing eran socios constructivos y amistosos, y los vínculos pasaban por una "era dorada". Nadie hubiera imaginado que estos cambiarían tan rápido y de manera tan dramática.

Es preocupante para el mercado internacional y los círculos empresariales ver el deterioro de los lazos entre China y el Reino Unido, que, hasta cierto punto, podrían socavar los esfuerzos de Londres en la reestructuración de su red comercial posterior al brexit.

Desde la perspectiva económica, el Reino Unido tiene la necesidad de unirse a más instituciones y marcos multilaterales de libre comercio tras su retiro de la UE. El brexit y la pandemia han debilitado enormemente su posición económica entre las principales potencias.

Ganar el acceso a una serie de pactos de libre comercio podría traer nuevas posibilidades comerciales para el país europeo cada vez más aislado, lo que actuaría como un impulso en la confianza de la gente, descontenta con sus políticos de gran voz en Londres, y cada vez más desconcertada por la situación nacional a futuro.

China, con una economía de rápido crecimiento, ha cumplido un rol activo en la organización y participación de acuerdos de libre comercio, como la Asociación Económica Integral Regional de 15 miembros, la más grande de su tipo en el mundo.

Salvo que empeoren las relaciones, es probable que ambas partes discutan la integración comercial, ya sea bajo un mecanismo multilateral o bilateral. Sin embargo, cabe señalar que las percepciones del mercado sobre sus desencuentros pueden devenir una fuente de incertidumbre que perjudique la búsqueda de Londres de un plan de reordenamiento comercial.

Si los políticos británicos están decididos a arruinar los vínculos con China y la continúan demonizando y atacando, el pueblo chino se verá obligado a darles una lección y tomar represalias.


   Google+