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spanish.china.org.cn | 20. 11. 2020 | Editor:Teresa Zheng Texto

De alianza de inteligencia a un simple club de fans de EE.UU.

Palabras clave: Five Eyes, EE.UU., China

El grupo de intercambio de inteligencia Five Eyes o "Cinco ojos" (compuesto por EE.UU., Reino Unido, Canadá, Australia y Nueva Zelanda) emitió una declaración conjunta en nombre de sus ministros de Relaciones Exteriores el miércoles en la que acusa a China de descalificar a 4 legisladores en la Región Administrativa Especial de Hong Kong.

"La acción de China es una clara violación de sus obligaciones internacionales en virtud de la Declaración Conjunta Chino-Británica registrada por la ONU y legalmente vinculante", versó la nota.

No es la primera vez que esta alianza toma medidas contra China. De hecho, este pequeño grupo, originalmente creado para compartir inteligencia, se ha convertido en un portavoz de la campaña anti-China de Estados Unidos, así como en un club de fans que presta ejemplo a otros países occidentales sobre cómo mostrar lealtad a Washington.

Esta declaración no es más que un cliché, que difícilmente podrá resonar en el mundo occidental. Los llamados "Cinco ojos" alude más a una banda criminal en la que Estados Unidos marca la melodía y sus peones luchan por él o lo aplauden. Los "hermanos pequeños" no se atreven a reventar la burbuja incluso si lo que Washington exige no es razonable. Con el paso del tiempo, esto ha devenido en lo "políticamente correcto" del grupo.

Canberra ha cambiado drásticamente de imagen por acción de Washington. Las relaciones con China solían ser buenas: China ha sido su mayor socio comercial, además Australia es uno de los países más favorecidos por los turistas y estudiantes chinos. No hay razón para sentir más animadversión hacia China que muchos aliados de Estados Unidos en Europa, incluso si no está de acuerdo con ella en algunos aspectos debido a discrepancias ideológicas. Sin embargo, es una de las naciones occidentales que más lejos ha llegado en la senda anti-China.

Países como Australia han atacado repetidamente a China por el tema de derechos humanos y han interferido abiertamente en sus asuntos en Xinjiang y Hong Kong. Canberra ha acusado a Beijing de "operaciones de incursión", pero sin pruebas. Ni siquiera ven la paradoja en este sentido: Australia sigue el ejemplo de Estados Unidos para tratar de remodelar a China mientras le imputa sin fundamento intentar cambiarla. ¿Es Canberra tan obtusa? ¿Irracional o descarada?

Muchos occidentales creen que su intervención unilateral en los asuntos internos de China es "justa". Los derechos humanos parecen ser una excusa poderosa para ellos. Incluso definen la promoción de China de intercambios entre personas como "penetración". La diferencia ideológica es realmente asombrosa. Permite que algunas personas occidentales consideren las cosas más indignantes como naturales y razonables.

Estados Unidos lidera la alianza "Cinco ojos" para contrarrestar a China, crea una falsa apariencia de que puede abrumarla con fuerza numérica. Pero la población combinada de estas 5 naciones es de poco más de 460 millones, un tercio de los 1400 millones de China. Otra de sus ilusiones es que piensan que son el mundo, y son tan solo un "puñado" del mismo. Por mucho tiempo han pecado de arrogancia y bases moralistas, y revelan un disgusto y una resistencia natural al surgimiento de economías emergentes.

Es imposible salvar las diferencias de valor entre China y Estados Unidos, y dicha alianza, porque es también la encarnación de los valores diversos de la sociedad humana. Cuando ocurre un enfrentamiento, simplemente sucede. Desde una perspectiva histórica más amplia, siempre que este no ostente consecuencias catastróficas, también puede ser una forma para que diferentes civilizaciones coexistan e interactúen entre sí.

China no tiene razón para comprometerse con una organización de tal superioridad racial como los "Cinco ojos". La forma en que gobierna debe basarse en el impulso a su desarrollo y progreso, más que en críticas e imputaciones de otros. China es capaz de defender su independencia respecto a su gobernanza. A fin de manejar sus fricciones con Occidente en términos de valores, China también tiene el poder de obligar a los intervencionistas a limitarse a hablar y moderar sus acciones reales. En la mayoría de los casos, sus supuestas sanciones están desprovistas de contenido.

Vea lo que sucede en los países del grupo. Estados Unidos y el Reino Unido están entre los más afectados por la COVID-19, y ambos sufren profundos conflictos internos e incertidumbres a largo plazo. Canadá y Australia, con sus pequeñas poblaciones y vastos recursos de tierra, son débiles en comparación con sus pares europeos, con una fuerte conciencia de crisis. Todos necesitan ver dónde radican sus problemas y quiénes son sus verdaderos enemigos. De lo contrario, siempre tendrán la idea errónea que China los está envenenando cuando no se sienten bien. ¡Qué lógica tan absurda!


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