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spanish.china.org.cn | 14. 12. 2020 | Editor:Teresa Zheng Texto

China prioriza gobernanza y compromisos climáticos globales en nuevos objetivos

Palabras clave: China, Acuerdo de París, cambio climático

El presidente chino, Xi Jinping, pronunció un discurso el sábado en la Cumbre Ambición Climática, en el quinto aniversario del Acuerdo de París, donde anunció algunos compromisos adicionales para el 2030.

Estos incluyen una nueva disminución de las emisiones de dióxido de carbono por unidad de PIB de más del 65 % respecto al nivel de 2005, un aumento en la participación de combustibles no fósiles en el consumo de energía primaria y en el volumen de existencias forestales, así como avances en la capacidad instalada total de energía eólica y solar. Los objetivos establecidos para el 2030 son un ajuste en comparación con los establecidos por el país en 2015. Sin embargo, estos son prácticos, con base en experiencias pasadas y dentro de la capacidad nacional. El mundo se ha dado cuenta de la importancia y urgencia de abordar el cambio climático y China apunta a alcanzar un fin razonablemente más alto con su progreso tecnológico. Sin duda, su logro enfrentará dificultades, como la forma de mejorar la estructura energética y modificar el sistema de producción, pero son realizables con esfuerzo.

China tiene una buena base para implementar el Acuerdo de París, lo que le permite comprometerse más. Redujo sus emisiones de dióxido de carbono por unidad de PIB en más del 48 % respecto al 2005 a fines de 2019, y cumplió con creces el objetivo de acción climática de 2020. Esto demuestra que el país cumple lo que promete.

En el lustro transcurrido desde la firma del Acuerdo de París, China ha desempeñado un rol primordial en la lucha mundial contra el cambio climático. El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, dijo que China claramente está avanzando "en la dirección correcta" y "con liderazgo". Además de la contribución inicial a la adopción del convenio y la formulación de su marco, su implementación práctica en los últimos años es una manifestación tangible del impulso a la idea de comunidad de futuro compartido para la humanidad en la lucha climática. Cada compromiso es un cálculo cuidadoso. Nunca es un trabajo fácil dada su gran población y tamaño de la economía, pero cada meta se ha conseguido y se hará mediante acciones concretas paso a paso. China ha demostrado su responsabilidad como potencia y trata de dar ejemplo al resto del mundo.

También vale la pena notar que China continuará asegurando su propio desarrollo estable mientras incentiva la gobernanza climática. A lo largo de los años, su comprensión general de relación entre el desarrollo económico y esta se ha profundizado. Cuanto más rápido avanza la economía, más gente presta atención al medio ambiente y tiene un juicio más completo sobre cuál es más relevante. El país tiene la visión y la sabiduría para planificar su desarrollo desde la perspectiva de la competitividad a largo plazo, que estará en cómo lograr un crecimiento verde y bajo en carbono.

La gobernanza climática es un problema global que requiere cooperación multilateral. Las naciones deben formular planes según sus condiciones y capacidad nacional para conseguir fines comunes. Mientras tanto, quienes progresen rápidamente en ella deberían brindar comprensión y apoyo a quienes lo hagan lentamente.

China y Estados Unidos son las dos economías mundiales más grandes, así como amplios emisores de dióxido de carbono. El presidente electo estadounidense, Joe Biden, apuntó el domingo que el país volverá al Acuerdo de París en 39 días. Una señal muy proactiva. Es previsible que ambos tengan varias oportunidades para el diálogo en campos multilaterales, entre gobiernos, expertos y académicos. Sin embargo, no se descarta la posibilidad de que Biden, en el contexto competitivo con China, la presione por el cambio climático.

Si pueden colaborar en este tema, el mundo se beneficiará. La cooperación entre dos grandes potencias facilitará la de otros países entre sí. Cuando China y Estados Unidos vayan en la misma dirección, las diferencias triviales no importarán. Los esfuerzos concertados definitivamente son algo bueno para la respuesta global al cambio climático.


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