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spanish.china.org.cn | 14. 01. 2021 | Editor:Teresa Zheng Texto

La lucha contra el virus frente a la lucha por el poder

Palabras clave: China, Estados Unidos, COVID-19

Un invierno muy duro. China reportó el martes de 107 nuevos casos locales de COVID-19, 90 en la provincia norteña de Hebei. Sus pares de Helongjiang y Shanxi también registran infecciones y Beijing, rodeada por Hebei, busca protegerse contra su propagación.

Un aumento diario de 107 casos es a todas luces impactante y el norte se ha movilizado con medidas de prevención y control utilizadas hace un año, de eficacia probada. La tarea de contención se ha convertido en la prioridad de los gobiernos locales.

Sin embargo, la COVID-19 es un desafío global. China es solo uno de los campos de batalla. Estados Unidos sumó el martes más de 4400 muertos y más de 230 000 contagios.

Lo que es más alarmante, los titulares estadounidenses no hablan de la epidemia y sí de las nuevas luchas bipartidistas, sobre si se debe o no imputar al presidente Donald Trump en los próximos días. El enfoque político siempre está lejos de las necesidades urgentes de la población.

Si la política estadounidense fuera servir al pueblo, ambos bandos deberían haber dejado de lado sus diferencias y creado las mejores condiciones para combatir la crisis sanitaria, pero lo que importa es la lucha por el poder.

Los derechos del pueblo han pasado a un segundo plano. Las elecciones han triunfado sobre la lucha epidémica y esto ha impresionado al pueblo chino.

La lucha vírica liderada por Trump fue un fracaso total. Aunque esto ha tenido algún impacto en su elección, el golpe a su reputación está lejos de ser fundamental. Sus protestas contra los resultados electorales le han causado muchos problemas, un segundo juicio político y el veto de las redes sociales estadounidenses. Esto muestra cuán "tolerante" es el sistema con la inacción que ha causado cientos de miles de muertes.

Es la tarea primordial del partido Demócrata derrotar por completo a Trump, eliminar la posibilidad de una nueva postulación en 2024 y de mantener títulos oficiales tras su renuncia, así como hacer todo lo posible para reprimir y dividir al bando Republicano. Aunque la COVID-19 es importante, lo es también la responsabilidad de Trump y de su partido por el número de personas que pierdan la vida antes del 20 de enero, dado que los demócratas lo serán después.

Estados Unidos, con un desempeño deplorable en lo que respecta al COVID-19, tiene un secretario de Estado descarado, que no ha hecho nada para promover la ofensiva mundial contra el virus, pero sí todo lo posible para sembrar odio en el mundo y crear enfrentamientos geopolíticos entre potencias.

En sus días finales en el cargo, Mike Pompeo se ha vuelto más activo y ha puesto al planeta en alerta. El canciller de Luxemburgo y los principales funcionarios de la Unión Europea se negaron a reunirse con él, y tuvo que cancelar su visita al continente programada para esta semana, así como todos los viajes de su despacho.

China y Estados Unidos no están al mismo nivel en control y prevención de epidemias. El pueblo chino no está dispuesto a compararse en este sentido. Si fuera un país socialista, varios funcionarios enfrentarían juicios por la cantidad de decesos. No se trata de qué tan bien o mal hayan actuado, sino hasta qué punto deben ser investigados por negligencia. Washington atrae los insultos cuando prodiga los llamados derechos humanos en China e invita a quitarle la máscara, señalarlo y decir: ¿Están ustedes calificados para hablar de derechos humanos? ¡Tu propia gente muere en grandes números!

Este invierno es bastante duro. Es una prueba para ver si los líderes mundiales actúan desde una filosofía centrada en las personas, si tienen la capacidad para sacar a sus países del hoyo y unir a su gente. La situación es tan crítica que no hay lugar para espectáculos políticos. La misión común es reducir las pérdidas de vida y los contagios, y hacer que todo vuelva a una normalidad posible. Esto es lo que significa realmente los derechos humanos este invierno.

Estados Unidos es el país con el peor rendimiento en 2020. Como ya lo dijera Confucio: "Reconocer las vergüenzas es acercarse a la fortaleza". Esperemos que Pompeo deje de lado su arrogancia en estos últimos días.


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