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spanish.china.org.cn | 19. 11. 2020 | Editor:Teresa Zheng Texto

EE.UU. ve reducido su poder de convocatoria hacia una política anti-China

Palabras clave: EE.UU., China

"No a muchos países les gustaría unirse a una coalición contra los que han sido excluidos, con China a la cabeza", dijo el primer ministro de Singapur, Lee Hsien Loong, durante una entrevista en el Foro Bloomberg de Economía Nueva, celebrado de martes a jueves.

El líder añadió que Joe Biden debería buscar una "relación constructiva en general" con China tras asumir el cargo.

Sus palabras representan las opiniones de gran parte de los países. La administración Trump se ha esforzado por atraer a muchos hacia su alianza contra China, pero el unilateralismo, en una era de globalización, no conducirá a ninguna parte. Singapur y otros saben que en lugar de generar enfrentamientos, la cooperación es la opción para el mundo de hoy. Estados Unidos considera su vínculo con la nación asiática una casi alianza; sin embargo, Singapur ha declarado en la misma forma varias veces, lo que revela la impopularidad de la mentalidad diplomática del gobierno de Trump en el planeta.

"Lo manifestado por Lee es muy pragmático, y también es una advertencia para Estados Unidos, un país que obliga a otros a tomar partido", dijo Xu Liping, director del Centro de Estudios del Sudeste Asiático de la Academia China de Ciencias Sociales, el Miércoles. "Es muy difícil para otros separarse de China, una economía tan grande. No es realista y no está en línea con los intereses internacionales", agregó el especialista.

Sin embargo, algunos políticos estadounidenses obstinados han pasado por alto este hecho. Viven de la ilusión de la Guerra Fría. En el siglo XXI, ellos no parecen encajar. Sus predecesores, incluidos los chinos, rompieron el hielo en los lazos bilaterales, pero la administración Trump ha revertido la tendencia. Esto simplemente no es aceptable para gran parte de las naciones.

Por ejemplo, cuando el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, se reunió con el ministro de Relaciones Exteriores de Francia, Jean-Yves Le Drian, el lunes, habló sobre la "fuerte alianza de Estados Unidos para contrarrestar "la actividad maligna del Partido Comunista de China" en Europa y los abusos de derechos humanos en Xinjiang". Pompeo dimitirá pronto y su carga difamatoria contra China no parece claudicar.

No obstante, China y la Unión Europea comparten profundos intereses, y ambos están negociando un acuerdo sobre inversiones. El balbuceo de algunos políticos estadounidenses no puede cambiar nada, solo mostrarse en ridículo.

La firma de la Asociación Económica Integral Regional es la mejor prueba. No se trata de una alianza exclusiva, sino recíproca. Es también por eso que puede convertirse en zona de libre comercio con una mayor población y diversidad. Ningún país optará por unirse a un pequeño grupo cerrado. Un Estados Unidos que se involucra en confrontación ideológica y abandona el multilateralismo, quedará aislado.

Dividir los campos por ideología y participar en un juego de suma cero es una mentalidad obsoleta de los tiempos de Guerra Fría. El desarrollo de mutuo beneficio es el futuro, y los trucos geopolíticos quedarán al margen. Con esa línea, Washington difícilmente encontrará seguidores.

La comunidad propuesta por China con un destino compartido para la humanidad está en consonancia con la tendencia de avance mundial y los intereses comunes de todos. Es imprudente e imposible bloquear el ascenso de China. Muchos líderes y académicos abogan por una relación normal entre China y Estados Unidos. Es la voz del mundo y Washington no debería hacer oídos sordos.


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