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spanish.china.org.cn | 04. 01. 2021 | Editor:Teresa Zheng Texto

EE.UU. y su amargo clamor frente al pacto de inversión China-UE

Palabras clave: China, UE, EE.UU.

Tren de carga China-Europa con suministros médicos parte con destino a Madrid, España, desde la ciudad de Yiwu en la provincia de Zhejiang, este de China, el 5 de junio de 2020.


Washington tuvo un clamor amargo frente al fin de las negociaciones del Acuerdo Integral de Inversión China-UE. Su asesor adjunto de Seguridad Nacional, Matthew Pottinger, criticó el accionar del bloque europeo pese al supuesto historial de derechos humanos de China. La Unión Europea ha "eliminado una hoja de parra", dijo. Por su parte, el asesor comercial, Peter Navarro, también lo calificó de "un mal pacto", que supondrá un desafío geopolítico para Estados Unidos. Un académico conservador se preguntó: ¿Cómo pueden los europeos ponerse de lado de China y no de Estados Unidos?

El egoísmo y la arrogancia parecen haber quemado el cerebro de algunas élites políticas estadounidenses. Creen que los intereses geopolíticos del país norteamericano son idénticos a los de Europa. Entonces, cuando se equivocan en cuanto a China, consideran que no hace falta decir que los europeos deben seguir la misma línea. Creen que su vínculo ideológico con el Viejo Continente es lo suficientemente fuerte como para hacer que este último abandone grandes oportunidades comerciales con China y actúe como su gran admirador político.

El 30 de diciembre, el día en que se hizo pública la finalización de las conversaciones, la Casa Blanca anunció la imposición de aranceles adicionales a productos europeos, como piezas de aviones y vinos de Francia y Alemania.

Estados Unidos afirma que desea unirse a Europa para negociar con China, pero se mostró reacio a ofrecer beneficios. Cuando se trata de moralidad, Washington pretende ser un caballero. Cuando se trata de intereses, regatea cada gramo.

De hecho, varios académicos occidentales mantienen la cautela. Opinan que es poco realista que Estados Unidos y la UE alcancen una política comercial amplia y unificada frente a China y que los dos difícilmente podrán adoptar la misma postura. El desarrollo industrial de ambos se encuentra en diferentes etapas, al igual que sus cálculos geopolíticos, a partir de cifras económicas básicas. Washington desea geopolitizar sus problemas económicos con China y que tales prácticas sirvan a sus objetivos hegemónicos; Europa está más preocupada por su propio desarrollo y quiere resolver estos dilemas con soluciones económicas.

La economía estadounidense enfrenta graves retos. Uno de los más importantes es que su lógica operativa se ha visto ensombrecida por su política partidista. Ahora, Washington piensa en cómo golpear más a China que en mejorar. Solo Estados Unidos en su apogeo tenía la capacidad de actuar de acuerdo con esa retórica de intimidación, y solo podía hacerlo con economías pequeñas y medianas. Washington tiene demasiadas dificultades para encarar su propio desastre económico. Si el Gobierno todavía se comporta de manera beligerante con China, con una economía más avanzada, de seguro se dará de bruces.

La idea del bloque de interactuar y comprometerse con China está justificada. Prioriza sus intereses en lugar de perjudicar a China sin considerar el costo potencial. Basta mirar cuántos Mercedes-Benz, BMW, Audis y Volkswagen circulan por las calles chinas, y cuántos productos de moda y artículos de lujo de Francia e Italia son adquiridos por la clase media china cada vez con más recursos. El mercado chino está en auge. Si la UE se niega a fortalecer la cooperación con él, ¿el nicho estadounidense otorgará un espacio para su desarrollo futuro?

La obsesión de algunos círculos estadounidenses por juegos geopolíticos se ha vuelto morbosa. Es el nuevo coronavirus, la economía golpeada por la pandemia y la calidad de vida lo que preocupa a la gente. Esta piensa primero en su salud, en un trabajo bien remunerado y en un mejor nivel de vida. Necesita que la economía de sus países avance y el descontento es grande si se ve inmersa en un juego geopolítico interminable.

Washington debe restaurar su racionalidad con una China de rápido crecimiento, cuyo desarrollo descansa en el esfuerzo de millones de chinos inteligentes y trabajadores. No solo debe reconocer a Europa por alcanzar un tratado bilateral de inversión con China, sino también cambiar su mentalidad y ser más práctico a la hora de considerar cómo obtener más ganancias mediante la mejora de la cooperación económica y comercial con China, en vez de atacarla todo el tiempo.

Destruir a la otra parte a cualquier precio es una lógica bélica. Estamos en la era de la paz y el desarrollo. Nuestro enemigo común es el nuevo coronavirus. Washington no debe equivocarse con el entorno actual y seguir luchando en la oscuridad.


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