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spanish.china.org.cn | 10. 12. 2020 | Editor:Elena Yang Texto

De todos los aliados de EE.UU., ¿por qué Australia ataca a China?

Palabras clave: EE.UU., China, Australia


 


La tensión entre China y Australia es evidente, con intercambios a nivel ministerial y superiores suspendidos hace más de un año. Muchos en la opinión pública australiana retratan a China como una gran amenaza y desafío externo, mientras que para gran parte de los chinos, la imagen de Australia se ha reducido a la de un lacayo de Estados Unidos para la represión contra China, desde un importante socio comercial y destino educativo y turístico en el extranjero. Es justo decir que el entendimiento mutuo entre ambos ha experimentado cambios profundos.

Lo sorprendente es que el enfrentamiento no tiene fundamento. Incluso si muchos académicos chinos de relaciones internacionales pudieran encontrar razones geopolíticas, les parece inconcebible. En dicho aspecto, grandes distancias las separan. No tienen rivalidad ni enemigos históricos, pero han desarrollado un comercio sólido. Lo que sí existe son razones y recursos suficientes para una relación de amistad y cooperación de larga data.

Sin embargo, la realidad es que para el pueblo chino, Australia es el país más hostil después de Estados Unidos. Este tomó la delantera al excluir a la empresa de tecnología Huawei del lanzamiento de la 5G. Fue la primera nación desarrollada en aprobar leyes contra la interferencia extranjera dirigida a China. A pesar de no estar involucrado, promocionó el tema del Mar Meridional de China con más fuerza que los países de la región. Los chinos consideran que Australia ha devuelto la buena voluntad con maldad ante la insistencia de Washington.

El Gobierno australiano indicó que no tomaría partido y al mismo tiempo incrementó la fricción al emitir una serie de políticas que socavaron los intereses y la reputación de China, con la excusa de una mala interpretación de que esté ayudando a Estados Unidos a contener a China.

Algunos funcionarios australianos enfatizaron que el país hace lo necesario para salvaguardar sus intereses, y su política sobre Huawei es la misma que la de Japón. También afirmaron que la actitud sobre muchos temas vinculados con China es diferente a la de Estados Unidos.

Australia cree que China debe aceptar la realidad de que el primero es un aliado de Washington y cualquier acción basada en dicha alianza. Considera además que China debe respetar su libertad de expresión y no mostrar objeciones a los ataques contra ella. Espera poder interferir en asuntos internos, mientras que China debe guardar silencio sobre los asuntos de Australia.

No hace mucho, un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China tuiteó una caricatura que mostraba las atrocidades de soldados australianos en Afganistán, lo que provocó una fuerte reacción en Canberra.

Canberra concede demasiada importancia a los aliados y a los valores de Estados Unidos, dos factores que no deberían haber llevado al deterioro de los lazos con China. Estados Unidos tiene muchos amigos. También hay muchos países occidentales que comparten los valores que Australia. Japón es un aliado de Washington con disputas territoriales e históricas con China. Las condiciones para la cooperación entre China y Australia son mucho mejores que entre China y Japón. Sin embargo, Australia es más agresiva que este. Los lazos entre Australia y China no se pueden comparar con los de entre Corea del Sur y China.

Esperamos que Australia pueda reflexionar desde esta perspectiva. Muchas naciones occidentales deben afrontar los supuestos desafíos provocados por el ascenso de China. No obstante, Canberra parece estar mucho más en guardia que el promedio. Es difícil encontrar una por qué para sus acciones desde cualquier punto de vista.

Al parecer no hay mucha objeción a que Australia mejore las relaciones con China por parte de la opinión pública australiana o del partido de oposición. El primer ministro, Morrison, declaró recientemente que la tensión ha sido impulsada por suposiciones incorrectas moldeadas desde la rivalidad entre China y Estados Unidos.

El 2020 casi ha terminado. De cara al 2021, los vínculos entre China y Australia deben mejorar. La clave de ello es el cambio de actitud de Australia y los ajustes necesarios, en vez de servir como perro faldero de Estados Unidos, mientras afirma ser neutral. De lo contrario, seguirá pagando el precio de una política irrazonable hacia China.


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