Encrucijada de Boeing refleja los desafíos de fabricación de EE. UU. para la próxima administración

La Administración Federal de Aviación de EE. UU. está lista para aprobar los aviones 737 MAX de Boeing para su regreso al servicio la próxima semana, informó Reuters el lunes.

Si bien la medida marca un paso crucial hacia la recuperación de Boeing, seguirá siendo un desafío para el fabricante de aviones compensar su pérdida de participación de mercado debido a la puesta a tierra del 737 MAX y el impacto del coronavirus a nivel global.

Desde la puesta a tierra del 737 MAX, Boeing se ha encaminado hacia una crisis sin precedentes. Después de sufrir más de 400 cancelaciones de pedidos en lo que va de año, el fabricante de aviones anunció que recortaría 30.000 puestos de trabajo para finales de 2021. Además, la Unión Europea acaba de anunciar que impondrá un arancel del 15 por ciento a los aviones de Boeing.

Dado que Boeing ocupa una posición tan importante en el sector manufacturero de EE. UU., la forma en que la empresa intenta recuperar pérdidas tan importantes es de gran importancia para ella y para la economía de EE. UU. en su conjunto. Sin embargo, los desafíos que enfrenta son abrumadores: incluso si el 737 MAX recibe la aprobación de vuelo por parte de las autoridades de aviación de todo el mundo, la demanda del avión sigue siendo bajista como resultado de que la industria de la aviación mundial se ha visto severamente afectada por la pandemia.

De hecho, las aerolíneas, los fabricantes de aviones, los proveedores de repuestos y otras partes de la cadena industrial de la aviación se encuentran en grandes dificultades por estos días. Sin embargo, desde una perspectiva de transformación, la crisis sin precedentes puede haber dado a la industria el impulso que necesitaba. Por ejemplo, la empresa aeroespacial Thales indicó en una cumbre industrial reciente en Shanghai que la industria necesita crecer para ser más verde y más digitalizada que antes, señalando el camino hacia una industria más ecológica con mayores requisitos de actualización tecnológica.

Si bien es comprensible que Boeing todavía esté depositando sus esperanzas en el 737 MAX, que fue un éxito en ventas, de hecho puede ser más urgente ver cómo pueden mantenerse al día con la tendencia de actualización industrial y restaurar la confianza del mercado mediante el empleo de tecnología más sofisticada.

Aunque los problemas que enfrenta la industria de la aviación no se aplican necesariamente a todos los sectores de fabricación de EE. UU., hasta cierto punto, la situación de Boeing refleja los problemas más amplios que enfrenta la manufactura de EE. UU.

Cómo reactivar la fabricación estadounidense se ha convertido en uno de los problemas clave que enfrentan los presidentes estadounidenses a lo largo de los años. El impulso del ex presidente estadounidense Barack Obama para la reindustrialización y la fabricación indicó que Estados Unidos no está en posición de recuperar la fabricación de gama baja, por lo que tiene que seguir adelante con la transformación y mejora de la fabricación de gama alta.

El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, puso más énfasis en el regreso de los trabajos de fabricación, tratando de utilizar medios administrativos para lograr ese objetivo, pero esos esfuerzos no han dado sus frutos durante su mandato.

En la era posterior a la epidemia, es probable que Joe Biden enfrente aún más dificultades en esta área, y está por verse si podrá llevar a la fabricación estadounidense por un camino muy necesario de transformación y actualización.