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spanish.china.org.cn | 08. 09. 2020 | Editor:Teresa Zheng Texto

EE.UU. y una percepción de China marcada por la mentira

Palabras clave: EE.UU., China, COVID-19

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump


El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha señalado recientemente en más de una ocasión que las muertes por COVID-19 son más numerosas en China que en Estados Unidos. Esta es una gran mentira y presenta una naturaleza distinta a otras excusas defensivas que ha utilizado para sí mismo.

Por ejemplo, dijo que si no fuera por su decisión de prohibir los viajes desde China y Europa, "tendríamos quizás 1,5 o 2 millones de fallecidos". Estas cifras no se pueden verificar. Indicó que una vacuna estaría lista para uso público en octubre. Esto es simplemente una predicción y será necesario probar la eficacia de la misma. Pero la afirmación de que China tiene más muertes por coronavirus que Estados Unidos es una pura mentira. Los corresponsales de medios estadounidenses, diplomáticos, empresarios y estudiantes en China saben que es una tontería.

Sin embargo, el estado actual de la opinión pública estadounidense permite al presidente lanzar tal falacia. Cuando Trump habló sobre la epidemia en el país el fin de semana pasado, la prensa local se centró principalmente en su pronóstico de una pronta vacuna, sin prestar mucha atención a revelar o aclarar sus rumores sobre China. En otras palabras, incluso los medios anti-Trump toman partido de sus difamaciones sobre la lucha vírica en el país asiático.

La corrección política vive en la opinión pública estadounidense: la gente puede hablar contra China como quiera. Algunos políticos incluso crean rumores fuera de línea sobre ella, los cuales no son investigados dada la postura anti-China reinante.

Cuando se trata de cuestiones relacionadas con China, el espíritu de buscar la verdad a partir de los hechos en la sociedad estadounidense ha desaparecido. Las élites políticas y los medios de comunicación lideran la construcción de esta cortina de hierro de la opinión pública estadounidense sobre China. Esto ha llevado a una feroz competencia por ver quién es más duro, y ha dejado de lado el último resquicio para una comprensión objetiva de China por parte de algunos estadounidenses.

Sería totalmente inimaginable que algo parecido ocurriera en China. Habría cientos de formas de refutar lo dicho en el seno de la sociedad china. Si quien lo hace es un político o una celebridad, definitivamente pagaría un alto precio por ello. Sin embargo, en el país americano, Trump obviamente cree que vociferar mentiras como esta lo ayudará a lograr la reelección. Ninguna fuerza en el Estados Unidos de hoy puede hacerle pagar por ello.

Es difícil para el pueblo chino instar a la sociedad estadounidense a restaurar una comprensión objetiva de China. Las cosas podrían arreglarse cuando la sociedad estadounidense pueda autoexaminarse en condiciones propicias. Solo queremos decirle a la comunidad internacional, excepto Estados Unidos, que se mantenga racional y que se dé cuenta de que gran parte de la política estadounidense hacia China se basa en mentiras maliciosas.

Washington ha afirmado que el gigante tecnológico chino Huawei es una supuesta agencia de inteligencia china que monitorea el mundo, y que TikTok transfería datos privados de estadounidenses a Beijing, sin prueba alguna hasta ahora. Esas son las mismas mentiras que dicen que "China tiene muchas más muertes por COVID-19 que Estados Unidos". Gracias a sus élites gobernantes que han lanzado con éxito prejuicios y hostilidad hacia China, esas falacias podrían difundirse en territorio estadounidense sin ningún problema.

Se espera que los países occidentales, además de Estados Unidos, no caigan en la misma mentalidad, mantengan su capacidad de detectar lo falso y no sucumban ante la desinformación promovida por Washington en temas referentes a China.

Por otro lado, se espera que Washington no quede inmerso en esa maraña cuando se trata de sus principales intereses. Si bien algunos claman por una separación de China, deberían saber que el continuar con los intercambios comerciales y culturales es beneficioso para el pueblo estadounidense. Es más, si se provocara un enfrentamiento militar con China, desgracias de todo tipo lo esperarían a la vuelta de la esquina.


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