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spanish.china.org.cn | 18. 12. 2020 | Editor:Elena Yang Texto

¿EE.UU. debería clamar un “Día D” en la lucha vírica?

Palabras clave: EEUU, COVID-19

Ilustración de la lucha contra el virus en EE.UU.


¿Se acerca el "Día D" de la COVID-19? Algunos estadounidenses narcisistas lo creen así. NBC News publicó el lunes el reportaje sobre una enfermera en Nueva York que se encuentra en el primer grupo para recibir la vacuna en el país norteamericano.

El informe señaló que la "inyección" podría representar un "giro decisivo" en la lucha contra la enfermedad, comparándola con el desembarco del “Día D” en Normandía en 1944, punto de inflexión en la Segunda Guerra Mundial.

¿Se considera Estados Unidos a sí mismo la principal fuerza contra la pandemia? La nación ha experimentado una serie de sonoras derrotas en este campo con el número de muertos sumando 300 000 el lunes. Ahora, al clamar "Día D", parece que Washington trata de atribuirse el mérito. ¡Qué ridículo!

Al mirar su actuación, ¿no se avergüenza de llamarlo así? Además, no se ha demostrado aún el efecto de la vacuna en el control de la COVID-19. Como potencia mundial, Estados Unidos posee abundantes recursos médicos, pero sorprendentemente sufrió un impacto catastrófico. En lugar de calificarlo como "Día D", debería más bien considerarlo como su "Pearl Harbor" o su "Chernobyl".

Su liderazgo mundial no ha salido a relucir con la epidemia. Todo lo contrario, ha revelado su lado más egoísta. No solo no logró unir a sus aliados y socios para coordinar y lidiar con la crisis, sino que incluso actuó de manera arbitraria y sirvió de ejemplo negativo en la lucha global sanitaria.

Estados Unidos no puede afrontar directamente tal desastre y ha tratado de exagerar su rol en la victoria en Europa durante la Segunda Guerra Mundial. Además, trata de manipular a la opinión pública internacional en la lucha global contra la COVID-19 hoy en día.

Su accionar falló y se negó a combatir la epidemia de manera científica, pero ahora utiliza el término "Día D" para describir la situación. Sin embargo, el historial no quedará registrado según su descripción y la mayoría de los países evaluará de manera objetiva su desempeño en esta batalla.

Su rol de líder no ha mostrado ningún efecto real en la pandemia. De hecho, Estados Unidos ha retrasado su lucha. Casi no ha hecho nada por combatirla activamente y en cambio ha cifrado sus esperanzas en una campaña de vacunación lanzada apresuradamente. Estados Unidos no debería ser complaciente con su poder pasado. ¿Ha entrado la epidemia en la nación en un punto de inflexión? Es demasiado pronto para decirlo.


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