COMENTARIO: Acuerdo TikTok, una trampa de chantaje

El acuerdo sobre el destino de la aplicación para compartir videos TikTok recientemente alcanzado entre ByteDance y relevantes empresas estadounidenses no es más que otro paso calculado en el descarado plan de Washington para saquear la firma china.

En comparación con una prohibición total de la Casa Blanca, el acuerdo puede parecer un paso atrás para Washington. Sin embargo, sería ingenuo creer que llevaría a un perdurable final feliz.

De hecho, algunos políticos estadounidenses ya han jurado que TikTok debe estar totalmente controlada por empresas estadounidenses, o se negarán a ratificar el acuerdo.

Desde el principio, el propósito final de la Administración estadounidense nunca ha sido hacer un emparejamiento comercial transnacional, sino tomar el control total de la firma tecnológica china, incluyendo su gestión, acciones y tecnologías principales.

La hoja de ruta de Washington para devorar TikTok se ha vuelto cada vez más clara. Primero acusó a la red social de poner en peligro la seguridad nacional de Estados Unidos, una acusación totalmente infundada. Luego amenazó con prohibirla con órdenes ejecutivas, y obligó a la compañía a venderse a compradores estadounidenses.

Por el momento, el acuerdo potencial puede ofrecer alguna esperanza de que TikTok pueda seguir operando en EE.UU., pero eso es exactamente lo que ciertos políticos depredadores de Washington han querido. Saben manipular muy bien a los inversionistas que están desesperados por minimizar las pérdidas y dispuestos a sacrificar la justicia por un trato, a pesar de ser ruinoso.

La mayor desgracia del acuerdo es su naturaleza de desigualdad. Según los informes de los medios de comunicación, este impone arreglos obligatorios a los recursos humanos de la empresa, por lo cual es muy probable que ByteDance se reduzca a ser un espectador en la posible nueva empresa.

Además, los socios de ByteDance pueden aprovechar la oportunidad de escrutinio para obtener todo el código fuente de TikTok y sus actualizaciones, según un informe de CNN.

Si bien todavía es demasiado temprano para saber a dónde llevará este acuerdo, lo que ByteDance está experimentando en EE.UU. equivale a una advertencia para todas las empresas que buscan aventurarse allí.

EE.UU. no tendrá piedad cuando se trate de frenar a las empresas no estadounidenses. Para lograr su hegemonía tecnológica, Washington nunca ha dudado en violar abiertamente los principios de la economía de mercado y la competencia justa, de los que EE.UU. siempre ha alardeado.

Si el intento de Washington puede resultar exitoso esta vez, entonces seguramente usaría la misma fórmula para saquear más empresas extranjeras y sus tecnologías, poniendo en grave peligro los derechos legítimos de más países y empresas.

El único camino viable para que las empresas protejan mejor sus intereses es levantarse decididamente contra la piratería moderna que practica Washington. La conciliación ciega sólo alentará a EE.UU. a ir aún más lejos en su acoso brutal.