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spanish.china.org.cn | 01. 09. 2020 | Editor:Teresa Zheng Texto

Salida de Azevêdo de la OMC es una llamada de atención

Palabras clave: Azevêdo, OMC, salida

Roberto Azevêdo


Roberto Azevêdo dimitió como director general de la OMC el lunes, informó Reuters, un año antes de finalizar su mandato. Su salida debería servir como un llamado de atención a quienes no se toman la molestia de revertir los riesgos de la globalización, lo que ha llevado a la organización al borde de la crisis.

Si bien su partida anticipada pudo haber sido una sorpresa, no se puede negar que tenía grandes planes para la institución cuando asumió el cargo hace unos 7 años. Sin embargo, no fue lo suficientemente ambicioso como para mediar o reducir las disputas comerciales entre las dos economías más grandes del mundo, lo que pudo haber sido su mayor logro durante su investidura. Por supuesto, sus avances en temas como el Acuerdo sobre Facilitación del Comercio siguen siendo encomiables. Aquellos que piensan que hizo poco en los últimos 7 años deberían considerar las limitaciones y los vientos en contra sin precedentes que enfrenta la organización.

Los tres pilares de la OMC - monitorear el cumplimiento de las reglas existentes, negociación multilateral y solución de controversias - encaran el desafío de las crecientes fricciones comerciales y del unilateralismo en países como Estados Unidos. Específicamente, la ronda de Doha, que comenzó en noviembre de 2001, yace estancada durante años.

Mientras tanto, la resolución de conflictos más exitosa se paralizó en diciembre de 2019 después de que la administración Trump bloqueara la reelección de jueces en su órgano de apelación.

Los últimos años también vieron cómo Washington socavó la autoridad de la OMC en varios asuntos. En agosto de 2018, el presidente Donald Trump amenazó con abandonarla; en noviembre de 2019, aumentó su presión sobre ella al amenazarla con vetar su presupuesto bienal.

Además, la globalización se ha visto afectada durante la pandemia en los últimos meses, lo que claramente puso a Azevêdo en una situación difícil en un momento en que el sistema de comercio multilateral en su conjunto se encuentra bajo una presión nunca antes vista.

La crisis es inevitable a medida que el unilateralismo avanza y la globalización retrocede. Estados Unidos tiene la culpa de poner al mundo en un rumbo destructivo en lo referente alcomercio global, mientras que otros países también deben reflexionar sobre sus respectivas responsabilidades en el sistema.

Hasta ahora, 8 candidatos - de México, Nigeria, Egipto, Moldavia, Corea del Sur, Kenia, Arabia Saudita y el Reino Unido - han sido nominados por sus países para suceder a Azevêdo. Independientemente de quién resulte ganador, él o ella enfrentará una gran presión a medida que aborde cuestiones como cómo impulsar la recuperación comercial pospandemia, cómo mediar en la disputa comercial entre China y Estados Unidos y la lucha contra el proteccionismo, temas prioritarios en la agenda del próximo director general.

Todos estos problemas plantean grandes desafíos y es imposible contar con una sola persona para encararlos, sin importar cuán capaz sea. La renuncia de Azevêdo es una llamada de atención: es hora de que todos los Estados miembros la respondan.


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